CAPÍTULO 6

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Shuichi se levantó más temprano de lo normal esa mañana, para que le diera tiempo a ir a casa de su amigo. No había avisado a Kokichi, pero había decidido que iría a recogerle para ir juntos a clase. Tocó el timbre, y hubo unos segundos de silencio hasta que alguien abrió la puerta.

Kokichi le miraba algo confundido, nadie solía tocar a la puerta a casa a esa hora de la mañana.

-Hola Kokichi, ¿No está tu madre?

-Está trabajando, ¿Qué quieres?

-Vengo a buscarte, vamos a ir juntos a la escuela.

-No.

El pelimorado cerró la puerta, dejando fuera a Shuichi. Éste volvió a tocar la puerta mientras hablaba al pequeño chico que se encontraba al otro lado de ésta.

-¡Kokichi abre! ¡Hoy es un día importante, voy a probar tu inocencia y quiero estar contigo!

Eso fue suficiente para que el pelimorado volviera a abrir la puerta, y tras respirar hondo, salió de allí junto con Shuichi, así accediendo a ser acompañado.

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Al entrar a la escuela e ir acercándose al aula, Shuichi notaba a su contrario algo nervioso, así que no lo pensó más y le agarró de la mano, para entrar de esa manera ambos al aula.

Todas las miradas de sus compañeros se clavaron en ellos, mirando como Shuichi caminaba tranquilo, dado de la mano con Kokichi, el cual estaba mirando el suelo con incomodidad.

Ignorando todas las miradas, fueron ambos al final de la clase, donde estaba el sitio de Kokichi. Shuichi empezó una conversación totalmente normal con Kokichi, tratando de ignorar todas las miradas extrañadas de sus compañeros, es especial la de Kaito.

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Cuando por fin llegó la hora del recreo, Shuichi reunió a todos los involucrados en la escena del día anterior en la sala del orientador.

Kaito realmente estaba confundido, y algo enfadado también. Le dijo que iba a "revelar la verdad" sobre lo que había pasado. No creía que fuera posible que Shuichi lo adivinara, pero fuera lo que fuese, estaba tomando esto como una traición de parte de Shuichi.

Una vez todos estaban en la sala, todos miraron al peliazul esperando una explicación. Al notar todas las miradas sobre él, Shuichi empezó a encontrarse un poco nervioso. ¿Y si se equivocaba?
Ese pensamiento le cayó como un cubo de agua helada, y sólo pudo quedarse en silencio mientras todas las miradas estaban sobre él.

Estaba perdido en sus negativos pensamientos, pero una dulce voz le sacó de su trance.

-Bueno, ¿No ibas a revelar la verdad o algo así?

Pese a que sus palabras sonaban algo bruscas, el tono de voz de Kokichi era suave, y su mirada trasmitía confianza.
Shuichi le sonrió y prosiguió.

-Sí, estoy aquí para revelar lo que en realidad pasó aquel día en el aula vacía.

-¿Qué dices Shuichi? Ya te dije lo que Kokichi me hizo, ¿Es que no me crees? Te consideraba mi hermano...

-Eso no tiene nada que ver, es solo que esto es una mentira, y hay que mostrar la realidad.

Los dos adultos presentes se miraron entre ellos, pensando que esto realmente sería solo un juego de niños, y que no tenía sentido que estuvieran allí.
Tras un largo suspiro, el adulto pidió una explicación inmediata de lo que estaba pasando.

-Sí señor. Os tengo aquí porque creo que Kokichi fue injustamente castigado, pues fue Kaito el que atacó a Kokichi.

Kaito le miró con desprecio, pero a Shuichi no le importó eso, y continuó con su argumentación.

No estás solo, y nunca lo estarás. -Saioma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora