Capítulo 4. Precipicio vicioso.

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Si pienso en lo mejor que me ha pasado en la vida, desde luego diría que fue el haber conocido a los chicos, pero esta mañana, he pensado que lo mejor de mi vida, fue haberla escuchado.

Daira Turner.

Su nombre resuena en mi mente, tanto como su voz.

Ahora que lo pienso, el amor es un acto tan cliché. ¿predecible o impredecible? Aun no lo sé.

Me dirigí a la salida y entonces me encontré con Lars, listo para enfrentar un día más, con toda la actitud.

—Buenos días Lars.

—Joven Adams, buenos días. ¿Listo para irnos?

—Más que listo —dije esbozando una sonrisa —. Por cierto, esta noche habrá una reunión un tanto importante, y me preguntaba si... ¿estas ocupado? —añadí mientras subíamos al auto.

—No, de hecho, esta noche estoy libre —respondió.

—Iré con Orson y Marcel, ¿te nos unes? Por favor, di que si —dije intentando hacer un puchero y estoy más que seguro que me veo muy infantil.

—Pero... —dijo haciendo una pequeña pausa —. ¿La reunión no es con personas importantes?, ¿Empresarios?, ¿Accionistas?; ¿herederos? —agregó.

—Tu eres importante, Lars —dije mientras le daba unos suaves golpecitos en su hombro —. Entonces, ¿Qué dices? ¿vamos?

—Claro que sí, joven —dijo mientras arrancaba el auto.

Lars siempre tiene una sonrisa en su rostro.

La vida está llena de misterio, hace que mi mente y corazón se llene de intriga. ¿Qué me tiene preparado? ¿Estoy listo para recibirlo?

—Joven, su celular está sonando —dijo ahuyentando mis pensamientos.

—Oh, cierto, gracias Lars — dije en lo que sacaba el celular de mi bolsillo.

Era nada más y nada menos que una videollamada de mi hermano. Tyler.

—¿Julien Adams? Wow, te ves tan diferente.

—Lo que hacen los trajes —dije riendo entre dientes.

—Vaya que sí, ¿Cómo has estado?

—He estado bien, gracias y tú, ¿has estado bien? Te notas un poco triste, ¿pasa algo?

—No, la verdad es que, no me había dado cuenta de la falta que me haces, sé que hemos estado alejados desde hace mucho tiempo, pero, hoy siento que te necesito más que a mí mismo.

—¿Que ocurre Tyler?

—Ocurre que, volví a caer a ese hoyo negro, y estoy muy asustado, ¿sabes? Es como si la vida me recordara que soy un asco de persona, volví a sentirme triste todos los días, y si te hablara sobre las noches, diría que son tormentosas. Julien, te necesito —dijo con la voz en un hilo.

—Mi pequeño Tyler, me encantaría poder estar en este momento junto a ti, para abrazarte y tratar de calmar tu tristeza, pero, lamentablemente no es posible. Solo diré que, no es fácil y no lo será. Ese hoyo tiene un porqué de su existencia, y solamente tú conoces la razón, ¿me equivoco?

—No... —dijo con lágrimas rodando por sus mejillas —. Trate de alejarla, trate de decirle que si se quedaba a mi lado sufriría, pero no pude, por primera vez sentí que alguien había llegado para salvarme de mi propia oscuridad, me equivoque Jul, ahora estamos ahogándonos los dos. Y me parte el corazón —agregó.

—¿Quién es? ¿Qué hiciste? De verdad quiero ayudarte. No huyas Tyler, ya no más....

—Ainara, así se llama la chica a la que le estoy arruinando la vida. Jul, necesito que alguien la saque de prisión —dijo desesperado —. Por mi culpa está en ese lugar y no he podido hacer nada.

—Cálmate, ¿ok? Voy a ayudarte, solo déjame procesar toda la información, no estás solo, me tienes a mí.

Se escucharon voces ajenas a él, como si se tratara de reclamos, y colgó inmediatamente.

—Lars, ¿Qué hago? —pregunté desesperadamente mientras reservaba el vuelo más cercano para Chicago.

Mis pensamientos estaban acorralándome.

—El joven Tyler lo necesita más que la empresa de su padre.

—Lo sé, Lars haremos esto: Les diré a mis padres que iré a Reino Unido por algunos documentos que se me olvidaron, después iremos a casa por ropa, dinero, lo necesario y finalmente, escúchame con atención, Lars... Nadie tiene que saber que iré a Chicago, Tyler confió en mí y no quiero decepcionarlo.

—Entendido joven Adams, pero, ¿Qué les dirá a sus amigos?

—Supongo que les diré la verdad, le pediré a Orson que me ayude a mentirle a mis padres, no tengo otra opción.

—¿Gusta que vaya con usted? —preguntó Lars casi en un susurro.

—Me encantaría, pero necesito que te quedes para cualquier cosa que necesite, también me gustaría que fueras en mi lugar a la reunión, por favor, Lars.

—Cuente conmigo para lo que sea.

Llegamos a la empresa, hablé con mi padre y simplemente accedió sin cuestionarme nada, salí de su oficina, tome el celular para marcarle a Orson y justamente en ese momento alguien toco mi hombro

—Orson, justamente te iba a marcar en este momento.

—¿Ocurre algo?

—Necesito un favor, si mi padre te llega a preguntar si fui a recoger unos documentos a la universidad, dile que si, por favor.

—Sí, está bien, no te preocupes, pero... —corto la oración en un suspiro —.¿Esta todo en orden? Te ves muy raro.

—Te contaré todo, lo prometo, pero cuando regrese, mi vuelo sale en una hora.

—Me preocupas Jul, pero está bien, cuando regreses tendrás que darme una explicación, ¿ok?

—Ok —dije tratando de sonreír.

Me dirigí inmediatamente al estacionamiento donde me esperaba Lars.

—Vamos a la casa, por favor —dije sin muchas ganas.

—Entendido joven, y no se preocupe, todo va a estar bien —expresó amablemente.

—Lo se... —dije mientras subíamos al auto.

—Joven Adams, sé que no es de mi incumbencia, pero, también sé que, sea lo que sea que haya pasado con su hermano, tiene una solución, y si acudió a usted es por algo.

—Lars, hay cosas que no podemos evitar por más que lo intentemos —dije en voz baja mientras sentía mis manos temblar.

Mire de reojo a Lars, después lleve mi vista hacia la ventana, y me di cuenta que todo avanzaba con normalidad, menos la vida de Tyler. Otra vez estaba cayendo a ese hoyo negro al que le dio la oportunidad de arrastrarlo al precipicio. Sin remordimiento alguno.

Las emociones son efímeras, pero mientras están presentes pueden llegar a ser enfermizas y aterradoras, como la tristeza....

Al otro lado de la LunaWhere stories live. Discover now