Capítulo 11. Accidente.

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Al día siguiente por la mañana estuve hablando con mis padres. Hacía ya mucho que no los veía y los echaba de menos. También hablé con Daniel, mi hermano mayor y Amaia, mi hermana pequeña. Me dijeron que todo iba bien y que también me echaban mucho de menos, pero que estaban muy orgullosos y felices por mí. 

El día pasó rápido sin mucha cosa que destacar. No había visto a Gavi en todo el día y tampoco a la hora de comer, ya que yo comí antes y subí a prepararme para el partido de por la tarde. 

A las 21:00 empezaba el partido contra el Getafe así que a las 19:00 ya estábamos en el Camp Nou. Los chicos estuvieron entrenando y calentando hasta que se acercó la hora del partido. Como siempre, antes de volver a salir al campo, Xavi les dio las últimas indicaciones y yo les deseé suerte. Estaba muy nerviosa, para variar, así que les dediqué una sonrisa a los chicos y salí para sentarme en el banquillo al lado de Óscar. 

El partido transcurría con normalidad, estaban bastante igualados y todavía en la primera parte no había marcado ninguno de los equipos. En el descanso Óscar entró con los jugadores, yo me quedé esperando en el banquillo. Cuando volvieron a salir estaban un poco más motivados, completaban más pases y tiraban más a puerta. 

En un momento del partido Gavi recibió una falta y quedó largo en el suelo. No me preocupé mucho porque ya le habían hecho otras tantas, había estado más en el suelo que de pie. Sin embargo, sí empecé a alterarme cuando vi que no se levantaba del suelo y los jugadores agitaban los brazos para que fuera el equipo médico. 

El corazón me dio un vuelco y me puse de pie nerviosa para observar mejor lo que pasaba. Gavi se tapaba la cara con el brazo derecho mientras los técnicos lo examinaban. Por la pantalla grande se observaba cómo uno de ellos palpaba al sevillano en la parte alta del cuádriceps derecho, cerca de sus testículos. Gavi ponía cara de dolor y se quejaba cada vez que el técnico le apretaba. Entonces los médicos pidieron una camilla para levantarlo del suelo y sacarlo del campo. 

Mierda.

Debía ser bastante grave ya que cuando se acercaron al banquillo entraron directamente con la camilla al vestuario. Xavi mandó entrar al segundo entrenador para ver qué decían los médicos. Yo sentía como si me hubieran tirado un jarro de agua fría por encima. Quería entrar y preguntar qué le pasaba, si era algo grave y ver si estaba bien, pero claramente no podía.

A los pocos minutos salió Sergio, el segundo entrenador, y pude escuchar como le decía a Xavi que se llevaban a Gavi al hospital. 

Joder, sí que es grave.

Si ya estaba nerviosa durante el partido, después de eso todavía lo estaba más. Ni siquiera me enteré cuando marcó gol Lewandowski casi a 10 minutos de acabar el partido, estaba demasiado ocupada pensando en cómo estaba Gavi. Deseaba que se acabara ya. 

Los últimos minutos se me pasaron como si fueran una hora, encima el árbitro añadió 6 de prórrogra y yo sentía que me moría. Cuando por fin acabaron entré con los jugadores al vestuario, todos estaban preocupados por su compañero. 

-Voy a ducharme rápido, me cambio y vamos al hospital -dijo Pedri mientras se quitaba la camiseta. 

Yo asentí, salí del vestuario para que los chicos pudieran ducharse y me dispuse a esperar a Pedri en el pasillo. No tardó mucho en salir, fuimos al parking a por su coche y nos dirijimos hacia el hospital en el que estaba Gavi. Al llegar nos indicaron su habitación y fuimos hacia allí. 

Cuando abrimos la puerta nos encontramos con un Gavi más serio de lo normal y con cara de cansado. Ambos saludamos y le preguntamos que qué tal estaba. 

-Bueno, me han hecho unas radiografías para ver si se me han roto las fibras o si hay algún problema grave -contestó agotado. 

-¿Te duele mucho? -pregunté sin saber muy bien que decir. 

¿Pablo o Gavi?Where stories live. Discover now