El primer día

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Ese "solo está noche" duró menos que promesa de político.

Durmieron juntos el fin de  semana y la siguiente, incluso el sábado que Sanemi llevo a Kanae, se preocupo por llevarla temprano.

Sanemi no se puede estar quieto y cuando empieza a querer desvestir al azabache este manipula su mente, no le gusta hacerlo, pero no quiere llegar más lejos con el aún.

No puede ignorar a su corazón y su cuerpo, que le gritan estar lo más cerca que pueda de Sanemi, aún si solo lo quiere de juguete, simplemente quiere hacerse a la idea de ir más lejos.

Aunque la percepción de Sanemi es otra, se siente como un perrito necesitado del amor del pelinegro.

Su relación con Kanae no va precisamente bien, es distante con ella y eso solo la hace estar más pegada a el, como un chicle.

Lo que acaba fastidiandolo más, está mal sentirse así por su novia, aunque cada vez le importa menos, solo quisiera saber si Genya realmente lo quiere.

†..........Lunes, 6:50 a.m..........†

Es el primer día de Genya, el plantel es enorme, hay cinco edificios en uso y uno abandonado, el albino y Shizu parecían muy felices por qué lo aceptaron.

Sanemi estuvo toda mañana dándole instrucciones de sus clases, por más que Genya insistió en que no es necesario.

- ¿Estás nervioso?

- un poco...

- lo harás bien, no es gran cosa.

- suena aburrido...

- creo que lo es.

Genya está más preocupado por tener que ver a Sanemi con Kanae que por las clases.

- por cierto, nos iremos juntos, así que espérame.

- ¿Ha? Pero... ¿No te irás con Kanae?

Sanemi dejo claro que irán juntos pero ¿Volverán juntos también?

- no, al menos está semana te irás solo conmigo.

- no es necesario, no es como que vaya a perderme -dijo sonriendo un poco sonrojado.

- no fue una puta pregunta, ni una propuesta, espérame y ya.

Le hace sentir importante que sea tan autoritario cuando se trata de estar juntos.

- de acuerdo... ¿Dónde te espero?

- en la sala de profesores.

Estaban allí, pero Sanemi decidió mostrarle su primer salón a Genya, de allí se movera en manada con sus amigos igual que todos.

- bien... Por cierto, traje algo.

El azabache saco de su mochila un tupper y se lo extendió con toda la cara roja.

- s-se que siempre estás muy ocupado, pero debes comer... -dijo rápido y nervioso.

Sanemi lo miro con ojitos de cachorro y lo tomo.

- ¿Tu lo preparaste?

- s-si, yo-

- ¡¡Buenos días cariño!!

Genya debió romper un récord, el tiempo más rápido en pasar de los nervios a la tristeza.

Sanemi sintió el peso de la chica en su espalda y los brazos en su cintura, pero solo le importa la evidente cara de dolor de su niño.

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