04. El nueve de Corea

7.9K 887 1K
                                    

Martina ya había entrado al estadio donde se iba a desarrollar el partido entre Corea y Uruguay

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Martina ya había entrado al estadio donde se iba a desarrollar el partido entre Corea y Uruguay. Sonny le había conseguido una camiseta con su nombre y la tenía puesta con mucho orgullo, deseando un buen resultado para los coreanos. Su amigo se merecía un triunfo, era la persona más gentil y amable que conocía, alguien que desde el día en que se habían conocido, la había tratado como una hermana menor a la que cuidar y guiar. Son Heung-Min era un excelente futbolista, de los mejores en el Tottenham y era el merecido capitán de Corea del Sur. Su indudable apoyo se encontraba puesto para Argentina, aunque también le deseaba mucha buena suerte al equipo de Sonny.

Tomó asiento en su lugar designado, después de comprarse un agua y de ir al baño. Había una persona sentada en el banco de al lado, le llamó mucho la atención, porque tenía una campera negra, unos lentes de sol y una gorra con la visera para adelante. Parecía alguien que trataba de escapar de las cámaras o de ser reconocido por el público. Hacía mucho calor para estar tan tapado y se lo quedó mirando por unos momentos; la periodista había decidido hacerse dos trenzas en el pelo y se había arremangado su camiseta para que se le viera la panza. También usaba unos shorts negros y cortos, ya que el calor en Qatar se estaba haciendo insufrible y no planeaba usar pantalones largos.

¿No tenes calor? preguntó Martina en inglés, mirando al hombre y regresando su atención a la cancha.

El desconocido negó con su cabeza.— No entendí nada, culia'. Hablame en español.

Entre todas las personas en el estadio, era una cruel broma que Cristian Romero estuviera sentado a su lado. Podía reconocer su voz y su tonada cordobesa, así como la forma en la que la hacía sentir. Molestia, enojo, aburrimiento. Martina se giró para mirarlo y sin pedirle permiso, le sacó los lentes de la cara y lo miró con detalle. Sus labios gruesos, su nariz, sus ojos marrones y su piel morocha. Cuti le sacó los lentes oscuros de las manos y se los volvió a poner, no sin antes darle una mirada mortal. Para romperle las bolas, la castaña le robó la gorra y se la puso en su cabeza. Evitó que él se la sacara, dándole un manotazo a su mano.

—¿Por qué estás tapado como si fueras famoso?

Cristian se bajó los anteojos y la miró mal.— Soy conocido.

—Tampoco sos Messi.— hizo una mueca, porque Cuti sí era conocido en Inglaterra y en Argentina, aunque no podía decir lo mismo en el estadio lleno de personas de diferentes países. El público presente le prestaba más atención vistiéndose como un superhéroe encubierto, que si usaba ropa común. Además, seguro se estaba muriendo de calor con esa campera negra.

—No me dejó el técnico venir acá, así que me escapé.— reconoció, después de un tiempo en silencio. Mañana jugaba Argentina contra Arabia Saudita, así que si hubiera estado en el mismo lugar que Lionel Scaloni, tampoco lo habría dejado a Cristian Romero salir del lugar donde se hospedaban.

Martina lo miró y soltó una risa.— Te vas a cagar de calor así, te lo aviso.

—Ay, te preocupas por mí.

Gorgeous ✓ ⋆ Cuti RomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora