ESCOGÍ LA LIBERTAD

P. 11. LIBERTAD

Me ha sorprendido ver que en siete días haya terminado el libro de "Escogí la libertad."

Ha sido la luz del Señor la que ha guiado mi corazón para que me de cuenta de lo que es la libertad.

Me bajé al huerto a mi encuentro con el Señor, él ha sido y será mi Maestro siempre.

Hoy me levanté muy temprano, ayer por la tarde me fui a dar un paseo por el campo y ya oía su voz explicándome más cosas sobre el libro.

Esta mañana empezó diciéndome:

Levanta los ojos ¿de donde te vendrá el auxilio?

¿No te viene de mí, del Señor que hizo el cielo y la tierra?

Yo no duermo ni descanso, siempre estoy pendiente de mis hijos que sufren y que mueren.

Siempre en la puerta del cielo, para conducir a cada uno a la estancia que le tengo preparada.

Ya sabes campanilla que en la casa de mi Padre hay muchas estancias.

¿Recuerdas lo que decía Teresa sobre el castillo interior que es el alma?

Mientras estáis en la tierra el alma es ese castillo interior, y muchos están dando vueltas en torno a él sin encontrar la puerta porque han perdido la llave para entrar.

Alrededor del castillo se encuentran todos los enemigos, (ya sabes campanilla los que son,) la soberbia la avaricia la lujuria la ira la gula la envidia la pereza y todos los derivados de ellas, que al ser mas pequeños no les dan importancia, pero impiden que muchos encuentren la puerta de la morada del alma, que es el cielo en la tierra, porque el alma es la morada de Dios con los hombres.

Y esos enemigos, le impiden que encuentren la llave perdida para poder encontrar la puerta y entrar al castillo, ya sabes campanilla que el castillo es todo de cristal y se ven todas las estancias, sabes que en el castillo hay muchas estancias, hay que ir pasándolas hasta llegar al centro y mitad que es la principal.

Tú has ido pasando por esas estancias, y el hecho de ir pasándolas ya es una alegría, por ser Dios quien te acompaña y te va abriendo la puerta de las estancias.

En el cielo ya no hay que dar vueltas para encontrar la puerta para entrar, porque la puerta del cielo está siempre abierta, las estancias del cielo son como un espejo donde cada uno va descubriendo su vida y con ella la verdad, es verdad que hay muchas estancias, y es Dios quien está contigo para ayudarte a pasar de una estancia a otra, en todas las estancias está Dios, y es su luz la que va guiado a todos los que están en cada estancia, como te ha ido pasando a ti mientras estabas en la tierra e ibas pasando de una estancia a otra.

En la tierra busco a mis hijos que se pierden por todos los caminos donde son dispersados ¿cómo voy a tener reposo ni descanso?

Tengo que buscarlos y atraerles a mí.

¿No ves que no tengo quien los busque?

¡Se extravían por tantos caminos fáciles!

Menos mal que te encontré a ti, en quien puedo descansar y encontrar reposo.

Tú me escuchas y me esperas cada día, yo te abro mi corazón y me comprendes.

Se que has alcanzado la libertad y solo mi luz te guía, tu eres un miembro de mi cuerpo y a mi me duele el cuerpo entero.

A todos quiero salvar, quiero que todos alcancen la libertad y se dejen guiar por mi luz, porque el Padre quiere que todos seamos uno, uno con todo lo creado, con la creación entera para que sea como al principio.