𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓣𝔀𝓸

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El viernes había llegado más rápido de lo que esperaba. Eran las 6pm y me encontraba a mí mismo mirándome al espejo, el sol apenas se asomaba por la ventana, eso resaltaba los lunares que poseía el otoño se aproximaba, eso hacía que resaltaran más, puse una de mis manos sobre estos, pensando en cómo me vería sin ellos. ¿sería más atractivo? Intente borrar esos pensamientos rápidos de mi mente.

Acomodaba el cuello de mi polo sobre mi suéter, iba a ser una noche fría, más de lo que pensaba.

Esperé a que llegaran Cheng y el resto, él sí tenía licencia de conducir, a diferencia de nosotros. Íbamos sobre su descapotable negro, alardeando del dinero, que obviamente teníamos para estar en tal vehículo, quizá en aquel entonces no lo admitiera, pero era muy materialista.

Llegamos a la fiesta, era una linda casa, amplia, no tanto como la mía, pero lo suficiente para poder montar una fiesta. Entramos y no podía pensar en otra cosa que irme, jailhouse rock resonaba en mis oídos, las faldas de las chicas bailaban todas a la son de la música y en la cocina se encontraban incontables vasos rojos y botellas de sustancias alcohólicas de las cuales no tengo noción de su nombre.

Sin embargo, entre la multitud de gente, en la cual ya había perdido a mis amigos pude reconocer un rostro, su mediana cabellera negra estaba estirada hacia atrás, más aún, algún mechón rebelde se asomaba sobre su frente.

Instintivamente me acerqué a él, examiné la situación, no me decidía sobre saludarlo, pero él ya había notado mi presencia.

—Hola Zhan ¡no sabía que vendrías! — saludo con emoción.

—Yibo...hola— seco, así me describiría.

En aquel entonces, sentí algo en su mirada, ¿acaso esperaba algo más?

—¿Quieres algo de beber?

—seguro, supongo que sí.

— Hai-kuan, pásame un vaso de cerveza— eso no iba a terminar nada bien, sin embargo, no tenía el valor suficiente para negarme y acepté sin molestias.

No es que me desagrada la sustancia, si no era la mala combinación que está tomaba con mi cuerpo. Y tome un vaso tras otro. Hable con gente que sobrio considera estúpida, era estúpido. No recuerdo el momento en el que llegó ella.

—¡Hola amor! — saludo y se inclinó hacia mí para posar un rápido beso sobre mis labios, hizo una mueca —apestas a alcohol, ¿cuánto tomaste? ¿qué tomaste? ¿qué le diste? ¿drogas? — se dirigió a Yibo en sus últimas preguntas.

— ¿Hola? — la miro — creo que el muchachito que intentas controlar sabe bien lo que está ingiriendo.

— Es mi novio. — eso había movido aguas en mi interior.

— Es solo cerveza, Ziyi — dije antes de intentar dar otro trago de la bebida, sin embargo, ella tomo mi brazo, fruncí el ceño.

— Ya basta. — ordeno, pero de igual manera forcejee para terminar el vaso, y ella forcejeo de vuelta, hasta que toda la bebida cayó sobre mi suéter. Hice un puchero con los labios y ella se fue. De reojo me percate del intento de no reírse del pelinegro.

— ¿Qué es lo gracioso?

— Tu cara — respondió sin problemas. fingí llorar.

— Mi suéter — me queje.

— Vamos— me agarro de la muñeca y con su mano libre tiro el vaso para algún lugar — se dónde está el baño

Aun tomando mi muñeca me llevó hasta el baño situado bajo las escaleras, era pequeño, primero entre yo, nunca entendí porque el entro atrás de mí, simplemente se quedó apoyado en la puerta analizando mis movimientos.

Me saque el suéter exponiendo mis brazos dejando que la brisa entrante por la ventana me diese un escalofrío, abrí el agua y con el ceño fruncido intente borrar la mancha de alcohol.

— No va a salir — Dijo de repente.

