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Pov. Narrador

Jennie levantó la vista cuando Lisa entró en su oficina, su presencia dominando y llenando la habitación.

Se le cortó el aliento ante el aura oscura de ira que la rodeaba, la tormenta rugía en el rostro de Lisa.

La pelinegra arrojó una tarjeta de presentación sobre su escritorio, luego se dejó caer en el sillón reclinable y vio el dolor en las oscuras profundidades de sus ojos.

La ira de Lisa estaba dirigida hacia adentro, no hacia ella.

Bajó los ojos a la tarjeta y respiró hondo.

Su visión se volvió borrosa por un momento, pero luego las palabras se enfocaron claramente.

Sunmi Lee.

-Estaba en el cajón de mi escritorio-dijo Lisa, su voz normalmente suave, áspera y chirriante-Ella también tenía la mía.

De mala gana, Jennie encendió su grabadora a pesar de que no estaba segura de querer escuchar eso y mucho menos tener una grabación.

-Así que la conocías.

Lisa negó con la cabeza, negándolo incluso cuando sus siguientes palabras lo admitieron.

-Aparentemente fui a ella para que me hiciera la manicura.

-¿Aparentemente?

-Eso me dice la policía. Vinieron hoy para interrogarme.

Jennie contuvo el aliento, tratando de mantener su reacción en silencio, pero Lisa sonrió irónicamente.

-Bastante condenatorio ¿No? Casi les digo...-Lisa se encogió de hombros-Bueno, no sabía qué decirles, así que tomé la salida cobarde y no dije nada. Encontraron mi tarjeta en su apartamento, mi nombre y número de teléfono no registrado en su libreta de direcciones, y mi nombre en su agenda en Executive Styles.

-Todo eso sigue siendo circunstancial-protestó Jennie.

-Lo sería, pero hay más. Llamó a mi oficina hace unas semanas cambiando la hora de mi cita. Recuerdo haber recibido el mensaje, pero lo esquive. Pensé que era una broma. Nunca me hago la manicura.

-Tal vez, fue una broma.

Podría haber una explicación para todo eso, una explicación que no manchara de sangre las manos de Lisa.

Se dio cuenta de que quería encontrar esa explicación, quería creer que Lisa no era una asesina, pero sabía muy bien que las cosas solían ser exactamente lo que parecían e ignorar la verdad no solo no la hacía desaparecer, ignorarla también podía ser peligroso.

-No, no era una broma-respondió Lisa, su expresión estoica-Fui a la tienda y hablé con una de sus compañeras de trabajo. Me reconoció, me llamó por mi nombre. Sunmi le dijo que estábamos involucradas. Tan involucradas que Sunmi, le iba a pedir el divorcio a su esposo.

La mandíbula de Lisa se apretó.

-Por mi culpa. Su amiga cree que tal vez, el esposo de Sunmi la mató porque estaba celoso. Eso significa que incluso si no la estrangulé con estas manos, igual la maté-Lisa había estado involucrada con Sunmi.

Tan involucrada que quería divorciarse de su esposo, para estar con ella.

¿Sunmi había sentido la misma atracción por Lisa que ella misma sentía, la misma necesidad de ignorar las posibles consecuencias de confiar en ella?

Sunmi había pagado su confianza con su vida.

Tragó saliva, tratando de tragarse esa distracción poco profesional.

Doppelgänger/Jenlisa(G!P)Where stories live. Discover now