𝔼𝕡𝕚𝕝𝕠𝕘𝕦𝕖 | 𝟙𝟡𝟝𝟠

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Abandonó la máquina de escribir y se alejó del escritorio con las manos sobre sus ojos. Suspiró. Frustrado se acercó nuevamente a él escritorio, retiró la última página y contó cada una de ellas, eran treinta y seis. Se le quedó mirando durante un tiempo. No, no podía entregar eso, capaz solamente se había dejado llevar con la emoción del momento.
Y nuevamente inició a escribir:

"El amor es un concepto universal sobre la afinidad o armonía entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista.
Personalmente creo que cuando amar duele, cuando sientes la opresión en el pecho por amar, es posiblemente la mejor sensación, que el amor duela significa que llegó a tal punto que darías todo por el amor. Y eso creo yo, que duela, no significa que se tenga que dar por perdido"

Se contradecía a sí mismo, pero ¿Qué podía hacer? Ya estaba en la universidad, marzo de 1958, tenía dieciocho años. Era finalmente mayor de edad, algo que había esperado durante mucho tiempo.
Perdió algunas amistades en la segunda mitad del año anterior. Y la que más le dolía era aquella pareja, esa pareja que ahora estaban repletos de temor por amar.
Esa pareja a la cual le reclamo las desgracias de la suya.
A ese JiYang al que le gritó "¡A tu novio no lo encerraron lejos de ti! Ojalá lo hagan y te des cuenta de lo muy mal que se siente". Desde aquel veinticinco de diciembre que Han no le había hablado más a Zhan.
A ese Haoxuan, del que se separó por más que este intentaba ayudarle a superar porque no le gustaba la caridad.
Del resto de su grupo no se distanció tanto, hablan cada tanto, algunas veces, pero con nostalgia.

Y el peor hábito desde lo sucedido aquel noviembre de 1957 había sido ir a bares, a perder la noción. Olvidarse de todos.

Pero hoy era cinco de agosto y se sentía para la Mierda.
Avisó que saldría y su madre lo miró con tristeza, sabiendo que poco podía hacer ella.

Tomó un autobús hasta la otra ciudad, aquella ciudad, hasta ese bar, el bar gay.

Entró y pidió la misma bebida repleta de alcohol de siempre.
No bailó. No tenía con quien hacerlo.
Diferente al resto de los días un hombre de algo así de vientres años se le acercó.

-Hola... ¿Quieres bailar? -Lo miraba expectante.

-No quiero...Gracias, tengo novio.

Mentira.

-Ah... ¿Y dónde está el? - insistió el castaño.

-No sé...

El castaño de identidad desconocida se quedó callado y lo miró con pena antes de irse.

Mucha gente de ahí conocía la historia de, cómo ellos preferían llamar, "Romeo y Julian", la historia de Xiao Zhan y Wang Yibo, dos personas que por más que dieron todo por amor, no obtuvieron final feliz.

Volvió a su casa dos horas después, como siempre con ese sabor amargo en la boca. Le sorprendió llegar y encontrar a sus padres sentados en el comedor, con la tenue luz que venía de la lámpara en el techo.

Su padre tenía unas cuantas hojas en las manos y otro montón en la mesa que parecían ser trámites, apenas pudo ver la firma de ellos en el papel de arriba de todo.

-Zhan -Habló su padre de manera demandante-Siéntate.

Acató las órdenes sentándose en frente de ambos.

- ¿Me vas a explicar que mierda es esto? - lanzó el montón de hojas de sus manos en la mesa frente al rubio. Su madre sólo mantenía la vista gacha.

No le hizo falta leer mucho para saber que era el descarte de su trabajo de psicología.

-Yo...-La voz Abandonó su cuerpo.

-Nada-Soltó una risa amarga- Para variar, no tienes nada que decir Xiao Zhan. - Bajó la voz- Asco me da que lleves mi apellido.

Las cosas estaban pasando más rápido de lo que podía procesar, no entendía cómo aun habiendo leído todo lo que pasó y sufrió, sus padres no pudieron comprender.
Sentía nervios y escalofríos por todo su cuerpo.

- ¿¡Y qué!?-Su voz salió entrecortada, repleta de nervios- ¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a encerrar? Nada...- tomó una bocanada de aire- nada me hará cambiar.

Respiraba agitado debido a su pánico.

-Eso está por verse.

Miró directo a los ojos de su madre, Zhan intentaba pedirle ayuda con los ojos, más esta solo lo miraba con pena, ambos sabían que no había mucho de qué hacer.

El señor Xiao se levantó de la silla y caminó hasta la cocina, de donde sacó una maleta vacía.

-Vas a tu habitación, la llenas y bajas de inmediato-Ordenó.

Con el corazón en la garganta y los nervios a flor de piel agarró la maleta temblorosamente.
Cuando llegó la lanzó sobre su cama y mientras las lágrimas empezaban a caer sobre su rostro buscaba algo de ropa, unas remeras, abrigo y pantalones simples, mudas de ropa interior y un par de zapatillas.
En cada paso intentaba secarse las lágrimas mientras sentía sus manos temblar.
Llegó hasta su escritorio y rebusco entre uno de los cajones hasta encontrar una foto.
Una foto con Yibo que tenía la fecha de "14/08/1957" escrita en bolígrafo en la parte de atrás, algo arrugada y sin color la guardó entre la ropa con otros objetos que decidió llevarse, como una libreta y un bolígrafo.

-Vamos- Apareció su madre por atrás.

Zhan cerró la maleta y caminó hasta ella con ojos de culpa y súplica.

-Lo siento Zhanie -Sonrió triste-Sabes que no puedo hacer nada, además es lo mejor para ti, pronto volverás a estar a nuestro lado.

Bajaron las escaleras donde su padre los esperaba en el coche, fue un viaje silencioso.

Al llegar y con las lágrimas secas sobre sus mejillas entendió perfectamente "Servicio militar" leyó en las rejas de la entrada.

Ahora entendía, dos años encerrado para según curarse. Una mierda.
Entró y lo ingresaron junto a otros tantos chicos, variaban en edad y tamaño.

Sus padres se fueron sin siquiera despedirse.

Un general hablaba en frente de todos, sin embargo, Zhan no podía prestar atención, su cabeza daba vueltas y con la mirada buscaba algo que lo reconfortara.

Alguien se le acercó por atrás y le tocó el hombro, pegó un pequeño salto por el susto. Otro militar.

-Disculpe, apenas el general termine de hablar, pase por la sala de la izquierda para cortarle el cabello-asintió-Gracias.

Y justo cuando el militar desconocido se movió lo vio. Tenía la misma altura, el mismo perfil, el pelo seguía oscuro y algo más corto.
Sin dejar tiempo a Zhan para despegarle la vista de encima miró hacia donde él se encontraba. Sus ojos chocaron.
Una vista perdida fue lo primero que encontró, y después leyó el miedo.

Miedo que Zhan le provoca a Yibo.

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Gracias por todo a las hermosas personitas que leyeron esta historia y votaron, en verad muchas gracias por su apoyo!!  ❤

Como claramente vieron esta historia tiene continuación pero por ahora no la subire ya que tengo planeado subir otra historia, pero eventualmente lo haré, enserio muchas gracias por su apoyo, se les quiere!!

No se olviden de tomar aguita, alimentarse bien, que tengan un buen día!!! ❤❤❤

1957 - ʏɪᴢʜᴀɴWhere stories live. Discover now