D‐14

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Pov. Lisa

Me incorporé de golpe en la cama, con el corazón latiendo contra mis costillas.

¡Dios mío, no otra vez!

¿Cómo podía soñar cosas tan horribles?

¿Cómo podía algún rincón de mi mente albergar pensamientos y emociones tan completamente opuestas a lo que realmente sentía?

Con dedos temblorosos tomé mi reloj y miré su esfera luminosa.

Casi las tres de la mañana.

No podía llamar a Jennie a esa hora solo para escuchar su voz, para saber que estaba a salvo.

Había estado bien la vez anterior, cuando había soñado con matarla.

Pero cuando soñaba con estar en su puerta, en realidad estaba allí.

No, no había estado allí.

Priya lo había estado.

De ninguna manera podría asociar a esa asquerosa criatura conmigo misma.

Me tambaleé fuera de mi cama y entré al baño para echarme agua fría en la cara sudorosa.

Tenía que calmarme y pensar en eso racionalmente.

Me miré, tenía un sostén deportivo, el pantalón negro que llevaba puesto y no los pantalones caqui, y la camisa de algodón que había usado en el sueño.

Solo fue un sueño.

Eso es todo.

Una loca e inexplicable pesadilla.

La última parte, la parte en la que Priya irrumpió en la casa de Jennie, había sido borrosa y fuera de foco, como lo habían sido los primeros sueños de matar a Sunmi.

Un sueño sobre un sueño.

Encendí la fuerte luz del techo y miré mi reflejo en el espejo del baño, en mis ojos en busca de alguna señal de que posiblemente podrían haber estado fantaseando con ver morir a Jennie, en mis dedos para ver si mostraban la huella de su garganta, de sus pechos.

Me di la vuelta con disgusto y me incliné sobre la taza del inodoro, con arcadas.

Eso no era posible.

Ninguna parte de mi podía sentir esas cosas depravadas que Priya, había sentido en el sueño.

Ninguna parte de mi, podría querer a Jennie muerta.

Me tambaleé hacia la oscuridad oculta de mi habitación y me desplomé sobre la cama, mi mano alcanzando mi celular.

Tenía que saber.

Tenía que estar segura de que estaba a salvo.

El zumbido que sonaba en mi oído, indicando que su celular estaba sonando, era áspero y discordante.

Para el segundo timbre, mi corazón estaba acelerado, el sudor una vez más me corría por la frente y el labio superior, mi mano temblaba tanto que apenas podía sostener el celular.

-Responde, Jennie-grazné en la oscuridad.

Al tercer timbre, escuché que alguien contestaba.

Contuve la respiración, aterrorizada de que solo escuchara su voz grabada, que no supiera si estaba a salvo.

-¿Hola?-la voz soñolienta de Jennie llegó por la línea.

Exhalé un largo suspiro de alivio.

-¿Hola?-ella dijo de nuevo-¿Quién es?

Doppelgänger/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora