Passions and Blood.

Capitulo 08: Rhaenyra

Rhaelys.

—Necesitamos hablar Rhaelys.—la voz gélida de mi madre me detuvo a medio pasillo, mientras arrastraba mi pierna sangrienta hasta mi habitación.

El vestido azul ahora estaba tan salpicado de sangre y vino, como yo de vergüenza y solo cruzaba los dedos porque no se dieran cuenta de lo que había sucedido.

Entre con cuidado a sus aposentos detrás de mi madre a sus aposentos la imagen de Daemon en un sillón no me sorprendió me dedico una sonrisa reconfortante mientras mi madre iba y venia de un lado a otro, pellizcándose el puente de la nariz con clara molestia. Me había encontrado a medio camino hacia mis aposentos cuando me detuvo pidiendo hablar conmigo.

Sus ojos me observaron por un breve momento antes de hablar y supe que lo que diría iba a doler, sus brillantes ojos violetas tan diferentes a los míos solo reflejaban una cosa. Decepción. Y lo sabia tan bien porque era la mirada que constantemente recibía de su parte.

—Pensé que estos arrebatos tuyos habían quedado atrás.—espeto en un tono gélido y duro.—¿Crees que lo que hiciste fue propio de una princesa?.

—¿De que hablas?—cuestiono Daemon divertido, antes de que yo pudiera articular palabra.— Si eso fue lo mejor de la aburrida cena Rhaenyra.
La risa sonora de Daemon enfureció mas a mi madre quien no tardo en explotar furiosa.
—¡Daemon ahora no!.—reprendió mi madre.—Tus incentivos hacia estos comportamientos solo la empeoran.—acuso y Daemon guardo silencio de mala gana y mi madre se dirigió a mí.—Dime Rhaelys ¿crees que tu primas se comportarían de tal manera?.

—No soy ellas madres—suspire  molesta.

Nunca seria ellas y ella no lo entendía, no soy tan buena como Rhaena y nunca seria Baela, en el fondo deseaba poder gritarles que se acostaba con Aemond mientras todos la veían como un ejemplo. Y si eso hacia que dejaran de compararme con ellas lo haría con gusto. Peor siempre buscarían una forma de querer hacerme como ellas.

—No, no lo eres, eres mi hija . Pero pensé que estos arrebatos de rebeldía habían quedado en Dragonstone—vocifero frunciendo sus labios con molestia.—¡Incluso te comportas mejor en Driftmark que ahora!.

Su mirada inquisitiva me hizo sentir pequeña y frágil, no quería decepcionarla y siempre trataba de ser lo que todos querían que fuera, lo que se me había designado, pero no era yo realmente.

—¿Así deseas ser una opción para ser señora de marcaderiva? ¿Comportándote como una salvaje?. —espeta y sus palabras son como un cuchillo rasgando mi piel.—Cuando entenderás que no eres un hombre y hagas lo que hagas no cambiará tu posición y sol..

—Rhaenyra.—la advertencia en el tono de Daemon es palpable y mi madre se traga lo que fuera que iba a decir que seguramente sería cruel e hiriente.

—Aemond me obligo a ver clases con la septa.—hable encontrado mi voz tratando de justificarme— Y yo solo me ...

Mi madre alzo su mano acallando mis palabras.

—¿¡Y por eso casi le revientas la cabeza con la charola!?—me regaña y su grito me deja pasmada. —Tal vez no sea mala idea Rhaelys, incluso me parece perfecto —admite pasándose las manos por el rostro callándose por un momento tratando de mantener la compostura.—Te rehusaste a estudiar en casa, es hora de lo que hagas,  pertenecerás a la corte.

Quise reírme en su cara, siempre quise un lugar por mi propia cuenta y lo intenté por mucho, practique con la espada, intente estudiar de todo, pero no sirvió de nada y ahora solo por mi boda si seria parte de algo.

—¡Solo por Aegon no porque me lo haya ganado!.—refute entre dientes mientras siento como mis ojos arden.

—¿No entiendes que tu comportamiento repercude en mi posición?.—inquirió como respuesta mirándome con severidad— ¡En mi reclamo Rhaelys!, ya de por si estoy en la vista de todos.