Me sobresaltó un poco al abrir el mensaje; es extraño que alguien me envíe un mensaje a esta hora y más de un número desconocido, ¿será buena idea contestar? No lo sé, pero el cansancio me está matando mañana veré que hago.
(...)
A la mañana siguiente me levanto con pesadez, ya que lamentablemente hay trabajo. Después de mi rutina y vestirme con algo cómodo salí para preparar algo de desayunar.
-Hola bella durmiente- me dice Rosa justo cuando entro a la cocina.
- ¿Por qué bella durmiente? - pregunto- todavía estoy a tiempo.
- ¿No has visto la hora? - me pregunta con gracia; veo el reloj de la cocina... 7:50am ¡Dios mío! faltan 10 minutos para entrar y ni he desayunado.
-No, no lo viste- dice Rosa más para sí misma que para ambas. Desayuné rápido y tomé las llaves del auto para dirigirnos a la editorial.
(...)
- ¿Qué te parece esta portada? - me pregunta Rosalya mostrándome la pantalla de su computadora.
-Es linda, pero sigue probando más fondos- sugiero.
-Ok -me responde para continuar con su trabajo.
De hecho, varía nuestro trabajo, un día estamos en diseño y al otro edición de texto; es bueno de cierto modo, pero agotador a la vez.
- ¡Hey! Rosa, ¿qué te parece si salimos a ítalvol después de trabajar? - ítalvol es un lugar muy rico para comer, hay ensaladas y paninos deliciosos; mi lugar favorito diría yo.
-Claro, me parece perfecto porque esta barriguita no resistirá más- dice sobándose el estómago mientras hace un puchero.
-Aja si, más bien el león de tu "barriguita"- digo sarcásticamente y haciendo comillas en barriguita.
-Bueno, bueno- rueda los ojos sonriendo.
-Ya trabajen chicas-dirijo mi mirada hacia la voz proveniente, pero no es una persona que me agrade ver.
- ¿Cuánto rato llevas ahí, Carlos? - le pregunta Rosalya, ya que Carlos se encuentra parado cómodamente en una columna del edificio.
-Lo suficiente como para saber que van a salir a comer sin mí- posa su mano en su pecho haciendo un ademán demasiado dramático.
-Que dramático- susurro y pongo los ojos en blanco.
-Si te escuche- gruñe Carlos.
-Bueno, hola Carlos- dice Rosa tratando de evadir la posible discusión- estas invitado a comer Carlos.
- ¿Qué? ¿Pero por qué?¿Y con qué derecho?- alzó un poco la voz y varias personas me miran.
-Con todo derecho Maddie, Carlos es nuestro amigo- trata de calmarme.
-Será tuyo, porque mío no es- inquiero cruzando los brazos. Rosalya me lanza una de sus miradas que indica "peligro" si continúo.
- ¿Acaso no me quieres, corazón? - sonríe ante la frase que ha dicho.
-Ahora sí que te golpeo- pronunció entre dientes para después lanzarme encima de él para golpearlo; caemos al suelo por mi falta de equilibrio al tropezar con un contenedor de basura, por suerte su cuerpo amortiguó mi caída, pero lo comienzo a querer golpear y él comienza a reír estrepitosamente.
- ¿De qué te ríes, insecto?- pregunto molesta.
Me tomó de las muñecas y apenas me doy cuenta de nuestra cercanía así que me ruborizo y trato de zafarme de su agarre, pero me sostiene con más firmeza. Sus ojos se encuentran con los míos y teniéndolo de cerca puedo detallar cada peca que se encuentra en su rostro.
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Un viaje sin rumbo
RomanceMaddie trabaja en una editorial algo reconocida en la ciudad donde vive. Un día la mejor amiga de Maddie la invita a un bar-karaoke para pasar la noche, ya que ella no suele salir mucho de casa y es un tanto introvertida; ella pensó que sería una no...