Capítulo 15. Fiebre.

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Acompañé a Gavi de nuevo a la cama y me dispuse a darle el segundo masaje del día. Cogí la crema de la mesita y me la froté en las manos para calentarla como hacía siempre mientras Gavi remangaba su pantalón de fútbol.

-¿Te hago la coleta? -preguntó mirándome.

-Ay, es verdad -se me había vuelto a olvidar.

Le tendí la mano derecha para que cogiera el coletero negro que había en mi muñeca y puse la cabeza un poco para atrás para que pudiera recoger todo el pelo. Mi estómago se encogió cuando sus manos entraron en contacto con mi pelo. Cogió suavemente un mechón y luego otro, los juntó con delicadeza en una coleta y la ató con el coletero de la misma forma. Estuvo un rato acariciándome el pelo y la espalda, y yo sentía que el corazón de se me iba a salir por la boca. Intentaba concentrarme en el masaje, aunque mi cabeza centraba toda la atención en sus manos.

-Me gusta mucho tu pelo -dijo mientras seguía enredando con él.

Yo me limité a mirarle y sonreír, algo tímida.

-¿Te duele mucho todavía? -pregunté refiriéndome a su pierna.

-No tanto como antes -suspiró y yo asentí-. Me amarga más estar aquí encerrado que el dolor.

-Bueno, mañana ya será el tercer día -intenté ser positiva-. ¿Te ha llamado el médico?

-Que va -negó con la cabeza.

Acabé de darle el masaje y me quité la crema de las manos. Me quité las zapatillas y me senté con las piernas cruzadas en el lado derecho de la cama posicionándome frente a él. Iba a proponerle ver una película pero justo sonó mi móvil. Videollamada de mis amigas.

Las cuatro caras de siempre me saludaron sonrientes y me preguntaron que qué tal estaba.

-Bueno, un poco agotada -contesté mientras me abrazaba las rodillas.

Gavi dejó el móvil y se centró en mi conversación.

Estuve contándoles un rato a mis amigas los días anteriores, cómo iba con el documental y las novedades.

-Ostras, ¿Y qué tal está Gavi? -preguntó Sara.

-Ay, es verdad, no para de salirme en Tiktok el golpe que se dio en el partido -aportó Inés.

-Está bien -me encogí de hombros con cara de pena-. Se está recuperando poco a poco, pero todo va bien así que no tardará mucho en estar al 100% otra vez.

-Menos mal, pobre, se dio un buen golpe -habló María y yo asentí.

-Pues sí, yo pensaba que sería una tontería pero resultó ser que no -expliqué.

-¿Pero ya está en casa? En las noticias dicen que se lo llevaron al hospital -preguntó Andrea.

-Sí, sí. La noche del partido se lo llevaron al hospital pero enseguida lo mandaron a casa porque no tenía nada grave. Lo malo es que ahora está en reposo absoluto -expliqué.

-Pobre, se debe aburrir como una ostra con lo inquieto que es -de nuevo Andrea.

-Sí bueno -reí-. De todas formas nos vamos turnando un poco para hacerle compañía, ahora estoy yo.

Quise omitir la parte de los masajes para que mis amigas no dijeran nada que pudiera ponerme en un aprieto.

-¿Estás con Gavi ahora mismo? -Sara abrió los ojos como platos.

-Sí -dije algo nerviosa-. Así que tened cuidado con lo que decís -reí.

-¡Tía! Pero eso se avisa antes -exclamó de nuevo la rubia- ¿Nos está escuchando?

¿Pablo o Gavi?Where stories live. Discover now