Capítulo 21. Un corazón valiente.

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Un amor persistente.

Cuando un sentimiento es más firme que la misma persona, ¿hacia dónde se dirige el dolor? Porque si de algo estoy seguro es que las personas que han sufrido una decepción son las mismas que se esfuerzan por no caer, pero, en el caso de Marcel, el sentimiento de amar a Ayana es aún más poderoso que él, tanto que, sobrevive con dolor y decepción.

Fuerza y valentía para enfrentarse a la vida. Para aferrarse a la vida.

Eso lo aprendí de Daira.

¿Avanzar o retroceder?

Hay personas más fuertes que otras... Pero, ¿Por qué esas mismas personas al caer la noche se llenan de tristeza y melancolía?

Es algo que aún no logro comprender del mundo en el que vivimos.

Ha pasado una semana desde esa noche en la que a Marcel le toco enfrentar por si solo el dolor que conlleva amar a alguien que nunca estuvo listo para amarlo de la misma forma. En el viaje le toco aceptar que a pesar de todo el amor que pudo ofrecer, muchas veces no es suficiente para la otra persona. Desde esa noche se ha quedado en nuestra casa que también es la de él, por supuesto.

Daira y yo lo acompañamos por sus cosas a la mañana siguiente, me dolió verlo tan vulnerable. Lloro abrazando el par de fotografías que adornaban su habitación. Lloro como nunca lo había visto, se ahogó en su propio dolor y nos ahogó con él.

Salió de la casa que estaba llena de ilusiones y sueños rotos, pero... Sin mirar atrás.

Ainara y Orson a quienes no les quisimos comentar nada, se enteraron, no dudaron ni un solo segundo en apoyar a Marcel, muchas veces el cariño que sientes por otra persona, puede más que el "supuesto amor" que debes sentir por tu propia familia. Ahora sé lo que significa una amistad de verdad. Ahora se identificar a las personas que realmente amo con todo lo que soy, y, sobre todo, ahora se quién me ama de la misma forma.

—Perdón por darles tanta molestia —escuché a Marcel hablar con la mirada un tanto perdida.

—¿Molestia? Marcel, estás en tu casa —dijo Daira inmediatamente.

—Mi esposa tiene razón, estás en tu casa, quédate toda una vida junto a nosotros Marcel —dije, dándole pequeñas palmadas en su hombro.

—Gracias —dijo en un susurro.

Tratamos de que cada día sea diferente para Marcel, lo involucramos en cada plan que tenemos, Juldai lo sigue mucho, y es que, leí que, es una forma de empatía primitiva, en pocas palabras, los perros son capaces de detectar y entender las emociones de los seres humanos a tal punto de compartir las mismas emociones con las personas que tienen una conexión especial con ellos.

—¿Qué cenaremos hoy? —preguntó Daira.

—¿Puedo hacer la cena de esta noche? —preguntó Marcel tratando de sonreír. Realmente se esfuerza por hacerlo.

—Por supuesto —dije dedicándole una amplia sonrisa —. Hoy iré a clases de manejo, si quieres puedo traerte lo que necesites.

Asintió con la cabeza.

—Acaban de mandar mensaje al nuevo grupo, los chicos vendrán a cenar con nosotros —dijo Daira, al mismo tiempo que leía los mensajes que le llegaban.

—¿Quieres posponerlo para mañana? -inquirí.
—No, haré la cena para ellos, también —dijo Marcel firmemente.

Daira y yo sonreímos.

—Mi clase empieza a las 5, tengo que irme —dije, mientras acariciaba a Juldai, me despedí de Marcel y finalmente de Daira, dejando un pequeño beso en sus labios.

Al otro lado de la LunaWhere stories live. Discover now