12 𝑹𝑨𝒁𝑶𝑵𝑬𝑺 [JENNA ORTEGA]

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Percy y tú llevaban un año siendo novios. Yo estaba bien, con dieciséis años, sola, pensando en mi futuro, y con una torpeza extrema para la vida, pero bien.

Decidí salirme del equipo de Futbol, no tenía ninguna razón para seguir ahí. Era pésima jugando y ya no te tenía a mi lado para animarme a seguir.

Era raro verte animar a Percy y pasar todo el tiempo con él. Ni siquiera pasabas tiempo con Hailee, tu vida giraba al rededor del rubio y sus rulos, los cuales decías que eran adorables.

Una parte de mí se sentía feliz por ustedes, se querían mucho, y yo era testigo de eso. Pero por otro lado odiaba que estuvieran juntos, supongo que las razones son obvias.

Odiaba que me gustaras, realmente lo odiaba, sentía que traicionaba a Percy, aunque él no sabía que a mí me gustabas antes de que se conocieran.

Un día me quedé hasta tarde en la escuela, planeaba pasar apuntes que me faltaban, pero todo me recordaba a ti, te extrañaba, te necesitaba junto a mí.

Y sin darme cuenta estaba llorando, ahora no puedo recordar ese momento sin pensar que era un ridículo de primera y reírme.

Luego, te vi.

Fuiste a la escuela por mí, me dijiste que estabas preocupada y cancelaste tu cita con Percy porque querías quedarte conmigo.

Te abracé lo más fuerte que pude, no quería que te fueras, no quería que me dejaras solo, quería congelar ese momento y vivirlo una y otra vez.

Te quería, y no creo que tengas una idea de lo mucho que lo hacía.

Me contaste un chiste, un pésimo chiste por cierto, y quiero que sepas que no me reí porque fuera cómico, me reí porque era tan malo y usado que me causo gracia que alguien lo siguiera considerando chiste.

- ¿Oye y en qué trabajas?

-Soy rockero

- ¿Tienes una banda de rock?

-No, colecciono rocas

Me hiciste reír, me hiciste sentir mejor, te quedaste conmigo, que era justo lo que necesitaba.

Y esa es la quinta razón por la que te odio. Siempre encontrabas una manera de hacerme sentir mejor, hacías que te quisiera más y más cada día.

Te odio por haberme hecho reír cuando más lo necesitaba.