xxiii.

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Su acompañante de ojos turquesa es alguien muy tierno, o eso le hace pensar su actitud. Porque Isagi tiene los ojos llorosos y él pregunta si le duele algo mientras le seca las lágrimas y se disculpa por lastimarlo. Y es tan adorable la forma que tiene de abrazarlo por la cintura, dejando besos en su cuello y en su hombro.

A Isagi le gusta eso, la sensación cálida que deja esa respiración contra su cuello junto al cosquilleo de los besos en su piel, y es cuestión de tiempo antes de caer dormido por el cansancio de su cuerpo y el mareo causado por el alcohol.

En algún momento mientras dormía, puede oír una puerta ser azotada con fuerza pero Yoichi tiene mucho sueño, y está acostumbrado a dormir incluso con todo el ruido que hace Bachira, así que no le presta atención al sonido, se acurruca un poco más en la cama y sigue durmiendo.

Cuando Isagi abre los ojos, despierta por culpa del sonido incesante de su celular. Y al momento de quitarse la sábana de la cabeza, la luz del sol lo golpea generando una punzada dolorosa en su cabeza.

—Agh... Mierda. —maldice. Siente la lengua pastosa y su voz ronca le raspa la garganta. Le toma largos segundos con los ojos cerrados adaptarse a la jaqueca incipiente que le fastidia y tomar la fuerza suficiente para sentarse sobre la cama. —¡Carajo!

Lo último suena como un gruñido mezclado con un grito al sentir el dolor de sus caderas, y trasero. Y cuando mueve la cabeza, el cuello le molesta de cierta forma extraña. Isagi parpadea un par de veces intentando volver a sus sentidos, mientras recoje el bóxer que está junto a él y empieza a ponerselo entre maldiciones.

—Soy un maldito idiota, joder. ¿Cómo pensé que sería una buena idea tomar esos tragos combinados?

Isagi apreta sus párpados con fuerza, y se muerde el labio. El dolor de cabeza apenas le permite pensar, y el sonido del celular no está ayudando, cuelga la mitad de su cuerpo de la orilla de la cama, consiguiendo alcanzar la pierna de su pantalón para así recogerlo, y así sacar el teléfono del bolsillo. Al ver que se trata de su madre, decide que lo mejor es colgar, enviándole un mensaje de que estaba bien y la llamaría pronto porque estaba haciendo una pintura para su clase. Con eso conseguiría un par de horas antes de que su madre vuelva a llamar.

Antes de apagar la pantalla, Yoichi decide leer por encima un par de mensajes que recibió en la madrugada, uno de Bachira diciendo que se iba a casa, otro de Kurona deseándole suerte y uno de Kunigami que le preguntaba si se encontraba bien. No le sorprendía no tener ninguno de Chigiri porque él no se preocuparía hasta después de tres días. Siente un ligero ardor en su pecho cuando su brazo le roza y no puede evitar el grito que se escapó de sus labios al ver la mordida que tiene en el pezón.

Busca la cámara de su teléfono en segundos. La imágen de sí mismo que le devuelve la mirada tiene un par de marcas moradas en las partes de piel que sus collares no llegan a cubrir, y también pequeñas partes enrojecidas en su clavícula. Yoichi escanea su cuerpo, y también hay un par de marcas rosáceas en sus muñecas alrededor de sus pulseras y unos rasguños pequeños junto a dedos marcados en su cadera.

—Oh. Joder. Tuve sexo con un chico. —gimió en un tono ligeramente sorprendido. No es que se sintiera orgulloso de haberse enrollado con un desconocido en una fiesta pero tampoco se sentía decepcionado de sí mismo. No es lo peor que pudo haber hecho. —Espera... ¿Con quién?

No hay nadie más en ese cuarto, Isagi no está muy seguro de cómo sentirse al respecto. Una parte de él se siente feliz de no tener que enfrentar el vergonzoso momento cuando la realidad los golpee a ambos y se den cuenta que actuaron como una pareja de enamorados siendo unos completos desconocidos o sentirse decepcionado porque ese chico se fué sin dar la cara o preocuparse por nada más.

Perspectivas. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora