Prohibido

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‡.......9:30 p.m........‡

- ¡Llegué! -anuncio el azabache abriendo la puerta.

Se quedó todo el día con los chicos, fue bastante divertido hasta que empezó la pelea con harina y Nezuko los hizo limpiar todo, es aterradora cuando quiere.

Inosuke le dijo que si quiere puede trabajar con ellos, cómo abren poco tiempo, el pan se acaba bastante rápido y tener más ayuda mucho con la demanda.

A penas cerro la puerta, sintió el brazo de Sanemi golpear la puerta al costado de su cabeza.

- ¿A dónde carajo crees que vas?

- a mi habitación -respondio irritado caminando con la intención de pasarlo de largo.

Sanemi termino de acorralarlo con su otro brazo, haciendo respingar al azabache por el fuerte golpe dado a la puerta.

- te dije que tenemos que hablar, mocoso ¿Por qué carajos te fuiste?

- no me llames mocoso y no quería hacer mal tercio ¿Ya? -su voz se quebró un poquito.

Sanemi se acercó a su rostro, sonrojandolo al instante.

- ya te dije que si tienes cara de mocoso, eres un mocoso; no es como que hubiera planeado tener a Kanae allí, no tenías por qué carajo largarte y menos sin decirme.

- pero llegó y no iba a quedarme a ver cómo se besuqueaban, fue muy incómodo que hasta Koinatsu los viera -replico con enojo- Además... No quise interrumpir -gruño.

A Sanemi se le saltaron las venas de la cara, lo deja cinco minutos y le saltan las gatas.

- ¡¡Ella fue quien interrumpió!!

- ¡¡Pero es tu novia!!

- ¡¡Yo iba contigo, idiota!! ¡¡Nunca te dije que te largaras!!

- ¡¡No fue necesario, si te estabas besando con ella es obvio que se quedaría!!

- ¡¡¿Eso que demonios tiene que ver?!!

- ¡¡Que solo me evite la incomodidad de tener que verlos compartir saliva enfrente de mi!!

- ¡¡Pudimos habernos ido a otro lado si te hubieras quedado, estúpido!! -Genya miro confundido al albino- ¡¡Pude poner alguna excusa para irnos y dejarla con su molesta hermana!! ¡¡Estuve el resto del maldito día preocupado por ti!! ¡¡Por un momento pensé que algo malo te había pasado!! ¡¡Así que no me hables como si no me importaras, idiota!

El sonrojo de Genya se extendió hasta sus orejas y sus ojitos se cristalizaron un poco, le es difícil creer todo lo que dijo, pero su corazón insiste en creerlo.

- ¡¿No vas a decir nada?! -exclamo Sanemi.

El azabache bajo su mirada un poco culpable

- n-ni siquiera llamaste -replico bajito.

- tch... -sujeto sus mejillas- ni siquiera recibiste un mensaje, mocoso, no tenía caso.

- pudiste intentar... -dijo con un pequeño puchero desviando la mirada.

Sanemi se acercó hasta rozar sus labios suavemente, sintiendo la respiración un poco agitada del pelinegro.

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