Capítulo 133. Siempre seremos una familia.

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Gavi tuvo razón con lo de que a Xavi no le importaría que nos lleváramos a la niña a los entrenamientos. No era lo más cómodo para mí, pero tuve que hacerlo unas cuantas veces cuando nadie se podía quedar con ella. Aunque Pablo estaba de lo más contento. No paraba de mirar hacia las gradas cuando la llevábamos.

Los chicos también nos ayudaban bastante con ella, sobre todo cuando teníamos eventos o alguna cosa. Sira y Ferrán se quedaron con ella cuando Gavi y yo tuvimos que ir a una sesión de firmas. También Pedri y Ansu lo hicieron cuando yo estaba mala y no podía salir casi de la cama para ayudar a Gavi. Unai Simón también vino varias veces, y lo mismo Alice y Morata con los niños.

Estaba agradecida por todas y cada una de las personas que me rodeaban. Me sentía la persona más afortunada del mundo, sobretodo por Gavi. Era un padre increíble, y nunca descuidaba absolutamente nada.

La cosa se nos empezó a complicar un poco cuando Martina empezó a caminar, un mes después de su primer cumpleaños. Dio sus primeros pasos mientras hacíamos una barbacoa en el jardín. Los chicos se pasaron todo el día detrás de ella, llevándola de un lado para otro y animándola. Pedri estaba más que orgulloso, pero seguía cogiéndola de la manita todo el rato para que no se cayera y se hiciera daño.

Ansu lo primero que hizo fue darle una pelotita de pequeña de fútbol para que la chutara, y todos celebraron y gritaron cuando la niña lo hizo. La pobre los miraba más confusa que otra cosa.

Empezamos a llevarla a los partidos cuando creció un poco más, donde era todo un terremoto. Cada día se parecía más a su padre. La bajaba conmigo al banquillo mientras los jugadores calentaban, y después la subía con Sira, Naiara o quien viniera para que estuviera más segura. Además de que no paraba de corretear de un lado para otro y había que estar vigilándola todo el rato.

-Corre, deséale suerte a papá -dije dándole un toquecito para que fuera hacia Gavi antes de un partido contra el Sevilla.

La niña fue corriendo y abrió los brazos hacia su padre, quien entraba ya hacia el vestuario, para que la levantara. Gavi lo hizo con gusto y la estrujó contra él dándole muchos besos. Yo aproveché para acercarme y recibir uno también, y después la cogí para llevarla con Sira.

-Pórtate bien con Sira -pedí alzando las cejas.

-Pues claro que sí -dijo la castaña mientras se acercaba.

-Siraaa -sonrió Martina mirándola.

Di un beso a mi hija y se la tendí a mi amiga. Estaban más que acostumbradas la una a la otra, y Martina la quería mucho.

El partido en concreto quedó 2-0, haciendo que el Barça siguiera siendo el primero en liga, tal y como había sido el año anterior.

Los jugadores aplaudieron hacia las gradas y entraron de nuevo al vestuario.

Gavi había marcado uno de los goles, así que entré con ellos para felicitarlos.

-Enhorabuena, mi amor -sonreí y posé un beso sobre sus labios.

Él fue a contestar, pero un grito nos interrumpió.

-Papáaaaa -corría Martina y Sira por detrás riendo.

-Ven aquí, mi niña -sonrió Pablo y se agachó para cogerla en brazos.

Ambos se fundieron en un abrazo y yo los miré orgullosa.

-Mamá, papá ha marcado -anunció la pequeña mirándome.

-¿Ah sí? ¡Qué bien! -la miré también ilusionada.

-Sí, sí, sí -contestó agitándose en brazos de Gavi.

-Con cuidado, Tinita -avisó él riendo.

La niña abrió los brazos y volvió a abrazarse a él, mientras apoyaba la cabeza en su hombro.

¿Pablo o Gavi?Where stories live. Discover now