Tinta negra |Daniel Ricciardo | Trilogía F1

Siete

Narra Esmeray:

—Amo viajar antes que el resto del equipo

Habló Orión con entusiasmo a medida que avanzaba por el angosto pasillo de aquel avión, en tanto su papá, Dana y yo lo seguíamos por detrás en busca de nuestros respectivos asientos.

—Lo amas solo porque estamos yendo a tu hogar — respondió Dana sin vacilar.

— Y tú lo odias porque siempre estas lejos de Verstappen 

— ¿Te gusta Max?  — Preguntó Rafael dándose la vuelta rápidamente, dejando a la vista su ceño marcado. 

— No, que dices 

Respondió Dana rápidamente tratando de convencernos, o más bien de convencerse a ella misma, de que sus sentimientos hacia Verstappen eran Nulos, en tanto con Rafael intercambiábamos miradas cómplices, porque sabíamos que Orión tenía razón y de que ella se delataba sola con sus propias mentiras. 

— Parece que nos toca ir juntos

Habló Rafael cortando con el contacto visual, para observar cómo Orión y Dana se sentaban juntos y a nosotros nos quedaban los asientos contiguos. Él realizó un ademán con su mano invitándome a sentarme del lado de la ventanilla, pero yo me quedé allí parada sin moverme de mi lugar esperando a que él pasara. 

—¿No te gusta el lado de la ventana? 

— No, me da miedo — respondí mirando a través de ella horrorizada.

— Entonces creo que tenemos un problema — añadió seriamente provocando que yo apartara mi vista para ver su rostro, en el cual me vi reflejada por un segundo.

— A ti tampoco te fascinan ¿Cierto? 

El asintió y aun a pesar del pánico que reflejaba su rostro, tomó la iniciativa de sentarse de lado de la ventana, siendo ese un lindo acto de amor, que trató de disimular con la excusa para que yo quedara junto a los chicos y así poder intercambiar palabras. 

— ¿Estas bien?  — pregunté.

—Lo estaré cuando esta cosa haya despegado 

— Es muy loco que viajes todos los fines de semanas y aun así no te acostumbres a ello

—Será porque el viajar, me hace revivir uno de los peores momentos de mi vida — respondió nostálgico.

— Lo siento Rafael, no fue mi intención revolver su pasado

— Con los años he aprendido que el pasado, por más empeño que pongamos, siempre encuentra el camino de regreso, a través de un sonido, un aroma, una sensación ... solo depende de nosotros si dejamos que sea algo que nos afecte de forma permanente o momentánea

— ¿Y cómo haces para que algo permanente se transforme en momentáneo? 

— Estamos hablando de la ventana ¿Cierto? 

Preguntó sin anestesia, en tanto mi cerebro se batallaba en enviar la señal para que mi cabeza se moviera asintiendo.

— Tal vez podría aconsejarte si quieres contarme el motivo por el cual te aterra viajar 

—  Sabes Rafael, cuando era niña odiaba viajar porque eso me mantenía alejada de casa, y ahora de grande lo único que deseo es alejarme de todo eso

— ¿Y entonces? no veo el problema en esto

— Él problema es que ya no sé hacia donde escapar, porque no sé dónde está mi casa, a veces siento que puede estar en todos lados y al mismo tiempo en ninguno