𝓒𝓱𝓪𝓹𝓽𝓮𝓻 𝓯𝓲𝓿𝓮

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Si hoy en día me preguntaras si hubiera preferido nunca conocer a Yibo, estoy muy seguro que te diría que sí, que preferiría nunca jamás haberlo hecho, y con esa misma idea se encontraba el Zhan del 05 de Agosto, tenía los nervios a flor de piel, no había podido arreglar las cosas con Ziyi, no pude cortar lazos con Yibo, y esas dos cosas las tenía que resolver esa noche, en una fiesta. Era el detonante perfecto para que todo saliera mal.

Para mi suerte y la de mis amigos, había anotado la dirección de Yibo, así no pasaríamos una gran vergüenza nuevamente. Igualmente creo que nos hubiéramos dado cuenta perfectamente de cuál era la casa en la que la fiesta se llevaba a cabo. Más allá de las ventanas, siento todavía recordar como las luces de colores y los ruidos de la música salían de allí adentro. Entramos, como era de esperarse Roll Over Beethoven anuló el ochenta por ciento de mi sentido auditivo.

Estaba negado a beber, cosa que dijese o hiciese las quería hacer con mis cinco sentidos activos. Sin embargo, podía sentir el olor a alcohol y el humo de los cigarrillos entrar en mi organismo. De igual manera podía pensar bien.

La divise entre el montón de gente, coleta alta, camisa sin mangas, shorts a cuadros y un notable labial rojo cereza.

A paso torpe me acerque a ella, tome sus manos y empezamos a bailar, lucía desconcertada en un principio, pero luego se acostumbró a la situación, lamentablemente así arreglamos las cosas, sin palabras.

—¿Estamos bien? — pregunte acercándome a su oído.

— Más que bien Zhan, más que bien— su voz no sonaba como lo hacía normalmente, era más suave, pero menos dulce.

Me di cuenta de la razón cuando atacó mis labios sin previo aviso, no era como solían ser nuestros besos, era un beso más rápido y fugaz. Sus labios sabían a alcohol y ahí entendí porque estaba siendo tan extraña esa noche.

No se sintió mal pero tampoco se sintió bien. De igual manera estaba bien con eso, uno de mis dos propósitos para la noche estaba completo.

Sin embargo, había visto muy poco a Yibo, unas dos o tres veces en lo que había pasado de la noche, una muy larga noche. Y cuando lo vi estaba bebiendo o fumando cerca de la ventana junto a sus amigos. Otra razón más para cortar lazos, fumaba, lo cual se podría resumir a que se drogaba. O al menos así lo asimilaba mi cabeza.

Poco a poco la noche iba pasando y no había podido cumplir mi segundo propósito, llevarme mi cuaderno, y hablar con Yibo.

Mi cuerpo ya me pedía a gritos irme así que hice lo único que me quedaba por hacer, buscarlo a él.

Di vueltas como estúpido por el primer piso hasta que me encontré por tercera vez las escaleras, y creo que no las hubiera visto a no ser porque choque con Yibo. Traía el cabello algo despeinado y lucía mojado, supongo por el calor del ambiente, una remera blanca al cuerpo y una chaqueta de cuero, típico.

—Perdón— se disculpó el primero— Ah Zhan, no te había visto ¿cómo estás? ¿ya te vas?

—Yibo, Hola— las palabras salieron torpemente— sí, de hecho, quería encontrarte para que me des mi cuaderno.

—Ah, cierto— mostró una amplia sonrisa— Ven, vamos a buscarlo, así no nos perdemos uno al otro y tampoco perdemos más tiempo.

Subí las escaleras detrás de él, el segundo piso estaba más vacío de lo que creía, había un par de personas en el balcón fumando, y poco más.

Introdujo la llave de la puerta y la abrió,

— Precaución— murmuró por lo bajo con una pequeña risa y en ese momento no había entendido a lo que él se refería— bien, deja que busco el cuaderno— Dentro de la habitación estaba oscuro y frío, estaba la ventana abierta, dejando entrar luz proveniente de la calle y la luna. —Aquí está.

—Gracias– me la dio y la sostuve con ambas manos, estaba impecable, para mi sorpresa—Em...—Quería decirlo, ya no podía guardarlo más. — No tienes un hermano— murmure por lo bajo

—¿Qué? — El actuaba incomprendido, mentía.

—No tienes un hermano— dije esta vez en un tono de voz más audible, sin despegar mi vista del cuaderno— Me lo dijo tu mama, tranquilo, no le dije que tú me habías dicho. Ahora, si te dan los huevos ¿me puedes explicar lo de la otra noche?

—¿Qué quieres que te explique? —sonaba irónico, pero a la vez algo roto— ¿quieres que te mienta? ¿qué te diga que no quise besarte? ¿Qué no me gustaste desde el primer día que te vi en el autobús?¡Porque si es así no puedo! No puedo...— mi mente daba vueltas y para ese punto ya había dejado de escuchar la música. Él se estaba arriesgando al contarme esto — ¿podrías...podrías mirarme a la cara? por favor— me estaba rogando

Levanté la vista, sus ojos oscuros iluminados por la luz de afuera estaban invadidos de lágrimas que no se atrevían a caer. El corazón me latía muy rápido y por mi mente pasaban cosas que jamás hubiera imaginado ¿porque no simplemente mentía? Si hubiera mentido mi cabeza no hubiera estado a punto de estallar. Pensé en lo que quería decirle, eso que planeaba desde el jueves "Yo no soy gay, está mal que tú lo seas, no te me acerques, me das asco".

Mande todo a la mierda.

Dejé el cuaderno sobre la cama que estaba detrás de mí y me abalancé a sus labios, tenía su cabeza entre sus manos. Al comienzo él no se movía, después lo correspondió.

Puso una de sus manos sobre mi cintura y la otra en mi cuello.

Sus dedos estaban fríos y los podía sentir sobre la delgada tela de la camisa, me erizaba la piel. Sentía hormigueos en el estómago, nunca antes me había pasado con Ziyi, ni siquiera podía pensar en ella en ese momento.

Nos separamos un momento, sentía mis mejillas arder y el dejó escapar una pequeña risa.

-–¿De qué te ríes? —alejé un poco nuestros rostros sin soltarlo y vi lágrimas deslizándose por sus mejillas— Ey... no llores, ¿tan mal beso?

Me empujó delicadamente a la cama hasta que mi espalda dio con el colchón y el término encima mío.

—No...— me beso— no lo haces para nada mal— otro beso— Solo no lo puedo creer.

—¿Qué nos estemos besando o que yo haya tomado la iniciativa? — bromee

—Ninguna de las dos. Es solo que es difícil en estos tiempos, digo es mil novecientos cincuenta y siete, es difícil para los chicos como yo, como nosotros— se corrigió

Pensé en sus palabras por un momento, en mis padres, en Ziyi, mis amigos, en todos, las consecuencias, riesgos, todo lo que conllevaba ser homosexual. Pero por una vez me había permitido sentir, así que no dije nada y dejé la parte difícil para el Zhan del domingo.

Pero vamos a estar bien ¿verdad? —pregunte pegado a sus labios

No contestó.

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Hola hermosa gentita gracias por apoyar esta hermosa historia, aquí trayendoles un nuevo capitulo y no se olviden de dejar su hermoso voto.

Cuidense tomen awita, que por acá el calor es horrible como andan ustedes por su país??

1957 - ʏɪᴢʜᴀɴWhere stories live. Discover now