Prólogo

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Castillo de Merlín, años atrás.

—¿Por qué estoy aquí, Merlín? —se sentó en la orilla del ventanal.

—Debo advertirte sobre una visión que tuve —se acomodó en la silla de su escritorio sin parecer sorprendido por la llegada del chico.

—Hablas de una profecía —pareció más una afirmación que una pregunta, ese solía ser tono de voz, el hechicero asintió—. Dime.

—Dentro de unos años tendrás un gran plan para obtener algo para tu propio beneficio, y será un buen plan —el chico de ojos esmeraldas sonrió con soberbia—, pero fallará —su sonrisa cambió a una expresión incrédula, el hechicero peinó su barba—. Eso no es todo, tu salvación será una chica del mundo sin magia. Ella será tu primer niña perdida —el anciano lo miró con advertencia—. Pero cuidado, eso no significa que será la primera chica que llegue a tu vida.

—¿Y cómo sabré que es la correcta asumiendo que lo que digas sea cierto? —posó su antebrazo en su rodilla y llevó una mano a su barbilla.

—La chica sabrá de tu pasado y también tu futuro, además de que te será leal —el rostro del chico reflejaba ignorancia, pero intentaba ser abierto a las palabras del viejo hechicero—. Deberás tener paciencia, ella es inteligente pero muy orgullosa, recuerda que sin ella tu plan no servirá de nada ya que ella puede advertirte todos los movimientos de tus enemigos, ella cambiará tus planes pero los hará funcionar en lugar de estropearlos.

El chico chasqueó la lengua.

—¿Dónde la encuentro?

—Aún no ha nacido.

—Una niñita —saboreó las palabras en su boca—, entonces, bueno, una vez que tenga lo que quiero podré deshacerme de ella —sonrió orgulloso.

—No podrás —la mirada del viejo hechicero reflejaba seguridad.

—¿Qué quieres decir? —de un salto entró al lugar acercándose al escritorio donde estaba el gran hechicero.

—Te enamorarás  y no querrás deshacerte de ella —su tono de voz se mantenía seguro, la actitud del chico no le intimidaba.

—Soy demasiado viejo para un romance adolescente —se apoyó con sus brazos en la silla frente al escritorio.

—Ella es tu amor verdadero, no puedes resistirte a eso —se mantenía en su lugar sin inmutarse ante las acciones del adolescente.

—Es imposible, anciano —se negaba a aceptar algo que a él le parecía imposible.

—Te equivocas, y te aseguro que serás capaz de quemar el mundo por ella —fingió pensar unos momentos tomando ciertos rasgos de la actitud del chico—. Será como tu tesoro más preciado.

—Espero que el que se equivoque seas tú —remarcó el tú.

—Te aseguro que no —se acercó al chico pese a que el escritorio los separaba, observó su rostro joven y sonrió—, y eso dices pero no lo piensas, en unos años Nunca Jamás tendrá una reina —el flautista se alejó del escritorio con el ceño arrugado y una mueca de desprecio marcada en sus labios—. Cuida de ella, Peter Pan, muchos querrán quitartela —rodó los ojos y se acercó de nuevo a la ventana para regresar a su isla—. ¿Y, Pan?

—¿Si? —giró apenas su rostro para ver al hechicero de reojo.

—Así como su misión es ayudarte a ganar, la tuya es ayudarla a sanar —el chico regresó su mirada al cielo—. Para cuándo la encuentres ella estará rota y tú tendrás que repararla.









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Holi.

Este es mi segundo fanfic de Peter Pan espero que les guste.

Actualizo cuando tengo tiempo.

Voten y comenten, me ayuda mucho mucho.

Besos.

❤️

Perdidos [Peter Pan] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora