prefacio

12.1K 1.4K 159
                                    


Cuando abre los ojos, una luz blanca y cegadora lo obliga a cerrarlos de nuevo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando abre los ojos, una luz blanca y cegadora lo obliga a cerrarlos de nuevo. Luego, como una arcada, siente que le falta oxígeno y abre la boca, intentando masticar un aire que no existe para él. Desesperado, se obliga a abrir los ojos por segunda vez, en esta ocasión aguantándose el reflejo de la luz que le hace lagrimear al instante mientras, instintivamente, se lleva la mano al cuello.

—Se ha despertado el número treinta —dice una voz ronca, profunda.

Taehyung voltea la cabeza, sus ojos enormes salidos de órbita, sus labios y su piel comenzando a ponerse azul. Entre el miedo de morir y la desesperación por comer eso que le falta, observa perplejo a un individuo de túnica blanca —piel transparentosa y brillante, con mentón largo y pómulos marcados— que se acerca a él con la palma abierta.

—Inhala esto —le dice, pero Taehyung está estupefacto, mareado por la falta de oxígeno. El individuo no quiere perderlo, así que pone la mano bajo la nariz de Taehyung y este, instintivamente, inhala como lo ha intentado hacer desde hace segundos. Esta vez respira oxígeno y descansa, tembloroso—. Eso es. Vuelve a dormir.

Los parpados se le cierran lentamente, su cuerpo sucumbiendo al sueño debido al esfuerzo de su cuerpo por mantenerse vivo cuando no había oxígeno.

—Parece que no va a morir —suelta un segundo individuo, acercándose al humano—. Este se ve más fuerte que los demás, ¿no crees, Malin?

Malin, el primer individuo que aún conserva su mano sobre el pecho del humano, lo siente respirar bajo su tacto, provocándole una tranquilidad incomprensible.

—Es muy hermoso —comenta—. Además de ser fuerte, es más hermoso que los demás.

—Tienes razón —concierta el segundo, haciendo una pausa y cruzando las manos atrás de su espalda—. Por eso creo que este es el indicado para alimentar los hijos de nuestro príncipe. El néctar de este joven debe darle igual de fuerza a la siguiente generación del imperio.

—Male, debemos esperar que se recupere —advierte Malin, pasando su dorso por las mejillas cálidas y sonrojadas del joven—. El príncipe no estará contento si le llevamos un humano enfermo o tan débil como lo está ahora. Pasó mucho tiempo sin oxígeno...

—... y lo aguantó muy bien.

—Sí, pero...

—Le diré al comandante que al fin hay un humano para nuestro príncipe. Al menos para que lo tengan en cuenta.

Malin suspira cansino, apartando sus manos del humano.

—Bien. Como tú quieras.

Male no retrocede, en cambio, mira fijamente la expresión de su hermano.

—Malin, ¿querías a este humano para que alimentara a tus hijos? —El susodicho, que siempre ha mantenido un semblante inamovible, vacila un segundo y Male baja la mirada, sintiendo lástima por su hermano—. Es nuestro deber elegir los mejores lactantes para el imperio. Puedes... Hablaré con Lexi para que te dé un chico, uno bonito y que no sea muy débil. Será bueno, lo prometo.

Malin inhala profundo y asiente con la cabeza. Male, que se siente conmovido, besa le sien de su hermano y, posteriormente, la comisura de sus labios.

—Volveré con buenas noticias para ti, así que no estés triste, tendrás hijos fuertes y bonitos como tú.

—Somos todos iguales.

—Es cierto, saldrán igual a nosotros. 




makibi » KooktaeWhere stories live. Discover now