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Miyeon se sentía un poco somnolienta, pero por fin había podido abrir los ojos, la poca luz que había allí hizo que la sintiera de golpe en sus ojos, pero con un par dé parpadeos más pudo despertar perfectamente, y demonios, podía sentir un dolor ...

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Miyeon se sentía un poco somnolienta, pero por fin había podido abrir los ojos, la poca luz que había allí hizo que la sintiera de golpe en sus ojos, pero con un par dé parpadeos más pudo despertar perfectamente, y demonios, podía sentir un dolor en su vientre, se incorporó levemente llamando la atención de la alfa.

— Miyeonnie — hablo Minnie para después tomar las manos de la omega.

Todo había sucedido de prisa, Minnie había salido de emergencia a comprar algún refresco con sabor a durazno, pues Miyeon decía que se le había antojado uno, para después poner apenas un pie en la dichosa tienda y recibir una llamada de parte de la omega que se encontraba demasiado nerviosa y temerosa debido a las primeras contracciones y se le había roto la fuente, y eso si había alarmado a Minnie de inmediato.

No dudo ni un solo segundo en salir corriendo de regreso al edificio de departamentos en donde Miyeon se encontraba, y cuando la encontró prácticamente sudando y como sufría con aquellos dolores, de inmediato llamó a una ambulancia, por supuesto ayudó a Miyeon a llegar a la planta baja para poder esperar por la ambulancia, que los había llevado al hospital mas cercano y por fin había llegado el día del nacimiento del pequeño.

Minnie jamás hubiera imaginado que Miyeon se supiera las blasfemias de las que imaginaba, y es que en verdad las contracciones dolían como el infierno, aún así se le aplicó una cesárea para evitar problemas en la omega.

Y cuando casi iban a iniciar con el primer corte, Miyeon se había desmayado, los signos eran vitales, pero Minnie habían entrado en histeria al ver que Miyeon prácticamente había dejado de moverse, casi estaba a punto de atacar a los médicos, pero al escuchar que los signos de Miyeon estaban estables pudo conservar la calma, y pudo observar como el bebé salía con éxito.

Ahora estaban esperando a que la omega despertara, a pesar de que le habían dicho a Minnie que podía tenerlo en sus brazos, no quería, lo que ella quería era que Miyeon lo viera, y que juntas estuvieran con la pequeña.

Miyeon se removió un poco y se incorporó un poco mas a pesar del poco dolor que sentía y por fin logró sentarse en su camilla.

— Ya despertó — mencionó Minnie en voz alta, Miyeon no entendía el porque, pero al ver a una de las enfermeras cerca salir corriendo de inmediato, supo el porque de aquel tono mas alto —, ¿cómo te sientes?

— Como si me hubieran aplastado — Minnie soltó una suave rosa por el comentario —. La bebé... ¿donde esta?

— Tranquila, te desmayaste durante la cesárea, pero... la pequeña está bien.

— Aquí tienen, felicidades — ambas voltearon a ver hacía la puerta, una enfermera se acercó hacía ellas con una pequeña en sus brazos, Miyeon no dudo en recibirla y sonreír al poder apreciarlo, sus ojos estaban un poco abiertos, logrando apreciarlo.

— Gracias — dijo Miyeon a lo que la enfermera dio un asentimiento para disponerse a salir dejando a la pareja —. Es hermosa...

Minnie le dió un pequeño beso sobre la cabeza a la omega, Miyeon por inercia se recargó sobre el pecho de la alfa que estaba abrazándola mientras ambas veían al cachorro que luchaba por abrir sus ojos para ver quienes estaban hablando con ella.

— ¿Pensaste en un nombre? — Miyeon negó lentamente, había estado ocupada y ni siquiera en un nombre se había quedado a pensar de la pequeña.

— ¿Tienes alguno, alfa? — preguntó sin dejar de ver al bebé.

— No lo se ¿Minju? — Miyeon sonrió al escuchar eso — ¿Miyeon segunda?

— No — dijo Miyeon entre risas, apretó sus labios formando una linea y suspiro —, ¿Minji?

— ¿Minji? — Minnie meditó un poco el nombre —. No suena tan mal, que su nombre sea Minji.

Miyeon sonrió al escuchar eso, bueno, la pequeña Minji ahora estaba en sus brazos y Miyeon podía sentirse feliz, de alguna forma los recuerdos de todo lo que había ocurrido le habían llegado en cámara lenta, pasando como una película que parecía ser interminable, aquellas noches en las que se la pasaba llorando, aquellos recuerdos tristes sobre su anterior alfa, y luego, estaban los que había pasado con Minnie, la necesidad de conocerla, cuando por fin se decidió a conocerla, los momentos que pasaban juntas, las muestras de apoyo de parte de esa alfa, el primer regalo de ambas, y el primer beso robado, las palabras y las situaciones en las que juntas lograron estar felices.

Quizá Miyeon en un principio llego a pensar que todo se vería siempre desmoronado en su vida, quizá hubo un tiempo en que pensó que moriría de la depresión en su corazón, pero el destino le hablar entregado a Minnie, quien era una oportunidad más de comprender el verdadero sentimiento del amor, y que le había enseñado a quererse sin importar lo que los demás le dijeran, y ella había aprendido a amar gracias a ella, le había ayudado mucho, una grandiosa alfa.

Miyeon se había dado cuenta, que a pesar de que las nubes estuvieran inundando el cielo de un color gris y que parecería que jamás se iría, siempre habría un día en el que el sol logrará iluminar su entorno y que el viento despejaría el cielo para mostrarle una mañana brillante, tal y como Minnie lo había hecho.

Miyeon se había dado cuenta, que a pesar de que las nubes estuvieran inundando el cielo de un color gris y que parecería que jamás se iría, siempre habría un día en el que el sol logrará iluminar su entorno y que el viento despejaría el cielo para...

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𝐋𝐀𝐙𝐎 𝐑𝐎𝐓𝐎 | 𝐌𝐈𝐌𝐈𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora