Capítulo V: Aprovecha el bug

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Lo primero que escuchó al levantarse fue a dos irritantes berridos, seguido de gritos de una voz profunda que reconocía bien

Su cabeza seguía doliendo, pero ya no daba vueltas. Soltó un gruñido por lo bajo, intentando levantarse del mueble donde estaba, solo que una gran mano se lo impidió cuando tapo sus ojos y volvió a acostarlo bruscamente sobre el mueble

—Quedate ahí, Dice

Escuchó la voz de su jefe, pero seguía obstruyendo su vista con su gran mano. Aún podía escuchar los chillidos de ambos bebés

—J-jefe, permítame ayudarle...

—Dije que te quedes ahí. Es una orden -Gruño el mayor. Se le notaba molesto, demasiado a decir verdad, así que decidió acatar la orden que se le dio-

—Entendido -Murmuro audible, sintiendo como al fin dejaba de tapar su vista-

Lo primero que vio fue al diablo sostener al bebé azulino en un brazo y al bebé rojizo con su cola, y estos seguían llorando con gran potencia

Tuvo que aguantar una risa por como la escena se veía bastante graciosa

—¡Ahg! ¡Callense ya, mierda! -Grito con fuerza, en un intento de mecer a ambos bebés-

—Eh... Jefe...

—¡Tu también cállate! ¡O te juro que te daré el doble de trabajo!

Ok. Está vez si decidió hacer caso

Vió como el Diablo salía del despacho con ambos niños. Los chillidos se dejaron de escuchar cuando estuvieron lo suficientemente lejos de donde estaba

Suspiró con pesadez, sintiéndose más aliviado ahora que tenía tranquilidad en su mente. Cerro los ojos, descansando mejor ahora que su jefe no estaba al igual que ambos mocosos

Hay que aprovechar, ¿no?

Sintió los párpados pesados y el sueño invadirlo nuevamente. Se acomodó mejor en el gran mueble

Fue ahí donde se dió cuenta que tenía como cobija una gabardina, y cabe decir que era del Diablo, por lo cual le quedaba jodidamente grande; sonrió levemente ante el gesto de su jefe. Pudo oler el aroma a tabaco y colonia, con un poco de bebida alcohólica de por medio, pero son cosas que a el dado le gustaban. Y como si los olores mezclados en la gabardina fueran una especie de morfina, se durmió de nuevo

&

Cuando despertó nuevamente ya era de noche. Está vez se enderezó mejor, quedando sentando en el mueble. Observó el despacho, mirando como todo estaba tan oscuro, con la única luz de la luna que atravesaba el gran ventanal

Miró el trono de su jefe, viendo una sombra sentada en este. Se levantó por completo, yendo a revisar quién era

Gran fue su sorpresa al mirar a su jefe ahí, dormido. Prendió una pequeña lámpara que estaba en la mesa para poder admirar bien la escena; se encontró con la segunda sorpresa de encontrar a los dos mocosos dormidos en brazos del mismísimo Diablo

Decir que estaba sorprendido, era poco. ¿Quién diría que se encontraría al Diablo dormido con dos bebés en brazos? Pero más que graciosa la escena, se le hizo bonita. Nunca podía ver a su jefe en ese modo tan tierno

Hay que aprovechar x2

Después de unos minutos de seguir admirando al Diablo con dos bebés fue por una cobija a su cuarto para después regresar con esta. Al volver pudo observar que los dos mocosos habían despertado, pero su jefe seguía dormido

—A ver ustedes, engendros -Llamo hacia los niños, cargandolos con ambas manos. Lo bueno que no chillaban; estaban demasiado tranquilos a comparación de cómo estaban en la mañana-

Dejo a los mocosos sentados en el mueble donde él había estado. Fue con su jefe y le puso la cobija encima, admirando el como se veía tan tranquilo estando dormido

Nunca lo había visto dormir, pero se veía bien

Sacudió su cabeza, alejando esos estúpidos pensamientos. Fue nuevamente con los bebés, viendo el como se le quedaban observando, atentos a los movimientos del dado

—¿Qué quieren? -Les preguntó, a sabiendas que no le contestarían-

En lugar de eso, los dos niños alzaron los brazos: Dice captó el mensaje de inmediato

—Demonios. Lo que tengo que hacer -Susurro para si mismo, cargando a ambos niños-

Camino afuera del despacho, procurando ir en silencio. Ya todo estaba apagado y por lógica todos estaban dormidos. ¿Qué hora era? Más bien, ¿cuanto había dormido? Lo que si sabe es que había dormido lo suficientemente como para no tener sueño

Camino afuera del casino. Sabía que si los bebés comienzan a llorar alertarian a medio mundo, y no quería eso. Más bien, no querían que lo vieran cargando a dos bebés; ya lo habían visto algunos empleados del casino, no quería que todos se enterasen

Su reputación iba primero, por Lucifer

Se sentó debajo de un árbol, abrió sus piernas y puso a ambos mocosos en el círculo que creaban sus extremidades. Estaban muy tranquilos para su gusto, pero era mejor eso que tenerlo chillando por cuánta cosa y media

Miraba de vez en cuando a las estrellas para después observar a los mocosos y el como ambos se entretenían jugando con ellos mismos

Y se quedó ahí, esperando a que ambos niños se durmieran y también a que el sueño le invada de nuevo

Los hijos del diablo... ¿Y el dado?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora