Capitulo 8

5 1 0
                                    

Al escuchar mi nombre despierto completamente, bajo del auto y observo el lugar detenidamente; el lugar no está tan lleno de personas como en otras ocasiones, y en cuanto al lugar me refiero a la feria que se celebra cada año en un pueblo no muy lejano a la ciudad.

-¿Así que aquí me han obligado a venir?- gire para solo encontrar a Carlos de pie delante mío. - ¿Y Rosa?

-Dijo que tenía que hacer unos pendientes- respondió.

-¿Y en que se fue? ella no tiene en que irse- dije con obviedad.

-Se bajó en cuanto tú te quedaste dormida- alzo los hombros restándole importancia- ah, me dijo que te diera esto- me entrego un pequeño papel de color azul pastel que dice:

"Primero que nada: No me mates ¡por favor! segundo: lo siento, tercero: creo que es mejor así, y cuarta: averigua si es tu admirador

Atte: Con mucho amor Rosa, persona que claramente no asesinaras después de esto"

«Primera víctima de muñeco vudú» pensé.

-¿Todo bien?- dice Carlos sacándome de mis pensamientos sádicos.

-Sí, ¿por?

-Estás arrugando el papel con coraje- señala mi mano, que se encuentra haciendo una bola el pequeño papelito.

-Todo bien, no te preocupes- le doy un sonrisa de boca cerrada «será mejor que cuides tu lindo trasero, Rosalya» dije internamente.

-Ok, bueno ya que estamos aquí, a cual quieres subirte primero?- dijo señalando con la mano de un extremo del parque al otro.

-No lo sé, me da igual

-¿Qué te parece la casa del terror?- propuso sonriente y espero que sea porque le gustan los sustos baratos.

-Está bien, pero solo si mejor después vamos a la montaña rusa- propuse.

-E-este que te parece si mejor vamos a los carritos chocones?- dijo con algo de nerviosismo.

-¿Se te olvido que somos adultos?

-Yo todavía soy un niño chiquito- hace un puchero.

-Muy cierto- moví la mano restándole importancia- montaña rusa se ha dicho.

-Ok, sargento- dijo con cara nerviosa y asustada.

-Así me gusta cabo, andando- comencé a dirigirme a pagar el boleto para poder ingresar al juego mecánica.

Después de habernos subido a unos cuantos juegos mecánicos, decidimos comer algo en los puestos que se encuentran ahí.

-Entonces, hot dogs?- dijo Carlos señalando dicho puesto.

-Mejor pizza- contradije apuntando el puesto.

-No, hot dogs- se puso hacer un berrinche como un niño pequeño.

-Vaya que si eres un niño pequeño- susurre.

-¿Qué?

-Nada- dije rápidamente- ni tú, ni yo, vamos por unos tacos.

-¡Si! está mejor- dijo alzando ambos pulgares.

-¿Recuérdame porque vine?- dije golpeándome la frente con la mano.

-Porque Rosa te obligo- respondió con obviedad.

-Cierto, pero tú fuiste cómplice- lo señale acusatoriamente- así que también serás una víctima más.

-No, no, no, no- mueve sus manos frente a mí- ella tuvo la idea y a mi solo me invitó.

-Ah, pero aun así serás mi víctima- sonreí maliciosamente.

Un viaje sin rumboWhere stories live. Discover now