Mi forma de vida (deathpuss-Muerte x gato)

Nada lo que hago en el mundo significa nada sin ti

Loko me olvide de actualizar

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Estaban en movimiento después de que el Gato llegara esa noche dando tumbos al campamento. Arthur estaba enviando a su ejército a través de las tierras, hacia el noreste para brindar respaldo a sus aliados en medio de una guerra de invierno. Shrek y Fiona se quedaron en el castillo, por supuesto, para vigilar el reino, mientras que Gato y sus amigos ayudaron al batallón en sus esfuerzos contra sus rivales. Era lo menos que podían hacer, además, Gato no podía haber estado más contento de dejar los confines de su tienda, el campo y el reino, y finalmente viajar una vez más.

Avanzaron durante el día, además de majestuosas montañas cubiertas de nieve con paredes heladas y acantilados rocosos, a través de bosques de pinos frondosos y frondosos y robles moribundos, a través de campos bajos de flores silvestres marchitas y hierba alta, mientras el otoño transformaba la tierra para prepararla para escarcha. A pesar de tener un paisaje tan cautivador en sus vistas, el clima nunca había sido más extraño. En un momento, tormentas de ira caerían sobre ellos, antes de que saliera la luz del sol al siguiente. Los vientos fríos los empujarían hacia atrás antes de que el calor abrasador los golpeara y los mantuviera dormidos.

Era extraño, una situación que nadie podría haber predicho, nadie podría explicar. Bueno, Gato sabía por qué. Los dioses, por lo que sabía, parecían estar obsesionados con él y parecía que no podían controlar sus emociones en los cielos. No era como si pudiera hacer algo al respecto, ¿quién le creería? Tal vez podría orar, algún Dios tenía que quererlo lo suficiente como para hacer sus viajes un poco más fáciles.

Las vistas de la naturaleza en un clima adecuado fueron suficientes para brindarle a Gato un poco de consuelo. Si bien muchos de los soldados viajaban a caballo o simplemente caminaban, a Gato se le había otorgado permiso para permanecer en el carruaje del Rey, debido a sus circunstancias únicas. De todos modos, Arthur prefería montar en su corcel. Por mucho que Puss deseara hablar con sus amigos, había una tensión poco agradable entre ellos, sin mencionar que lo obligaban a descansar por orden del médico. Así, simplemente miraba por la ventana como un niño aburrido, contando las vacas en los campos de los campesinos que atravesaban. O bien, tomó una siesta.

Durante la noche, cuando instalaron el campamento y durmieron, el Gato se encontró sentado en la puerta abierta de su carruaje, con una pesada manta sobre los hombros, mirando, sin pestañear, en la oscuridad, como una especie de perro nervioso. Por lo general, se sentaba así toda la noche, porque no podía permitirse el lujo de soñar, no con el riesgo de que sus visiones lo atormentaran como de costumbre. No, necesitaba mirar, mantenerse despierto, poder gritar en caso de que alguien, o algo, viniera a atormentarlo.

A veces, veía una sombra. O dos, tal vez un tercero, una sombra diminuta, sentada en el borde de una piedra, mirándolo fijamente. Sin embargo, nunca se acercaron a él. Gato supuso que estaban siendo pacientes, esperando el momento adecuado para hacerse notar cuando no estaban rodeados de mortales ignorantes que no sabían de sus asuntos.

Gato solo se atrevía a dejar las comodidades de su carruaje si su escolta especial venía a acompañarlo. Era casi vergonzoso, en cierto modo, el hecho de que tuviera que esperar a que su acompañante lobo lo tomara de la mano y lo guiara silenciosamente fuera del campamento, para distraerlo de su dolor. Se sentía como un niño indefenso, incapaz de viajar solo sin un tutor a su lado.

La mayor parte del tiempo, no hablaban. ¿Qué había que decir? Después del arrebato de Gato, su relación se volvió incómoda y cautelosa. La muerte no era tan peligrosa para él como solía serlo y, para ser sincero, el Gato no estaba de humor. Todavía estaba tratando de recuperarse, y parecía que la Muerte también lo estaba.