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Faltaba una semana para tu cumpleaños número veinte, pero yo me encontraba fuera del estado por temas de trabajo y esos últimos días lo único que hacíamos era hablar por Skype.

Planeaba llegar a tu casa para sorprenderte, y no contesté tus llamadas por todo ese día, pero creerme que no lo hice con mala intención.

El día de tu cumpleaños se me ponchó una llanta y no pude llegar, te llamé una infinidad de veces, pero rechazaste mis llamadas, quise enviarte un mensaje, pero sabía que si no querías contestar el teléfono mucho menos querrías responder mis mensajes.

Pasamos dos meses sin hablarnos, y no intenté arreglar las cosas porque creí que no me perdonarías, creí que de verdad era el fin.

Un día me armé de valor y decidí ir a tu casa, planeaba saludarte y luego rogarte que me perdonarás, me habría puesto de rodillas si hubiera sido necesario.

Pero cuando me viste no me dejaste hablar, solo me abrazaste y te pusiste a llorar en mi hombro.

-No me importa que no hayas llegado a mi cumpleaños, yo te amo, y no quiero que estemos peleadas.

Y esa es la novena razón por la que te odio.

Nunca fuiste rencorosa, ni siquiera un poco. Siempre preferiste que estuviéramos bien.

Te odio por haberme perdonado.

Te odio por haberme perdonado

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12 𝑹𝑨𝒁𝑶𝑵𝑬𝑺 [JENNA ORTEGA]Where stories live. Discover now