capitulo cinco

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—Hace cuatro días secretaste un poco de leche sin darte cuenta —comenta el príncipe, entrando a una habitación cuyo interior frío y lóbrego ponen nervioso a Taehyung—

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—Hace cuatro días secretaste un poco de leche sin darte cuenta —comenta el príncipe, entrando a una habitación cuyo interior frío y lóbrego ponen nervioso a Taehyung—. En realidad, era el calostro, la parte más importante para el bebé. Y tengo la sospecha de que, si llegamos hasta el final, podrás dar mucho más —concluye, acercándose a una máquina con un cableado extenso—. Parece que el sexo es una forma eficaz de estimularte —murmura.

Taehyung siente el frío deslizarse por entre su cabello, erizándole la piel. No sabe si es la habitación, la máquina, o porque es el lugar donde todo inició.

—Así que... ¿Por eso me has traído de vuelta a este edificio?

—Así es —afirma, enérgico—. Aquí es donde se crean los embriones y cuidan la mayor parte del tiempo de sus lactantes. Te pondré... Ustedes lo conocen como extractores de leche. Por favor quítate la túnica.

Taehyung se remueve incómodo, pero obedece, desabrochando las puntas hasta que la tela cae al suelo, dejándolo completamente desnudo y con el frío a punto de enloquecerlo. Jungkook extrae dos tubos de boquilla pequeña de una máquina y el humano retrocede.

—Acércate —ordena, más el humano no obedece. Jungkook inspira hondo, cerrando sus ojos e intentando no perder la paciencia. Deja los tubos de vuelta en la máquina y se acerca a Taehyung—. Si te causa demasiado dolor, me detendré.

—¿Por qué eres tan amable? —pregunta, torciendo el gesto.

—Porque presiento que, si lo haces por tu voluntad, la leche seré más abundante.

—¿Estás comparándome con una vaca?

—¿Disculpa? —cuestiona Jungkook.

Taehyung pasa saliva, intentando mirar a cualquier otro lado que no sea el cuerpo fornido de su amo aun bajo el traje.

—Dicen que las vacas que pastan sueltas en la naturaleza producen mejor leche... Ah, espera —suelta, distraído—, no es abundante, solo mejora la calidad...

—¿Por qué estás hablando de vacas? —espeta el contrario, irritado, y Taehyung menea la cabeza, sin entenderlo tampoco. El príncipe se quita la máscara, observa al humano y echa un mechón de su cabello suelto atrás de su oreja, estremeciéndolo por su acción—. Eres un humano tan extraño, supongo que la belleza debía de venir con algo... No tan perfecto.

—¿Crees que soy perfecto, amo Jungkook?

­El príncipe desliza su dedo índice por la mandíbula del humano, bajando por su cuello y por su pecho desnudo, deteniéndose en su corazón.

—Todos los humanos son imperfectamente perfectos —exhala, acercando sus labios a la mejilla del humano, moviendo su dedo índice a una tetilla para acariciar la areola, tan suave y gentil que Taehyung tiembla—. Te he visto, sé qué crees que te gusta jugar rudo en la cama, pero eso es porque no has experimento nada más allá de eso. A mí me excita si lloras de placer, no de dolor, Taehyung.

makibi » KooktaeWhere stories live. Discover now