XXXIII

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†....Algún tiempo después....†

Genya se ha portado bien, llegó a tiempo de su cita con Sanemi, muy feliz y emocionado, igual que con las citas siguientes, ganando unos minutos extras como premio.

Melina tuvo seis bonitos gatos y todo salió bien, Himejima aún se debate si conservarlos o darlos en adopción, ya que encontrar un buen hogar no es cosa sencilla.

Aunque no todo ha sido tan fácil, la escuela y el trabajo son duros, no siempre hay tiempo para coqueteo y besuqueos.

Pero siempre que se puede, se aprovecha el chance, por supuesto.

La cita de Tanjiro fue bastante bien, se divirtieron y todo.

Sin embargo, solo han salido un par de veces más, el pelirojo hablaba en serio al decir que está harto y no quiere otra pareja tan rápido.

Quiere ir lento y conocer bien al rubio.

Aunque sabe que Kyojuro podría fijarse en alguien más mientras el está listo, prefiere correr el riesgo.

Además el rubio no ha hecho ni dicho nada que implique no esperarlo, le tiene paciencia al pelirojo.

Por otro lado, la escuela no tardará demasiado en terminar, así que Sanemi y Genya deben tomar decisiones acerca de lo que haran después de que el azabache se gradué.

Para el es complicado, está vez no puede ocultarse y vivir debajo del radar hasta que llegue el momento de tener que mudarse.

Tiene que tomar decisiones sobre el rumbo que tendrá su vida una vez que termine su etapa como estudiante.

Y siendo honesto, a Genya le da bastante miedo.

Pues de ser descubierto, todo en su vida se vendría abajo, pero sobre todo, sus seres queridos correrían grave peligro y simplemente no podría soportar ser la causa de su sufrimiento.

Tambien teme que su albino se enamore de otra persona que no necesariamente debe ser Kanae y lo abandone.

O que las cosas simplemente salgan mal y eventualmente acaben separados.

Razón por la que tampoco ha podido decidir si tener algún hijo con el o no, aunque Himejima diga que se preocupa demasiado.

Pensar demasiado podría hacer que tome una decisión equivocada y se arrepienta después, al menos respecto a Sanemi.

Respecto al posible cachorro, solo le ha dicho que pase lo que pase, lo ayudará.


Claro que el azabache no puede evitar estar asustado con el futuro.

Para un humano es difícil decidir sobre setenta y ochenta años de futuro.

El debe pensar su vida para durar siglos.

- yo quiero dos sobrinos.

- ¡Nezuko!

- ¿Que? Serían muy bonitos, un niño y una niña, les haré los más bonitos peinados y nos iremos de compras.

- Nezuko, no estás ayudando.

Genya está sentado en el piso en medio de ambos, abrazando un oso de peluche que la ojirosa le prestó.

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