xi.

2.1K 291 41
                                    

Aquí una pequeña pausa en su lectura habitual para dar un recordatorio o más bien, un aviso.

Olvidé decirlo en el inicio de la historia (agregaré una advertencia ahí luego) pero creo que todos se han dado cuenta y entienden que aquí pasarán cosas que solo deberían ser hechas por personas mayores de edad.

Los chicos son mayores de edad en esta historia. ¿Eso significa que está bien? Uhm, no. No estoy de acuerdo con todo lo que hacen, porque yo no lo haría y quiero que tengan eso en cuenta. La escritora se separa de las acciones que realizan los personajes.

Aún no empieza lo fuerte, pero aún así, se recomienda discreción  a partir de aquí, porque las situaciones en el ranking de edad para leer empiezan a entrar en un +16.

Dicho eso, siga disfrutando la lectura.

[...]

—Ese chico te está mirando mucho. —Bachira le habla bastante cerca del oído, mientras lo abraza de la cintura y los hace dar un giro para que así Isagi pueda ver al susodicho que lo observa.

—Lo sé. —Es su respuesta, mientras levanta la vista y mira también en dirección al chico que mantiene sus ojos fijos en él.

A esa distancia, no puede notar el color de sus ojos, pero puede ver que su cabello es negro, que tiene puestos unos pantalones ajustados del mismo color con una cadena colgando de su cinturón y una camisa azul oscuro con las mangas dobladas hasta los codos, tiene un reloj grande y seguramente caro en su muñeca derecha y un collar plateado colgando del cuello. Sobre su regazo descansa una cámara más grande y profesional de las que Isagi nunca había tenido el placer de ver antes y cada pocos minutos, esa misma era usada para fotografiar a su alrededor y también para fotografiarlo a él.

Isagi no es alguien creído, puesto que no hay forma de saber a ciencia cierta si realmente lo está fotografiando a él o es que Isagi simplemente está en el camino de su objetivo real, sin embargo, en esta ocasión se permite disfrutar de un momento de egocentría, creyéndose el objetivo de las fotos.

No está seguro si esta persona es la misma que los fotografió antes cuando estaban sentados, ya que en ese momento no pudo verlo, pero ahora estaba totalmente consciente, no solo de la cámara apuntando en su dirección, sino también de los ojos pesados de ese chico sobre él.

—¿Te molesta? —Bachira pregunta con curiosidad luego de dar otro giro y el de ojos azules ríe entre dientes, sabiendo que su amigo era capaz de lanzarse contra ese tipo si es que llegaba a incomodarlo. No sería la primera vez que hacía algo así. —Sabes que puedo encargarme...

—No actúes como un bravucon que ambos sabemos que no lo eres. —respondió, girando una vez más para volver a tener al chico en su campo de visión, logra verlo apretando botones en la cámara, sin prestarles atención. —Y no te preocupes, Bachi. No me incómoda.

—¡Ah! ¿Así que te sientes halagado de ser fotografiado sin permiso?

Es obvio que Meguru se está burlando de él, así que Yoichi le da un pisotón en medio del baile, ganándose una queja mezclada con una risa.

—No me odies por conocerte a la perfección, amigo.

—Cállate. No es gracioso. —Isagi lo regaña pero es inútil porque Bachira se sigue riendo.

—Claro que lo es. Eres lindo cuando te sientes halagado. —El de ojos amarillos levanta las manos para abrazarlo del cuello, y revolver el cabello negro de su mejor amigo con sus manos quien se queja en voz alta por la molestia. —Supongo que se siente bonito ser la inspiración de alguien más al hacer arte cuando ya estás acostumbrado a ser el que lo crea.

—¿De qué estás hablando? Ni siquiera podemos estar seguros de que sea a mí a quien fotografían. Podría ser yo así como podrías ser tú, o algunas de las chicas que están justo atrás.

Isagi intenta no sonar decepcionado porque no tiene sentido alguno sentirse de esa forma. ¿Quién podría sentirse halagado de ser fotografiado sin permiso? Pff, seguramente debería sentirse ofendido porque lo están haciendo sin su consentimiento o tal vez incluso debería dejar de creerse la gran cosa y dejar de pensar que realmente es él a quien están fotografiando y no a alguien más.

—Quita esa cara triste, amigo. No tengo dudas de que eres tú a quien están fotografiando. —Bachira sonríe mientras habla en un intento de levantarle el ánimo, el de ojos azules levanta una ceja con incredulidad.

—¿Qué te hace pensar eso?

—El hecho de que ese chico se ve realmente molesto por la cercanía que tenemos justo ahora. —responde entre risas antes de girar una vez más.

Y ahí está, ahora las luces de alrededor tienen tonalidades verdes y azules, lo cual parece enaltecer la figura del fotógrafo, quien está sentado en el sofá con las piernas separadas, los antebrazos apoyados en las rodillas, y el cuerpo ligeramente inclinado hacía adelante. Todo en su postura demuestra imponencia y severidad, sobre todo en el momento en que sus ojos se encuentran, porque ese chico, lo mira a los ojos antes de bajar la vista al lugar donde la mano de Bachira se encuentra posada en su cintura y frunce el ceño.

—Mierda. —La voz de Isagi es baja y ronca. Apenas puede creer las ganas que sintió por un momento de separarse del agarre de Meguru. Por supuesto que no lo haría, porque ese chico no era nadie más que un desconocido que no tenía ningún derecho a opinar sobre quién lo tocaba y quién no, pero aún así, era sorprendente el sentimiento que le proporcionó con tan solo una mirada.

—Su mirada se siente como un cuchillo en mi nuca.

Bachira se ríe pero Isagi no puede dejar de mirar en esa dirección, hasta que volvieron a conectar miradas.

El chico lo mira con fijeza y profundidad, su ceño ligeramente fruncido hasta que alguien lo interrumpe, una chica de falda corta y top de cuero se acerca, agachándose al punto de dejar poco paso a la imaginación con su postura, no puede saber qué es lo que dice pero le deja un vaso en la mano al fotógrafo y un beso en los labios.

El cuerpo de Isagi se tensa de pronto, sin entender la molestia que recorre su cuerpo, Bachira intenta girar una vez más pero los pies de Yoichi se clavan al piso, sin dejar de mirar la escena que se desarrolla frente a sus ojos, ignorando completamente la voz de su amigo que está hablando.

La chica parece llena de confianza mientras lo besa, pero eso se acaba cuando el fotógrafo la toma de la mejilla con un poco de rudeza y aparta la cara con una mueca de asco. Isagi no puede escuchar lo que le dice pero la chica se aleja furiosa, y el pelinegro vuelve su atención a él, buscando conectar la mirada con Yoichi una vez más y cuando lo logra...

Los ojos del fotógrafo recorren el cuerpo de Isagi mientras se limpia los labios con el dorso de su mano antes de señalar con su dedo en dirección al de ojos azules, y luego a sí mismo lamiéndose los labios.

—Creo que necesito un trago.

Isagi es muy abrupto al hablar y Bachira es un excelente amigo porque ni siquiera hace una pregunta antes de seguirlo en dirección a la cocina.

Perspectivas. |RinSagi|Where stories live. Discover now