CAPÍTULO 8

88 11 7
                                    

El viaje de ida fue infernal, Kaito no dejaba de molestar a Kokichi y de llamar la atención de Shuichi. El pequeño pelimorado daba gracias de que Rantaro era buen chico y ponía un poco de orden de vez en cuando.
Llegaron al lugar, era bastante tranquilo, y muy grande a ojos de los pequeños niños. Claro que era tranquilo, se llenó de ruido y de gritos emocionados nada más los niños bajaron del bus.
Lo primero que hicieron los tutores fue asignar las habitaciones. En cada habitación había dos literas, lo que significa que en cada una habría cuatro personas. Kokichi rezaba para que le tocara con Shuichi, y si eso no pasaba, rezaría el doble para que no le tocara con Kaito.
Escuchó como en cada habitación iban nombrando el nombre de cuatro personas para que fueran a la habitación asignada, y en una de las habitaciones, dijeron el nombre de Shuichi. Kokichi se tensó, su mente centrada en la misma frase. "Por favor, que diga mi nombre, por favor que diga mi nombre..."

-Kokichi Ouma.

Sus ojos brillaron con felicidad al saber que podría compartir noches en la misma habitación que shuichi. "¡Dios existe!" Pensó que ya nada podría salir mal, pero qué equivocado estaba.

-Kaito Momota.

Kaito soltó un pequeño grito de alegría y pasó un brazo por los hombros de Shuichi. Kokichi se quedó paralizado. "Dios no existe después de todo..." Sus pensamientos se nublaron, su única luz era Shuichi, y el estorbo de Kaito no quería irse. El último chico del grupo fue Rantaro. Kokichi respiró aliviado, podría haber sido mucho, mucho peor, pero Rantaro era en realidad bastante amigable con él. Pensó que, con un poco de suerte, sería capaz de ignorar a Kaito.
Los cuatro chicos subieron a la habitación, mientras Kaito hablaba con Shuichi de lo genial que sería compartir habitación con él, mientras los otros dos chicos estaban en silencio.
Rantaro le sonrió a Kokichi e intentó una conversación con él, no le gustaba el silencio y la incomodidad del momento.

-Pensé que dijiste que no ibas a venir.

-Y no quería venir, pero ese idiota me obligó.

Respondió Kokichi, señalando con la mirada a Shuichi.

-Yo creo que lo puedes pasar muy bien aquí, quizá hasta arreglas las cosas con Kaito.

Rantaro le respondió con su tono tranquilo, mirando por un momento a Shuichi y a Kaito hablar, para después girarse de nuevo hacia Kokichi para oír su respuesta.

-Hah, ojalá fuera tan fácil, pero ese idiota no va a dejarse.

-Ni tú tampoco.

-¡Pero es diferente! ¡Él me quiere hacer la vida imposible!

Rantaro rió ante esa reacción, y acarició el pelo de Kokichi por unos segundos.

-Los dos sois muy cabezotas, me da pena Shuichi.

Bromeó Rantaro en respuesta. Kokichi le miró de reojo. Quizá él no fuera tan mala compañía después de todo.

Una vez en la habitación, empezó otro dilema, y otra guerra por la compañía de Shuichi. Kaito empezó, tratando de ni mirar a Kokichi.

-Shuichi, nos ponemos en la misma litera, ¿Verdad? Me pido arriba.

-Shumai de echo iba a ponerse conmigo, así que piérdete, imbécil.

-Hey, Shuichi es mi hermano, y va a elegirme a mí después de todo, nadie querría estar en la misma litera que tú.

Rantaro miró la riña con una sonrisa entretenida, y Shuichi no sabía qué hacer para calmar a ambos. Shuichi parecía necesitar ayuda aquí, así que se giró a mirar al único que parecía seguir cuerdo en la habitación.

-Rantaro, ¿puedes ayudarme? No sé qué les pasa y...

-Solo elige con quién quieres dormir y ya.

-Pero no quiero enfadar a ninguno de los dos... ¿Puedes elegir tú con quién dormir?

-¿Y crees que van a escucharme a mí?

-Por favor, al menos inténtalo...

Shuichi estaba prácticamente suplicando por la ayuda, y Rantaro decidió sacar sus instintos de hermano mayor para calmar a ambos. Alzó la voz, esta vez con un semblante serio.

-Yo dormiré con Shuichi, fin de la historia.

-Hey hey hey, no puedes dormir con mi hermano, sólo yo-

Rantaro se cruzó de brazos y alzó de nuevo la voz.

-He dicho, que fin. De. La. Historia. ¿Entendido los dos?

Se hizo un silencio en la sala, y Kaito y Kokichi terminaron por asentir con la cabeza en silencio.

-Bien. Ahora dejar vuestras cosas, y ni un sólo grito más.

Shuichi miró cómo los dos estaban obedeciendo, con la mandíbula por el suelo. ¿Cómo había echo eso? Ni siquiera Shuichi se atrevía a hablarle cuando Rantaro estaba tan serio. ¿De verdad un chico can dulce y tranquilo podría ser así de severo?

Rantaro se giró hacia Shuichi. Parecía haber vuelto a la normalidad, pero Shuichi no pudo evitar asustarse.

-Ya está, solucionado. ¿Te parece bien? ¿Estas bien?

-Si si, todo perfecto, gracias...

Shuichi sintió que tenía mucho que aprender de Rantaro...

_____________

Los tutores llamaron a todos los niños una vez se habían asentado en sus habitaciones. Les pidieron que escogieran un compañero para ir a una pequeña excursión para ver el monte y sus alrededores.
Kaito y Kokichi se miraron, querían empezar otra batalla, pero tenían miedo de que Rantaro volviera a intervenir. Kokichi estaba asustado de que Rantaro volviera a ir con Shuichi, si hacía eso, kokichi no le quedaban más amigos con los que ir, pero para su sorpresa, Rantaro se acercó a él, y le extendió la mano.

-¿Quieres venir conmigo?

Kokichi titubeó, y nada más notarlo, Rantaro le susurró algo al oído. Kaito y Shuichi les miraron intrigados, y quizá un poco asustados, pero para su sorpresa, cuando ambos terminaron de hablar en susurros, Kokichi tomó la mano de Rantaro y se dirigió hacia Kaito al hablar.

-Puedes ir con Shuichi, no me importa, no voy a montar ninguna pataleta por eso.

A Shuichi se le cayó la mandíbula al suelo. Acto seguido miró a Rantaro. ¿Qué le había dicho? ¿Cómo sabía Rantaro tantas cosas para calmar a la gente?

Cada pareja de compañeros tenía que ir de la mano, y por mucho que kokichi quisiera ir de la mano con Shuichi, lo dejó pasar. Después de todo, Rantaro tenía razón en lo que le dijo.
"Si das tu brazo a torcer y no montas un drama, dejarás a Kaito como un inmaduro, y tú serás la persona madura y responsable."
A Kokichi me gustó haber actuado maduro y responsable. Esperó haber impresionado a Shuichi lo suficiente. Al parecer Rantaro era mejor de lo que kokichi creyó. Quizá hasta podrían ser amigos. Le gustaba ese pensamiento.

_____________

1090 palabras

No hay mucho que decir, amor amor! ❤️

No estás solo, y nunca lo estarás. -Saioma Where stories live. Discover now