Capitulo catorce

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Segundos. Cuestión de segundos.







Esta noche es un momento importante. Esta noche Rumplestiltskin y Baelfire intentarán sorprender a Pan.

¿Y se lo comenté? Claro que sí, y todos siguen mi plan… como siempre.

Está oscureciendo y todos se están poniendo en posición. Pan da inicio a la fiesta y se sienta en el tronco tal cual mi dibujo me hacía recordar cómo era la escena. Félix está a mi lado, como siempre. Sam aún está en la jaula, lleva dos días allí, pobrecito.

Si esto sale bien le voy a pedir a Pan que lo deje salir. Él no está acostumbrado a esas cosas, su vida en el mundo sin magia era envidiable y ahora está encerrado en una jaula.

—Buen plan, Isabella, yo soy un gran actor no voy a fallarte —la voz de Ron me saca de mis pensamientos.

Le sonrío con diversión.

—Más te vale.

Ya es completamente de noche. Las antorchas están encendidas. Es casi la hora.

Me pongo detrás de Pan y toco su hombro. Él me mira y yo asiento. Debemos hacerlo ahora.

Debemos imaginar.

Debemos creer.

Cierro los ojos cuando lo veo a él hacer lo mismo.

Imagino la escena, Rumplestiltskin y Baelfire llegando justo antes de que el primero esparciera un polvo con intenciones de dormir a todos, pero no resulta, todos se mantienen despiertos a excepción de Henry. Solo al niño le afecta.

Abro los ojos cuando siento a Pan enderezar su cuerpo. Es momento. Tengo fé. Yo creo.

Me escondo detrás de unos arbustos y espero a que todo pase.

Un polvo se esparce por todo el campamento y todos caen al suelo. Busco a Félix entre los niños y lo encuentro con su mano derecha cerrada, esa es la prueba. Funcionó.

—El oscuro —dice con su acento bien pronunciado y con su sonrisa llena de suficiencia—. Qué sorpresa.

Puedo percibir el sarcasmo en sus palabras.

Rumplestiltskin sale de entre los arbustos y la oscuridad.

—Una reunión familiar —saborea las palabras en su boca, se pone de pie y muestra una expresión seria—. Ya sal, Baelfire.

El aludido sale de entre las sombras con una ballesta en sus manos, apuntando a Pan.

Ingenuos.

—Quiero a mi hijo, Pan —dice intentando lucir amenazante con el arma en sus manos.

Pero yo lo tengo todo calculado.

—Eso no se va a poder —finge una mueca de decepción.

Baelfire esboza una sonrisa justo antes de disparar. Pan detiene la flecha con una de sus manos.

El oscuro y su hijo se acercan hasta donde estoy yo, están de espaldas.

Perfecto.

Preparo la bolsita que contiene el polvo mágico.

—Después de todo has aprendido bastante —suelta la fecha, y en lugar de mostrarse molesto por quedar inmóvil, me sonríe satisfecho—. Pero no lo suficiente.

Salgo de mi escondite justo cuando apenas logran girarse y esparzo el polvo en sus rostros de un soplido. Y entonces, caen al suelo dormidos.

Los perdidos se ponen de pie y me miran atentos esperando una reacción de mi parte.

Perdidos [Peter Pan] ✓Where stories live. Discover now