Honey

Capítulo 9

Ayer sin duda se había divertido con todos, fue como si nada los hubiera atormentado, el estrés y temor de la aparición de ese sujeto se fue al olvido y muy dentro de sí, esperaba tener más momentos así, felices, despreocupados, juntos, volviendo a ser los sextillizos traviesos que nadie podía reconocer, una mente maestra tras 6 rostros idénticos, pero sabia que hasta que "eso" se resolviera no tendrían momentos de paz y, aunque se solucionara todo, nada aseguraba que siguieran así de unidos, era una probabilidad bastante grande que volvieran a tratarse como de costumbre. Le entristecía y dolía demasiado saber que una situación así fue la que los volvió tan unidos.

-"Quería esto, pero no de esta forma"-

Un coraje repentino le invadió al recordar al ser que les desgració la niñez, oscureciendo sus ojos ante la ira, el miedo y los recuerdos.

-Oye, ¿estás bien?-

Al escuchar esa voz, su mente volvió al presente, regresando el brillo en sus ojos. Claramente no esperaba que tuviera compañía en ese lugar, por lo que dirigió su mirada hacia el dueño de aquella voz tan conocida.

-Por supuesto, solo... pensaba-

-Muy bien, ¿Qué es lo que te preocupa?-

-¿Cómo...?-

-Lo veo en tus ojos, algo te preocupa-

-Vaya, parece que no te puedo ocultar nada. Has mejorado-

-Por supuesto, aprendí del mejor-

De forma involuntaria una pequeña sonrisa asomó por sus labios. Como si nada malo pasara se pusieron a conversar de temas triviales, pasando con rapidez los minutos; ahogadas carcajadas se podían escuchar a la lejanía, trataban de no ser tan ruidosos ya que no querían que los demás se enojaran, podían llegar a se muy insoportables cuando se lo proponían... o cuando estaban muy ebrios; además no querían que ese ambiente de paz fuera destruido por ahora. Así que continuaron con su conversación por unos momentos más.

Por un momento se olvidaron del porque estaban en el techo, o al menos eso parecía.

-¿Es tan malo lo que "pensabas" que no me lo puedes decir?-

-No lo olvidaste, ¿eh?- "Aunque hubiera preferido que así fuera".

-No podría cuando tienes esa mirada. Aunque si no me quieres contar supongo que esperaré hasta que te sientas listo-

-Bien. Si eres tú supongo que está bien. Pero si me interrumpes o te burlas no volveré a hablar-

El contrario solo le miró y asintió levemente. Por dentro quería soltar algún chiste por la advertencia impuesta y para aligerar un poco el ambiente, pero algo le decía que debía comportarse ya que parecía ser serio, sin contar el hecho de que no quería perder esa cercanía especial con su hermano.

Al recibir la afirmación se acomodó mejor en su sitio y se dispuso a contar su preocupación.

-Solo me preguntaba si... si todo será como antes cuando "esto" se solucione-

Haciendo un énfasis en la palabra "esto", refiriéndose no solo al asunto de Tougou, sino a ellos también. Mensaje que fue claramente interpretado, por el contrario.

-Así que era eso-

-Sí. Es una tontería, ¿no? El preocuparme por algo así cuando hay asuntos más importantes...-

-No lo es- Terminó por interrumpir. Su voz, aunque calmada tenía un tono serio.

-No es ninguna tontería preocuparte por nuestro comportamiento, es normal. Los demás deben estar pensando lo mismo, después de todo somos familia, somos hermanos y, aun más importante, somos los sextillizos Matsuno- Hizo una pequeña pausa, sacó un cigarrillo de su bolsillo, lo encendió y tomó una calada profunda. Todo esto lo realizaba mientras pensaba con cuidado sus siguientes palabras. A su vez, el contrario lo observaba entre sorprendido y ansioso, sin embargo, no hizo ningún comentario, sentía que faltaba lo más importante.

-Es cierto que cambiamos con todo esto, quizá no de la forma que esperábamos, pero lo hicimos con un propósito, cuidar de los que nos importan. Tal vez las circunstancias que nos llevaron a esto no fueron las mejores, pero, aunque no elegimos esta situación, ni nuestro cambio, podemos decidir si queremos conservarlo- Inhaló del cigarrillo nuevamente, permitiéndole al contrario digerir sus palabras. Al exhalar el humo, agregó. -Podremos pelear, reír y hasta llorar, pero siempre seremos hermanos y no importa si la situación es buena o mala, siempre estaremos para los demás. Aun con los insultos y los malos tratos seguimos siendo familia, aun cuando tengamos una extraña manera de expresar nuestro cariño y preocupación. Siempre estaremos cuando más lo necesiten, tanto nuestros hermanos, como tú y yo- le sonrió con complicidad mientras posaba su brazo en los hombros del contrario.

-Gracias. De verdad me ayudaste- Miró a su compañero para después desviar la vista al cielo, el atardecer estaba llegando a su fin y las pequeñas esferas luminosas empezaban a adornar el manto en espera de recibir al brillante astro lunar. -Supongo que es una preocupación menos...-

Soltó esa pequeña frase en un suave susurro, había miles de cosas que quería decir, pero sentía que lo correcto era agradecer a su agudo confidente, después de todo sus palabras habían calado hondo en su corazón, aliviando un poco del peso que llevaba y, sentía que si hablaba más se soltaría a llorar y lo que menos quería era crear alguna preocupación o malentendido "innecesario".

Simplemente, -"así está bien"-.

Sin embargo, unos ojos curiosos le miraban por sus ultimas palabras, sin atreverse a romper aquella atmósfera de tranquilidad. Solo pudo pensar -"¿A qué te refieres con eso?"-

Desconocía que había más demonios que atormentaban a la mente ajena, demonios que poco a poco tenían más presencia y no tardarían en querer salir.

El tiempo seguía corriendo, debía actuar pronto o sería demasiado tarde.