Capítulo 19. La decisión del águila

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Después de desayunar y charlar un poco, los chicos se fueron. Diré que, fue divertido tenerlos en casa, y aunque bromearon con dormir juntos, sé que Ainara no lo haría por respeto a Tyler y Vincent tampoco lo hubiese permitido, porque es de las pocas personas que piensan en los demás antes que en él. Si, los conocí gracias a Daira y se lo agradeceré eternamente, porque me dio su amor y a la misma vez me regalo la oportunidad de tener amigos leales.

Miré por la ventana y me di cuenta que el cielo empezaba a cambiar, así que, decidí salir, solo por un momento mientras Daira estaba ocupada en su ordenador.

El cielo estaba gris, nubes densas se hacían presentes adornándolo con precisión, gotas comenzaban a caer con sutileza por todo mi cuerpo. Lo único que pude hacer, fue sonreír.

¿Por qué las gotas ya no mojan mi rostro? Levante la mirada. Una sombrilla estaba cubriéndome de las frías gotas de la lluvia, intente levantarme para ver de quien se trataba, sin embargo, con una de sus manos me detuvo. Después de unos segundos más, se sentó a mi lado.

Daira Turner de Adams.

—¿Conoces la decisión del águila? —preguntó mientras observaba el cielo.

Sonreí por lo bajo negando con la cabeza.

—El águila tiene dos alternativas: dejarse morir o —dejo de hablar intentando enfatizar toda la oración —. Enfrentarse ante un proceso muy doloroso para poder renovarse y así poder vivir al menos unos 30 años más.

—¿Por qué eres tan inteligente, cariño? —pregunté con asombro.

—No lo soy, solamente lo aprendí de la persona que me ayudo a sanar ciertas cosas en el pasado, mi psicóloga.

—¿Fuiste a terapia? —pregunté con curiosidad.

—Lo hice, porque lo necesitaba en su momento, y te lo quiero compartir nuevamente.

"Nuevamente."

—Ya hemos tenido esta conversación, ¿verdad?

Confirmo con una sonrisa.

—El águila tiene que emprender un viaje hacia lo más alto de una montaña y quedarse ahí por un largo tiempo, en ese lapso comienza a golpear su pico en la pared hasta arrancárselo, espera a que vuelva a crecer uno nuevo, y una vez que lo tiene se desprende de sus uñas, nuevamente espera hasta que le crecen unas nuevas y comienza a arrancar sus plumas, el punto de todo esto es que, aun sabiendo que dolerá su nueva transformación, está dispuesta a hacerlo —dijo con voz quebrada —. Muchas veces nuestra vida se tornará como esa nube, pero de nosotros depende si nos dejamos vencer o si aceptamos que necesitamos un ligero cambio para poder sobrevivir ante la adversidad.

—¿Cómo empezar a hacerlo sin que duela tanto?

—Dolerá, todo duele si se trata de cambiar. Sé cómo un águila, resguárdate por el tiempo que lo requieras, y entonces empieza a arrancar tus palabras que te limitan, arranca de raíz lo que no te ayuda a moverte, lo que te mantiene estancado, como lo son tus pensamientos, y arranca el pasado, porque no es parte de ti, Julien, mi amado esposo, la decisión del águila es un gran ejemplo para no rendirnos ante nada, para poder emprender un viaje ligero. Toma tus propias decisiones, aquellas que te ayuden a avanzar nunca a retroceder. Solo confía en ti, como yo lo hago.

Se inclinó hacia delante con los labios apoyados sobre mi boca, dejo caer el paraguas y entonces la lluvia nos empapo, tanto como el amor que siento por ella.

Jugamos bajo la lluvia sin miedo a enfermarnos, simplemente disfrutando de un gran momento.

—Te amo Jul.

Al otro lado de la LunaWhere stories live. Discover now