☼︎Veinte☼︎

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Argentina era atrapado por un sentimiento contradictorio mientras paseaba por las calles de su ciudad tranquila un domingo por la mañana.
Siempre había amado esa hora, el momento exacto donde el sol estaba presente iluminando cada quien a su paso, pero aún así la ciudad entera se sumía en el sueño profundo, haciendo que el día se sintiera tan nocturno y solitario que era íntimo para aquellos que se atrevieran a dar el paso hacia su luz apagada.

Asi que, así, durante el bello silencio y entre respiraciones profundas, el argentino caminaba sin decir una palabra, México a su lado, abrazándose de su brazo sin querer admitir que el aprete en este venía de un intento de calmar su nerviosismo, pues entre tanta belleza en su interior no podía evitar sentir el estómago revuelto: Caminar fuera de casa lo hacía sentir inseguro.

México a su vez caminaba tratando de disimular la tension en su cuerpo, como tratando de mostrarse calmo para tranquilizar a su pareja, sabían ambos de manera perfecta lo que estaban sintiendo, ese extraño miedo y la paranóia de estar fuera de casa, un lugar que se podía ver como el único seguro en momentos como aquel.

Si bien la falta de autos, la ausencia de gente, la luz clara y únicamente el sonido de las aves mañaneras para acompañarlos, México y Argentina no podían evitar pensar que en cualquier momento algo podría pasar, un ataque repentino, un accidente desprevenido... algo, por más pequeña que fuera la probabilidad.
Pero preferían pensar en ello lo menos posible, sabían que se habían vuelto personas especialmente paranóicas últimamente... les venía mejor tan solo disfrutar de la imagen perfecta en la que se habían internado.

De cualquier manera, pronto verían a varios de sus amigos... además les venía bien tomar algo de aire de vez en cuando.

- Estás re nervioso - Observó el argentino, sonriendole con algo de simpatía a su compañero

- ¿E-Eh? ¿Yo? - El mexicano se sobresaltó, dándole miradas rápidas y cargadas de nerviosismo - No... no se porqué piensas eso wey - Declaró, encogiéndose de hombros y tratando de disipar preocupaciónes con una risa simulada

- Dale, bobo - El contrario chasqueó la lengua, empujándolo leve con su cadera a modo de regaño - No soy boludo, ya hablamos de esto... decime que pasa - Le pidió entre caricias suaves a su brazo

México apretó un poco los puños, un amargo sabor a duda en su boca mientras se debatía entre hacer un espectaculo completo del tema o ignorarlo absolutamente.

- Nada, solo estoy siendo paranóico - Confesó con algo de pena - No me gusta que salgas cuando el embarazo es tan peligroso, pero tampoco te voy a obligar a quedarte encerrado... es... es pura pendejada mía, olvídalo - Desvió la mirada

El argentino se detuvo, sosteniendo al noteño por los brazos para poder mirarlo a los ojos. El mexicano suspiró, de repente arrepintiendose de haber hablado en primer lugar, temía estar preocupando a su pareja por tonterías...
Aunque, claro... tenía la suerte de estar casado con un país que lo amaba y comprendía más de lo que él se entendía a sí mismo.

- Operación bebé -Where stories live. Discover now