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Las clases de Miyeon habían sido demasiado cansadas, prácticamente no había podido dormir muy bien debido a los mareos y náuseas que le ha provocado el embarazo, se sentía devastada, no sabía cuanto más podría soportar, pero esta vez ha sido demas...

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Las clases de Miyeon habían sido demasiado cansadas, prácticamente no había podido dormir muy bien debido a los mareos y náuseas que le ha provocado el embarazo, se sentía devastada, no sabía cuanto más podría soportar, pero esta vez ha sido demasiado, la noche mas odiosa de toda su existencia definitivamente, y no quería que se volviera a repetir, de ninguna manera sería grato que se repitiera.

Casi podía sentir que la cabeza le estaba a punto de estallar, pero debía soportarlo, al menos los trabajos serían para la siguiente semana, este día descansaría un poco, lo necesitaba demasiado, en verdad lo único que quería era mantenerse encerrada en su habitación, mientras se quedaba dormida y dejaba de lado lo demás, pero por supuesto, tenía que alimentarse antes, no podía ir a dormir con el estómago vacío, su cachorro se lo reprocharía si lo hace.

Sus pasos se podían escuchar al igual que de los demás por el pasillo, era tiempo de regresar a casa, seguía su camino con pasos calmados, esperando a que los que llevasen prisa salieran de inmediato, ella ahora no llevaba nada de prisa, y estaba muy exhausta como para querer caminar rápido, así que lo mejor era caminar tranquilamente y evitar los empujones de hombres y esquivar a las personas que se encontraban más adelante.

La próxima semana tendría que ir al médico para poder hacerse un chequeo y saber como iba su pequeño cachorro, además de que seguramente le den una dieta específica para ayudar a su cachorro a crecer.

Justo cuando estaba cerca de la salida de la universidad, pudo divisar a aquella alfa, no conocía su nombre, pero por lo que veía se trataba de un imán de omegas, el solo pensar en eso la hizo levemente reírse, miró hacía donde seguía aquella alfa, al parecer no estaba nada interesada en hablar con todos esos omegas que prácticamente se habían acercado a ella con interés, mientras que la amiga de aquella alfa se mantenía conversando con ellos, Miyeon estaba segura de que ni siquiera un ídolo se vería tan enfadado como ella lo estaba.

Miyeon dejó de sonreír hacía esa dirección al percatarse de que los ojos de la alfa habían conectado su mirada con la suya,  y eso si que le había causado escalofríos, tragó grueso y apretó solo un poco más el paso, no quería problemas, ¿qué tal si le había molestado el que la mirase por un par de minutos? Tal vez no debió haberlo hecho, y era mejor escaparse ahora o nunca.

Minnie se quedo extrañada al ver la repentina huida de la omega, pero sin prestar atención a todas las explicaciones que Shuhua le estaba dando a todos esos omegas que los estaban prácticamente rodeando, simplemente comenzó a caminar, haciendo que los omegas frente a ella se apartaran de su camino y Shuhua dejase de hablar, todos estaban expectantes a lo que Minnie iba a hacer.

— ¡Oye! — gritó, Miyeon sintió que se le estaba erizando la piel al escuchar esa voz, sabía a quien pertenecía, y por supuesto que tenía miedo, ¿acaso le haría algo? ¿le preguntaría porque la miraba? ¡Demonios! ¿Qué haría ahora? —. ¿Podemos hablar?

Mierda, Miyeon se detuvo, la voz estaba demasiado cerca, escuchó unos pasos y cuando levando la mirada la alfa estaba frente a ella, le dedicó una pequeña sonrisa, apenas y las comisuras de esos labios rosa brillante se habían levantado.

— Perdona, no debí mirarte.

— Eso no me interesa — mencionó la alfa, de inmediato Miyeon paso sus manos a los bolsillos de su pantalón, metiéndolas y sin dejar de mirar a la omega que parecía estar demasiado cohibida, pudo notar las leves ojeras que yacían bajo sus ojos —, ¿podemos tomar un cafe y conversar?

— ¿Por qué querrías conversar conmigo? — preguntó Miyeon extrañada —. Escucha, si es porque te miré por mucho tiempo, lo siento, no debí y...

— Quiero hablar contigo, no me interesa el porque me has visto, solo quiero charlar contigo.

— ¿Por qué? — la alfa rodó los ojos, esta omega es más curiosa de lo que pensaba.

— Solo — se encogió de hombros —, no debe haber una razón, se ve que eres una persona agradable, ¿por qué no conversamos?

Miyeon se sentía bastante cansada, lo único que quería era irse de inmediato y recostarse en su preciosa cama que tanto la esperaba con su mullido colchón y esas almohadas tan suaves para abrazar.

— Lo siento, pero tengo cosas que hacer.

— Entonces, ¿te parece bien el fin de semana?

Esa alfa si que era insistente, y Miyeon solo quería irse, así que solo soltó un suspiro y asintió, Minnie sonrió al obtener lo que quería, tal vez así le saque un par de cosas de las que esta curiosa por conocer, pues prácticamente tanto la omega como la alfa eran desconocidas la una para la otra.

— Entonces será el fin de semana, nos vemos...

— Miyeon, Cho Miyeon.

— Encantada, Miyeonnie, soy Minnie Yontararak.

La omega solo dio un asentimiento y levanto su mano en señal de despido. Necesitaba su cama con urgencia.

 Necesitaba su cama con urgencia

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𝐋𝐀𝐙𝐎 𝐑𝐎𝐓𝐎 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora