Un viaje sin rumbo

Capitulo 13

CAPÍTULO 13

NARRA MADDIE:

"¿Maddie? - Me llamo Carlos.

-Si, qué pasa?- respondo.

-Quiero agradecerte por el tiempo que hemos pasado junto, por las anécdotas, por las caricias, abrazos y muchas cosas más- dice sonriente- te amo con todo mi corazón y mi ser, por eso estoy totalmente convencido que quiero pasar mi vida entera contigo- comienza a hincarse sacando una pequeña caja de terciopelo negra- Maddie, te quieres casar conmigo?- abre la pequeña caja y observó un anillo plateado con un pequeño diamante; dirijo mi mirada de nuevo a la suya, pero me percato que sus ojos son distintos, son más profundos de un hermoso color miel"

-Buenos días estrellita- gritan al lado mío.

- Pero que?- consigo decir girando en la cama.

-Como amaneciste? - Rosalya se encuentra frente a mi recargada en su brazo derecho.

- Tarada, me espantaste el sueño- me froto los ojos quitándome las lagañas.

- Era el chiste- dice con obviedad- pero ya cuéntame cómo pasó todo eso ayer que no estuve- hace referencia a la escena donde Carlos y yo nos besábamos.

-Ash, que enfadosa- me quejo poniéndome de pie para ir al baño.

- ¿Yo? claro que no- me sigue en el acto- solo que tu haces que me carcoma el chisme.

-Aunque sea dame tiempo para tomar un café y tener energía- salgo del baño y voy a la cocina.

-Me haces uno de paso- dice tras de mí- ah cierto, ayer dejaron otro paquete para ti- me pasa la pequeña caja- ábrelo- me anima.

-Veamos- al abrirlo hay un pequeño perfume con olor a vainilla, junto con un sobre verde pastel.

-Otro poema? que cursi- resopla, abro el sobre y efectivamente, es un poema que dice así:

"Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor. Gustavo Adolfo Bécquer."

Termino de leer el poema y huelo el perfume.

-Si, si, muy lindo y todo- Rosa mueve la mano restando importancia- pero necesito chismecito- se recarga en la barra esperando por ello.

-Uy, calmese señora- me burlo.

-No me importa, pero ya cuentame- ríe un poco, le relató cómo sucedió todo.

-Vaya, no creí que de verdad lo fuera hacer- dice un poco asombrada.

-De que hablas, ya lo sabías?- pregunto confundida.

-Ay Maddie, estabas tan concentrada odiando la imagen que creaste en tu mente de Carlos, que no te diste cuenta de las obvias señales desde el principio- dice burlona- eres la única que no se dio cuenta.

-Y porque no me dijiste?- digo ofendida.

-Eso no me corresponde a mi- dice honestamente.

-Si, pero ahora que haré?- restriego las manos por mi cara.

-Fácil, piensalo y habla con él- se pone de pie y comienza a preparar el desayuno.

-Aja si, pero que le diré?- me quedo pensando.

-Pues como te sientes ante lo que sucedió.

-Pero no se como me siento- digo un tanto confundida.

-Maddie, no siempre tendré la respuesta a todas tus preguntas- me aclara- eso debes averiguarlo tú.