CAPÍTULO 1

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Shuichi Saihara suspiró pesadamente, mientras miraba por la ventana cómo se alejaba de su ciudad. Con la separación de sus padres, se tenía que ir a vivir a un pueblo, situado a horas de su ahora antigua ciudad. Estaba a custodia de su madre, la cual se disculpó muchas veces con su hijo por no haber podido encontrar trabajo en un lugar más cercano. Shuichi no le echaba la culpa, lo entendía y no quería poner más presión sobre su madre.

El viaje duró unas horas, pero cuando por fin llegaron, Shuichi pensó que quizá no estaba tan mal, aunque sí se le haría raro. Siempre había crecido en una ciudad, con edificios altos, mucha gente, muchas tiendas, mucha formalidad. Sin embargo, veía como todo el mundo se saludaban entre ellos, eran algo ruidosos, no había demasiadas tiendas, los niños jugaban entre ellos, y por el momento no había visto ni un dispositivo móvil.

Le parecía... Tranquilo, diferente a lo que estaba acostumbrado. Algunos niños le miraron por curiosidad un par de veces mientras caminaba por las calles acompañado de su madre, camino a su nueva casa.

Antes vivía en un piso, pero ahora su nuevo hogar era una casa, de dos pisos.

Al pequeño peliazul le gustaba, era más espacioso que su anterior piso, aunque estaba algo falto de muebles. Su madre le dijo que los irían comprando a medida que los fueran necesitando, sin contar algunos que ya traían de su anterior ciudad.

Shuichi iba a empezar en su nuevo colegio en tan solo un par de días. Estaba nervioso, era un chico muy tímido, y ahora que por fin había logrado amigos en su ciudad, le tocaba volver a empezar en un nuevo lugar.

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Shuichi estaba cada vez más nervioso mientras se acercaba paso tras paso a su nueva escuela. Cuando estuvo dentro, notó todas las miradas sobre él, susurrando cosas entre ellos. Su madre habló por un momento con una mujer, que Shuichi supuso que era su profesora,  y después se despidió de él, dejándole solo con aquella mujer, que se presentó.

-Hola Shuichi, yo voy a ser tu nueva profe durante el curso, ven, voy a enseñarte tu clase y te presentas con tus compañeros, ¿Sí?

Le dijo su profesora amablemente, para después empezar a caminar hacia una de las aulas. La adulta abrió la puerta y dejó pasar a Shuichi.
Observó un poco la clase, donde sus compañeros estaban hablando entre ellos, algunos a gritos y entre risas. Todo se quedó en silencio cuando vieron entrar al chico nuevo, y todos se sentaron en sus sitios.

La profesora habló, explicando que Shuichi acababa de llegar al pueblo, y después pidió que se presentara ante la clase. Shuichi jugó con sus dedos nervioso por un segundo, pero después habló hacia toda la clase.

-Uhm... Soy Shuichi Saihara, es un gusto...

Todos le miraron con curiosidad, y la profesora le indicó sentarse en un asiento libre al lado de un chico de pelo morado, peinado hacia arriba. Estaban sentados en grupos de cuatro, y miró a la gente de su grupo. El chico de pelo morado, una chica de dos coletas, pelo marrón y ojos rojizos, y otra chica rubia, de ojos rosados.

El varón de ojos morados le habló a Shuichi con ilusión.

-¡Hola! Mi nombre es Kaito, ¿Quieres ser mi amigo? Me gusta el color rojo y de mayor quiero ser astronauta!

-Oh- uhm, sí podemos ser amigos-

-¡No seas tímido! Desde ahora serás mi hermano!

-¿Hermano?

-No le hagas caso, es un tonto...

Intervino la chica de pelo castaño.

-Mi nombre es Maki Harukawa.

-Pero puedes llamarla Maki Roll, es su apodo!

-¡No, no me llames así!

-¡Yo soy Kaede! ¡Yo también quiero ser tu amiga!

Shuichi estaba algo sorprendido, ¿Así de amigable era la gente de los pueblos? Al parecer, había sido muy bienvenido aquí, cuando hubo un descanso, todos se acercaron a hablarle y presentarse... Excepto uno.
Mientras Shuichi hablaba con su nuevo "hermano", se giró a mirar una de las mesas, en la que había un chico de pelo oscuro y rizado, con las puntas de un color morado un poco más claro. Parecía estar dibujando, y en ningún momento le prestó atención al peliazul.

-Kaito... ¿Quién es él?

-Oh, es un rarito, no le hagas caso.

-¿Rarito por qué..?

-Porque es un niño pero parece una niña!

-¿Ah si?

-¿Es que no lo ves? Mira..
¡Eh, nenaza!

Kaito le gritó al pequeño chico, que se encogió sobre sí mismo, sin mirar a Kaito.

-¿P-por qué le gritas...?

-Porque parece una niña, tiene pelo largo y, y, y siempre está solo!

Shuichi miró con curiosidad al chico, quería ir a hablarle, era verdad que estaba solo, sin nadie a su alrededor... Shuichi no lo entendía. Aún no había visto su cara, ¿Realmente parecía una chica? ¿Y qué había de malo en eso?

______

Su primer día de clase no estuvo tan mal, había conseguido hacer muchos amigos aunque aún estaba el misterio del pequeño chico de pelo morado, llamaba mucho su atención.

Cuando las clases acabaron, su madre vino a recogerle y fueron juntos a casa.

-¿Y bien Shuichi? ¿Hiciste muchos amigos?

-Sí mamá, son todos muy buenos

-Me alegra cariño, sabía que este era un buen sitio... Te lo pasarás bien.

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912 palabras

Una nueva historia que he estado queriendo escribir muuuucho tiempo, espero que no sea demasiado mala... (⁠~⁠_⁠~⁠メ⁠)

Amor amor!! ❤️❤️



No estás solo, y nunca lo estarás. -Saioma Where stories live. Discover now