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El partido contra México había llegado y Martina estaba a punto de tirarse de la tribuna. A diferencia de la primera vez que había ido a la cancha, con Camila no habían conseguido asientos en la misma tribuna. Así que ni bien llegaron al estadio, tuvieron que separarse y entrar por diferentes puertas. Ahora estaba totalmente sola, rodeada de mexicanos, buenasuertelasuya, y con la camiseta de Cuti Romero. Lo único que esperaba de hoy, era que de verdad ganaran el partido, porque todavía no había arrancado y ya la estaba pasando muy mal.
Era problemático que las tribunas estuvieran tan mezcladas y que no hubieran separado a los argentinos de un lado y a los mexicanos por otro, teniendo en cuenta lo mucho que los hinchas se ponían eufóricos al ver a su equipo ganar o perder. Los tres lugares a su lado se encontraban vacíos y todavía tenía la leve esperanza de encontrarse con más argentinos y tener con quien hablar, y al menos, festejar los goles. Milagrosamente, pudo ver a la distancia que tres personas se acercaban con sus camisetas de Argentina. Los miró un poco, hasta que se dió cuenta que una era Tini Stoessel, la cantante argentina que estaba de novia con Rodrigo De Paul. Tini se acercó con los que suponía que eran su papá y su hermano, mientras levantaba su mirada para mirar a la periodista.
La recién llegada se sentó justamente en el asiento al lado suyo y Martina se quedó quieta, sin saber si lo más adecuado era saludarla o mejor actuar como si no supiera quién era. Estaba demasiado preocupada por el partido, así que no quería agregar un nerviosismo más a su cuerpo, y miró a la cancha. Los futbolistas argentinos y mexicanos salieron de los pasillos y empezaron a cantar el himno nacional. La periodista gritó con todas sus fuerzas y cuando los hinchas empezaron a saltar, sintió que alguien ponía su brazo en su hombro. Miró a su lado, Tini tenía su brazo arriba suyo, mientras su familia se agarraban.
—¡Vamos Argentina!— gritó la periodista, con todas sus fuerzas, uniéndose a los gritos.— ¡Cristian si no ganamos te juro que te lo hago pagar! Estoy usando tu camiseta mugrienta.
No había manera de que Cristian Romero pudiera escucharla, porque estaba sentando en el banco de suplentes, pero aún así, necesitaba sumarse a los gritos y dejar su grano de arena. Tini la miró confundida. Ella no era tan mal educada como para seguir actuando como si la cantante no existiera, había una línea entre no querer incomodar a un famoso y otra muy diferente, que era ignorarlo. Ahora que tenía su atención, tenía que presentarse frente a la cantante.
—Hola, soy Martina Sarabia.— se presentó la periodista, sonriéndole a la cantante.
—Soy Tini. ¿Vos sos la chica que está saliendo con Cuti?
¿Cómo era posible que la triple T le hiciera esa pregunta? Un poco de saliva se le fue al otro lado y tuvo que toser para recuperar el aire. Se le puso la cara roja, en parte por la vergüenza de haberse atragantado y también porque Tini le hubiera hecho esa pregunta. La mentira tenía patas cortas y ahora que Antonela y Messi pensaban que Cristian y ella eran pareja, temía que el resto de las botineras también lo creyeran.