Deje caer el suéter sobre el lavabo dejando que este se empape. Abrí los ojos y bufé. Lo mire, Camine hasta quedar frente a frente con él, llevando un poco mi cabeza hacia arriba para poder mirarlo a los ojos. Sonreí.

—¿Algo más? — pregunte forzando mi expresión ofendida. Mis ambas manos se situaban en su abdomen haciendo presión, como si quisiera empujarlo.

No dijo nada durante unos minutos, solo me miraba, de fondo se podía escuchar la música bombardeando mi cerebro. Cuando menos lo espere sus manos se posaron sobre mis hombros, una de ellas con intención de tomar mi cuello, acercó un poco más su rostro.

Y ahí la situación me cayó como un balde de agua fría.

Me asuste. Con la misma presión que ponía sobre su pecho me empujé hacia atrás, haciendo que ambos perdiéramos la estabilidad.

Lo mire, lo estaba juzgando con la mirada.

— ¡E-res gay! — lo acuse.

Sus ojos se mantenían abiertos, estaba medio recostado sobre la puerta con la mirada perdida.

— No, no, no ¡No! ¿Cómo dices eso? ser homosexual es pecado — en la última frase sus palabras se apagaron junto al volumen de su voz. Lucía nervioso, pasó una mano sobre su cabello y se levantó de la pared dando unos pasos hacia mí.

— ¡Aléjate! — alcé mi mano para que no pudiera acercarse a mi — Eres ho-homosexual, eres pecador. — lágrimas de furia amenazaban por salir desde mis ojos.

Se movió hacia un lado, dejándome salir, y lo hice, pero sentía su presencia detrás mía, salí de la casa, de la fiesta, y me alejé lo suficiente como para dejar de escuchar la música. Entonces me di la vuelta, no podía soportarlo más.

— te dije que te fueras. — dije en un hilo de voz, fui cortante.

— No soy gay Zhan...solo...— Él traía mi suéter entre sus manos lo sostenía fuerte, casi como si fuera un tesoro.

Sólo vas ahí por la vida queriendo besar hombres, claro que no eres gay Yibo. — ironía — devuélveme mi suéter.

— Si me dejas explicarte te lo devolveré — Me crucé de brazos dispuesto a escucharlo, no sabía el porqué, ¿qué me importaban las explicaciones que este tipo quería darme? apenas lo conocía ¿por qué me importaba tanto? ¿porque me dolía tanto? En ese momento me dejé llevar por la idea de que quería mi suéter. — No soy gay, solo tuve un recuerdo, un recuerdo de mi hermano— mis lágrimas ya estaban secas para aquel momento, pero nuevas amenazaban salir de sus ojos — el falleció el año pasado, se parecía a ti, también tenía un lunar en el mismo lugar, solo me dejé llevar... — me sentí una mierda, era una mierda.

— yo...— no encontraba las palabras— Lo siento, no sabía y tenía miedo—poco a poco me acerque a él y lo abrace por un momento para alejarme un poco nuevamente — Miedo de que fueras homosexual, y eso está mal. Solo que me caes bien, y creí que podíamos ser amigos y—

—podemos— respondió y a la vez me interrumpió — entiendo tu miedo, yo también lo hubiera tenido en tu lugar— me sentí bien, no obstante, él no podía mirarme a los ojos mientras hablaba, lo deje pasar.

— ¿puedes devolverme mi suéter ahora? — Hice un puchero.

— No, lo lavaré para ti, apuesto a que no tienes ni idea de cómo quitar una mancha de cerveza — no objete — te lo devuelvo el lunes, considéralo una disculpa, por el mal rato, y arruinarte la fiesta. Nos vemos en el colegio Zhan.

— Adiós— y con la última palabra volví a la fiesta, no sin antes asegurarme que no había ningún rastro de haber llorado en mis ojos, Después de todo, aún tenía que volverme con mis amigos.

Intentaba enfocarme en la conversación que tenían, pero no podía sacarme de la cabeza la situación que había pasado solo hace unos momentos atrás, Intenté sentirme en paz, pero no estaba en paz. No sentía paz con que Yibo no fuera Gay. 

1957 - ʏɪᴢʜᴀɴWhere stories live. Discover now