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[Flashback]

Una (Tú/Nacionalidad) adolecente se encontraba sentada en una silla, completamente sola. Envidiaba ver a los otros niños con sus padres, haciendo manualidades o simplemente pasándola bien.

Su madre trabajaba y su padrastro no era capaz de levantarse de ese sucio sillón. Tampoco sus profesores podían hacer mucho, no había consuelo que le animara.

Pero entró al salón ese chico de sexto siempre le hablaba, no podía entender por qué. Damián, ese era su nombre. Su apellido nunca lo podía recordar con claridad.

Él tenía 17 y ella 15. Siempre había creído que los chicos más grandes no les gustaba hablar con los más jóvenes, pero él era totalmente diferente.

Solía buscarla en los almuerzos y sentarse con ella cuando estaba sola, le encantaba hablar de fútbol al igual que a ella, algo tenían en común.

-La profesora Militelo la busca -Comentó al profesor a cargo.

-Claro -Asintió y luego siguió calificando en trabajo de los demás alumnos.

-Hola -Susurró y ella levantó la cabeza.

-Hola -Saludó dudosa.

-Vení -La agarró suavemente de la mano y salieron corriendo del salón.

-¿A dónde vamos?

-Qué sé yo, no me gusta que estés tan sola -Sonrió divertido y se escondieron en el techo del colegio.

-Creí que este lugar estaba prohibido -Ella levantó una ceja.

-Acá solo vienen a comer los directivos, tranqui -Se sentó en el suelo y le indicó que fuera a su lado.

-¿Por qué siempre me hablás? -Preguntó suavemente y él sonrió levemente.

-Me gusta estar con vos, sos algo desconfiada pero me caes re bien -Comentó y ella ocultó su sonrisa- También te tengo que contar algo.

-Decime -Su sonrisa se borró al verlo algo preocupado-¿Es algo malo?

-Recibí un contrato en Inglaterra -Explicó y ella lo felicitó emocionada- Me van a pagar bien y mis viejos necesitan la plata.

-¿Y por qué tanta preocupación?

-No quiero dejarte sola -Susurró y sus mejillas se tiñeron de rojo.

-Damián, esto es mucho más importante que yo -Frunció el ceño- No pierdas la oportunidad de tu vida por una piba que ni siquiera se acuerda tú apellido -Ambos rieron.

-Cada gol que ataje te los voy a dedicar -Ella rodó los ojos.

-No lo dudo -Bromeó- Creo que tengo que volver, ¿No?

-Supongo -Se encogió de hombros y bajaron las escaleras- Ojalá nos encontremos otra vez, quizás en esa ocasión pueda invitarte a comer algo.

-Ojalá que sí -Sonrieron.

-¡A propósito! -Ella volteó su cabeza- Mí apellido es Martínez.

-Bonito -Susurró y caminó tranquilamente hasta su salón.

[Fin del flashback]

-¡Hay que ponerle ganas, muchachos! -Gritó Enzo mientras los veía hacer bicicleta fija.

-¡Callate, vos! -Lo callaron.

-Amigo tengo un hambre -Se quejó su esposo y Alejandro acotó.

-Daría lo que fuera por unas medialunas -Suspiró y el estómago de los tres rugió.

¿Jugadora? [Emiliano Martinez y tú]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu