Capitulo 04: Lys parte 2

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Rhaelys.

Pensé por un minuto en tontamente decirle:

Hey tio soy yo, Rhaelys, estaba buscando a Aegon y me perdí ¿Tu crees?.

Pero aunque creyera la nefasta mentira, con lo maldito que era, me sacaría arrastres por todo el castillo para que todo el mundo me viera, por lo que no dude y segui con mi plan del principio armándome del valor que había desaparecido.

Tome un impulso y hablé con el usual acento de los lysenos, en alto valyrio.

No soy nadie.—exclame y mi voz salió casi en un hilo, debía hacer lo posible por no ser reconocido.

—¿Qué hace nadie en mis aposentos?.—Inquirió.

Un presente mi príncipe.—corregí y vaya que me costo decir lo ultimo.

—Que mal gusto.—bufo y mi sangre hirvió en rabia, sus dedos tiraron la capucha de mi capa y todo con esta cayo detrás—¿Quien eres?.—volvió a preguntar.

Pero esta vez  sus dedos se ciñeron a mi hombro y el movimiento fue tan precipitado que reaccione por instinto.

Tiro de mi hacia el y sus dedos se enroscaron en mi cabello con fuerza, mi mano impacto contra su cuello empujándolo, el movimiento lo desestabilizo y su cuerpo se estrelló contra la pared llevándome consigo en el movimiento, su cuerpo se tensiono ante mi agarre, mientras el repentino movimiento nos dejo frente a frente mi pecho expuesto rosaba su duro torso y de repente sentía frio, me sentía expuesta.

Aemond tomo mi cabello con fuerza levantando mi rostro en su dirección, mis ojos se encontraron con el azul violáceo de su iris.

Su ceño se frunció levemente, parecía molesto y confundido por una milésimas de segundo, aunque estaba tenso bajo mi agarre y no mostro ni ápice de incomodidad en cambio, su expresión de intriga fue suplantada por un rostro completamente impasible, sin detonar curiosidad ni nerviosismo.

—¿Que es lo que quieres?.— indago mirándome con sospecha.

Complacer a mi príncipe.—respondí tratando de sonar lo mas segura posible.

Aemond seguía bajo mi agarre, podia sentir el pulso de su cuello impactar con fuerza contra mis dedos, pero no estaba alterado, se encontraba tranquilo, tenso pero sin perder la compostura. Mientras mi corazón chocaba contra mi pecho a punto de salir.

Su ojo me examino unos minutos y su mirada quemo cada punto de mi piel donde permanecía mas de dos minutos, quemándome de una manera abrasadora.

Su mano se poso firmemente en la parte baja de mi espalda justo donde la piel estaba expuesta, esperaba su toque frio, pero al contrario, era cálido y abrasador, tanto que me quemaba la piel, retorciendo cada uno de mis músculos, una oleada de calor se acentuó en la boca de mi estómago.

Trague saliva, no sabia que me pasaba, el toque de Aemond siempre lograba quemarme la piel por mas frio que fuera, pero ahora era distinto, era ardiente y tortuosamente placentero, deseaba en el fondo que permaneciera ahí, que me siguiera tocando.

Mi boca se secaba mientras observaba a Aemond frente a mí, observe la piel blanca a través del pequeño espacio que dejaba al descubierto su camisa desabotonada y morí por tocarlo, quería sentir su piel, sentir si su cuerpo estaba igual de caliente que el mío, quería sentir su corazón contra mis dedos.

—Puedo sacarte ahora mismo sin importarme quien seas.—dijo con voz ronca, el sonido a través de mis oídos me causo una pesadez en el estómago haciéndome sentir mas calurosa que antes.

Passions and Blood.Where stories live. Discover now