MAPA ESTELAR (Capítulo 9) •UN PEQUEÑO PASO•

74 8 1
                                    

—No sé de qué hablas, no sé a qué te refieres — respondí, tratando de evadir la mirada de Apolo, mientras caminaba hacia la puerta, quería salir de la casa y llegar al jardín.

—Pequeña Lilith espera, no puedes huir así, es que ahora todo tiene sentido, ese cuarto en el que me escondiste estaba lleno de libros, la máquina de escribir, las hojas, todo, tú eres la escritora de esos libros tan hermosos que me lees, ¿por qué intentas ocultarlo? No tiene nada de malo, al contrario es fantástico, mágico, ahora entiendo porque trabajar desde casa y el dinero no te falta, eres una famosa escritora allá afuera, ¿por te escondes?

—Porque me da vergüenza, me da muchísimas vergüenza darle la cara a mis lectores, me creen una mujer valiente, maravillosa.

—Lo eres.

—Por favor mírame, intenté quitarme la vida por un hombre, no puedo salir de casa porque le tengo pánico al mundo de allá afuera, porque yo escribo para no morirme, escribo para salvarme de mí, de él y de los demás.

—Y con eso nos salvas, ¿no lo ves?

—No, lo único que veo es a una mujer que le teme a vivir, pero que se obliga a seguir con vida.

—Deja de ser tan cruel contigo, ve allá afuera, hay miles de personas que siguen vivas por ti, por leerte, también a mí me has salvado.

—Ya cállate Apolo, mejor dime, ¿qué harás el día de tu cumpleaños?

—Pues planeo irme a un lugar solo, quiero estar solo, donde la policía no me esté buscando y comer y abrir una botella de vino.

—Ah pues, que genial, disfruta.

—Lilith...

—Apolo, no quiero hablar, no quiero tocar ningún tema ya.

Me senté en medio de las gerberas, justo en el lugar donde vi a Apolo la primera vez, no entendía que estaba pasando conmigo, no podía sacar a Inexth de mi cabeza, me hacia feliz el pensar que Apolo podía recuperar su vida, volver con su ex y formar una familia con sus hijos y la mujer que ama, pero a la vez me dolía, ¿por qué me dolía, si yo seguía amando a Inexth?

Entrada la noche caminé hacía mí habitación entré, tomé una ducha, me metí a la cama, y abracé mi almohada, como dolía la vida en ese momento.

—Lilith, ¿Puedo pasar?

—Ya estas dentro.

—Mañana es el concierto, ¿me ayudas a elegir que ponerme?

«¿Está idiota? ¿Por qué me pide a mí que le ayude a elegir que ponerse para ver a su ex? Tremendo pelafustán este»

—Creo que ya estás lo suficientemente grande como para elegir que ponerte, no eres un niño, de hecho ya estás bastante viejito.

—Tienes razón, no quise molestarte.

—Entonces no lo hagas y ve a descansar y déjame a mí hacer lo mismo.

—Buenas noches, pequeña Lilith.

—Igualmente.

•11 de octubre•

11:42 a.m.

Me despertó el sol entrando por la ventana y también el aroma a café recién preparado, pero por alguna razón en lugar de antojarseme me daba ascos, no quería salir de cama, solo quería dormir, estaba tan cansada, y no de los demás, estaba tan cansada de mí, de mí intentando soltar al hombre que más me había dañado, estaba cansada de mí y de esta jaula en la que me metí por voluntad propia y que a pesar de saber que la puerta está abierta no podía salir, ¡Maldita sea! Me ganó el sueño en esa pelea constante de mi mente.

MAPA ESTELARWhere stories live. Discover now