P. 9. TODO CAMBIA

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Yo me sigo levantando al canto del gallo, pero algo está cambiando en la naturaleza.

Los pájaros son más perezosos, ya no oigo la fiesta del amanecer cuando cantaban todos a una, ahora el único que es fiel es el campanero, ese no falla, aunque hoy lo he sentido cansado de tanto cantar sin encontrar respuesta.

Me bajé al jardín como cada día, pues ni allí se oían los pájaros.

Alguno lejano se oía cantar, pero de uno en uno.

Algunos si volaban, pero menos que antes, a lo mejor se debía a que vi en las alturas como a un águila, pero eso fue ya casi con el sol salido, iba majestuosa por las alturas.

Empecé pidiéndole perdón al Señor, porque ayer también sin que él me lo dijera comprendí que, aunque poco, algo le había fallado.

Ayer le abrí mi puerta, lo invité, hice todo lo que debía, pero me faltó salir a verlo.

No solo tengo que abrir la puerta y dejar que coja de lo mío sin reservarme nada, sino que el mejor detalle es olvidarme de mí y de mi comodidad o descanso y salir a recibirlo.

Luego me lo dijo él, que lo mismo que a la hora en punto me tiro de la cama para prepararme a estar con él, lo mismo tengo que hacer cuando lo sienta llegar a mi casa.

Si estoy dormida o no estoy, nada, pero si lo oigo, que salga con la misma rapidez, que no me guarde nada para mi, ni el tiempo, pues el tiempo también es suyo, y me lo da para que salga a verlo en la persona que en ese momento vengan a mi casa, oportuna o inoportunamente.

Me señaló unas hierbas por donde no había camino y me dijo:

¿Ves? Es como hoy, no hay camino todavía, se hace camino al andar.

¿Cómo te ibas a imaginar que tu esposo que arma tanto ruido cuando corrige con razón, pero sin comprender, tuviera ese detalle de amor perfecto dándote a ti el pan que a él tanto le gusta, sin alarde y sin protesta?

Ese si que es un detalle pequeño de los que a mí me gustan.

Solo el amor importa, ¿cómo no decirte yo a ti mi amor, mi pequeña campanilla?

¡Si dependes de mí porque eres mi pequeña campanilla querida que si yo no le explico las cosas no las comprende!

A cualquiera que se lo digas te dirá lo mismo que te dicen siempre, cuando tratas de decirles algo que yo te he dicho.

¡Si eso me lo tengo yo más que sabido!

¿Y tú has necesitado tantos años para saberlo?

Pero ellos lo saben de mente, aprendido, y tú lo comprendes de corazón, que es distinto.

Ellos lo saben de mente, pero no lo ven, ni hablan, en cambio  tu si, porque tú lo comprendes con el corazón y es totalmente distinto.

Yo te pongo a ti los ejemplos lo mismo que yo los aprendí.

Aprendí a estar a solas con mi Padre, y Él me descubrió cual era la mejor manera de hablarles a los hombres, de cosas de la tierra para que lo entendieran, porque como les dije, "si no me entendéis cuando os hablo de la tierra" ¿cómo me vais a entender cuando os hable del cielo?

Abrahán dejó su tierra e hizo el itinerario de la fe como uno de vosotros, eligió la libertad... Y solo mi luz lo guiaba, pero no siempre me escuchaba, a veces, también caía en la trampa del miedo que anula la confianza y se equivocaba.

Poco a poco su fe se fue purificando, hasta el punto de creer que yo le pedía que me sacrificara a su hijo, y venciéndose así mismo, estuvo a punto de hacerlo, no lo hizo cruentamente, pero si en su corazón, pues ya había aceptado el sacrificio, por eso se le contó en su haber la fe en Dios que había demostrado al no reservarse ni a su propio hijo.

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