Capitulo IX: Bienvenidos al Himalaya.

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Antes me esperaron un lustro, pero ahora no pueden hacerlo por unos meses. Aguanten vara.

No es cierto. Los quiero mucho. Hago mi mejor esfuerzo. Gracias por seguir aquí.

📌Advertencias📌
NSFW/Smut/Lemmon (Ligero)
Les debo uno fuerte para la próxima.

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Siente la cabeza mareada, lo suficiente para no saber que es lo que ocurría a su alrededor. Normalmente, por cosa de su trabajo, podía tolerar y aguantar muy bien el alcohol en sus diferentes fases, sabores, aromas y mezclados con otros, pero ahora mismo no sabe cuánto ha tomado si se sentía bastante mal de la cabeza. El cuerpo lo sentía ligero, casi como una pluma, el bullicio de la gente ya no se escuchaba, pero podía escuchar un par de voces borrachas hablando uno con otro sobre cosas sin sentido, entre tartamudeos y arrastrando las palabras; estaba seguro de que eran ese trío de borrachos.

Intenta levantarse de la silla donde estaba. El piso y las paredes se movían, como si tuviera vida propia y si fuera así no tendría porque sorprenderse. Digo, él es un dado que habla, ¿porque habría de tener sorpresa si el piso donde se hallaba parado de repente entable conversación? No es nada fuera de este mundo.

Joder, ¿en qué estaba pensando? Le venían demasiadas tonterías a la cabeza. No recordaba cuando había sido su última borrachera desde que se descuido y dejó que Chimes rompiera varias botellas de licor de la barra; ese día se fue mucho dinero en reparar el alcohol y a él una disminución de su salario. Por suerte Chimes ahora mismo cuidaba de los niños mientras él se daba un largo rato de descanso que no había tenido en semanas.

Los niños. Debía ver a los niños. Con la decisión palpitando en una esquina de su cabeza y el cuerpo cediendo ante el alcohol en su sistema dió un primer paso, pero fue como si todo de repente se volviera pesado. Ya no sentía a nadie alrededor suyo, las voces tampoco estaban y un silencio se cirneo alrededor suyo. ¿Que horas serán? Debía cerrar el casino antes de que su jefe llegara y encontrará a todos en la quinta nube.

— Wheezy... Hay que cerrar el casino. —

Llama, arrastrando la lengua, intentando no trabarse al hablar. Sostuvo su cabeza, dejándose recargar por unos momentos slbre la mesa de billar para poder volver a recobrar un poco sus sentidos y la vista. Sintió peso en su mano y había recordado que había estado bebiendo un poco de vodka con whisky, dejando de empuñar el vaso para poder dejarlo sobre la mesa; mañana le toca limpiar a PhearLap.

— ¿Wheezy? —

Vuelve a llamar, soltando un quejido en el acto. Se levanta por fin de la mesa para ir a buscar a ese estúpido cigarro. Da un paso, otro. Todo da vueltas y de repente siente ganas de vomitar. Ah, tenía bastante tiempo de no sucumbir al alcohol de esa manera.

De pronto, siente una mano grande sobre su pecho, sosteniendolo con cuidado, mientras otra descansaba sobre su espalda baja. Intenta ver en medio de su vista borrosa, pero la verdad es que todo le estaba dando bastante vueltas que sentía un dolor de jaqueca darle casi de lleno. Vuelve a soltar un quejido y se deja sostener sobre quien le estaba ayudando.

— ¿Wheezy? ¿Eres tú? Es hora *Hip*... Es hora de cerrar el casino... —

Vuelve a decir, cerrando sus ojos por unos momentos para poder enfocar bien la vista. La persona que le sostenía le ayuda a equilibrarse al dejarle recargarse sobre su propio cuerpo, y de repente siente el aroma a habano y vino. Era algo tan natural en su día a día que no puede evitar dejarse llevar por el olor, dejando medio caer su peso sobre el otro para seguir embriagandose ahora con ese aroma tan gustoso. Le recordaba a alguien, pero estaba lo suficientemente ido como para no recordarlo. Espera, ¿recordaría mañana todos los sucesos?

Los hijos del diablo... ¿Y el dado?Onde histórias criam vida. Descubra agora