Capítulo 5

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Una hermosa mujer había robado un jarrón de oro del templo y estaba escapando de los guardias de la ciudad, su plan era escapar de las locuras del sacerdotes de la ciudad y evitar ser sacrificada como su madre en el pasado pensó que lo lograría pero se topo con un extraño hombre cubierto de sangre y sobre una extraña criatura que nunca antes había visto, era parecido como el sacerdote dijo que se vería el dios cuando el regresará a la ciudad para empezar la era del jaguar. La mujer al ver tal del figura y el grito de su vestia (relincho) hizo que la mujer caiga mientras retrocedió.

El chico al reconocer a tan hermosa mujer solo susurro un nombre.

-Chell....

Dijo Carlos mientras miraba mejor a la mujer esta parecía aterrada por su presencia.

-Tranquila no te are daño.

Dijo el chico para intentar calmar a la mujer pero su encuentro fue interrumpido por la llegada de los guerreros que perseguían a la mujer los cuales al ver a Carlos y Altivo los rodearon y les apuntaron con sus lanzas, Altivo al ver esto se asustó y empezó a relichar lo cual asustó un poco a los guerreros nunca antes habían visto algo parecido al caballo, Carlos empezó a acariciarlo para calmarlo, uno de los guerros bajo su lanza y se acercó a ellos al parecer los había reconocido gracias a que el sacerdote le había enseñado los escritos antiguos sobre el regreso del dios, Carlos rápidamente reconoció al guerrero era Acolite, en la película era el seguidor del sacerdote y que muere para darle vida al jaguar de piedra, Acolite le hizo a Carlos una señal para que los siguiera mientras que los guerreros tomaban a Chell de prisionera, Carlos al saber a donde lo llevarían no dudo en seguirlos hasta la cascada y como tal en la película Acolite y sus hombres (junto a Chell) entraron sin problemas, Carlos se tomó unos segundos para entrar cuando entró pudo ver una gigantesca cueva con varios pilares de piedra que le daban soporte, además vio que los guerreros y Chell estaban sobre un bote al cual no tardó en subir mientras montaba a altivo.

Cuando ya se encontró arriba el viaje empezó no podía dejar de ver los gigantescos pilares de la cueva lucían mucho más grandes que en la película sin duda alguna esto era una aumententica maravilla en arquitectura alguna vez leyó un artículo qué hablaba sobre los aztecas y la construcción de sus más grandes templos y ciudades no podía evitar sonreír al ver que podría verlo en persona, su sonrisa desapareció cuando vio a Chell el cual no dejaba de mirarlo como si le temiera incluso pese a que el bote era pequeño ella iso lo posible para estar lo más apartada de él.

El chico no entendía por qué ella actuaba así, tal vez era por su apariencia quien no le temeria a alguien que estuviera cubierto casi por completo de sangre, estos pensamientos del chico desaparecieron al ver una luz al fondo de la cueva al cual se acercaban cada vez más pero esta luz no era blanca si no que era dorada, el corazón del chico empezó a latir rápidamente era obio que estaba emocionado no podía esperar a verla, cuando el bote salió de la cueva los ojos del chico se llenaron de brillo al ver tan hermosa imagen.

Era una ciudad con varios canales de agua como si éstos fueran sus caminos principales, gigantescas y majestuosas estructuras las cuales no tenían nada que envidiarle a los edificios más modernos y elegantes de México las cuales imitan un brillo dorado, cerca de la entrada había dos gigantescos pilares parecían medir cien metros. Mientras avanzaban Carlos pudo ver que bajó en el agua pasaban dos gigantescas criaturas de colores brillantes tenían apariencia de ajolotes pero en lugar de patas tenían aletas, la vegetación crecía en varias partes de la ciudad como si la ciudad y la naturaleza encontraron la forma perfecta de vivir en conjunto, el chico podía ver que desde los templos o casas los nativos no dejaban de mirarlo con miedo en sus ojos, después de recorrer un poco más la ciudad el bote se detuvo delante de unos escalones que bajó al nivel del agua todos procedieron a bajar del bote incluso Carlos aún montando a altivo, estaban en lo que parecía ser una de las principales plazas de la ciudad en donde se encontraba una gran cantidad de habitantes los cuales no dejaba de mirara al chico, Acolite no perdió el tiempo al bajar del bote corrió lo más rápido que pudo a un templo.

YO en el Camino Hacia El Dorado  V. 1Where stories live. Discover now