Capitulo 06: Tu vaca.

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Rhaelys.

Mi menudo y pequeño cuerpecito temblaba como borrego que sabe que sera cena de algún dragón, después e salir de las penumbras de los pasadizos y encontrarme con la cara inexpresiva de Aemond, solo me dio una mirada desdeñosa y se echo a caminar.

Le seguí como un cachorro sigue a su madre, ¿por que? no sabia porque, pero ya había hecho todo por salirme de mis aposentos a esta hora como para volver y tener que dar mas explicaciones.

Siguió avanzado conmigo a su lado  adentrándonos en la nocturna king’s landing, me aferre a su brazo a medida que las depravadas calles de la parte baja de poniente nos consumieran y aunque recibí un par de zarandeos y empujones no le solté, prefería estar pegada como garrapata a el antes de que alguna persona mala llegase y se me acercara, porque estaba segura que si algún borracho intentaba llevarme, el no lo detendría incluso me colocaría un lazo y me entregaría como regalo.
A veces solía extrañar cuando éramos niños y me protegía, aunque actuaba como sino lo hiciera y que le daba igual, sabia que siempre cuidaba de mi y secaba mis lagrimas por mucho que odiara verme llorar o hacer dramas, ahora el era el causante de algunas lagrimas de rabia y de todos mis berrinches.
Aemond se separo de mi cuando nos acercamos al mismo hostal al que había venido con Aegon. Abrió la puerta adentrándose, le seguí sin nada mejor que hacer y antes de que pudiese entrar había estrellado la puerta en mi nariz , grandísimo idiota.

Mi cuerpo se sintió sumamente pequeño entre el gentío dentro de la casa de placer, después de que Aemond me cerrara la puerta en la nariz, porque ser un idiota era lo que se le daba mejor. Me adentre sumergiéndome en el lado libidinoso y lascivo de la parte de desembarco, había calor y mucho, los cuerpo sudados que me rodeaban me incomodaban, de algún punto brotaba música, que hacia bailar a los presentes. Cuerpos rozando y frotándose, mujeres jadeando y tocándose. Me abrí paso entre todos ellos buscando a Aemond.

Aunque me plantee desde que baje por los túneles del castillo estar  a su lado como garrapata guindado, me abandono en la puerta y ahora no le veía por ningún lado.

Una mano se enredo entre mi capa tirando de ella hasta soltarla dejándome expuesta.
Las personas de apoco se fueron dando cuenta de mi presencia por lo que fui rápida al momento de esquivar y manotear todas las extremidades que se acercaban a tocarme el cuerpo. Me removí frustrada y incómoda pasando por el lado de hombres que no dejaban de vociferas obscenidades, mientras por otro lado esquivaba las manos que buscaban arrancarme la ropa. Me las apañe para salir ilesa del pasillo lleno de gente.

Me adentre a otra área menos concurrida me sentí desorienta moviendo la cabeza a ambos lados asegurándome de que nadie se acercara a mi, hasta que lo vi.

Me miraba con diversión mientras permanecía sentado con una mujer en el regazo y otra sirviéndole vino.

Camine furiosa hasta el, no sabia que mierda era lo que quería hacerme pero ya estaba harta y apenas había llegado, esquive a todas las personas que estaban dedicándose mas afecto del que se debería mostrar en publico y su ojo vacilo al verme asqueada, conteniendo una risa.

—Te divertiste.—inquirió con sorna, quitando a la mujer de sus piernas.

La música se escuchaba mas fuerte,  los músicos al frentes estaban rodeados de mujeres que lucían atuendos como el mío bailando al ritmo de la melodía.

—Si mucho, ahora vámonos.—ordene y el se rio.

—Pero si apenas nos estamos comenzando a divertir.

La mujer que había estado sobre su regazo de el me tomo del brazo empujándome frente a Aemond, pero me resistí tirando de mi brazo de vuelta con brusquedad.

—¡No me toques!.—le grite

—Debes complacer al príncipe.—Me dijo la rubia con tranquilidad.

—Que se joda el príncipe.—exprese en un tono firme y agresivo manteniendo me frente a ella.

Me sacaba una cabeza de altura y su cuerpo es en proporciones era mas ancho que el mío y aun así no me intimidaba.
Aemond llamo a la mujer con una seña y volvió obediente a su sitio.

—¿Que pasa Rhaelys?—inquirió.—Si estas aqui vas a obedecerme.

Di unos pasos hacia el furiosa, la sangre en mis venas ardía ante su altivez

—Ni loca.—escupí y Aemond se rio incrédulo.

—Bien Rhaelys.—dijo levantándose de su asiento quedando frente s mí.—Entiendo que te de miedo estar rodeada de hermosas mujeres, después de todo tu no eres nada delante de ellas.

Su insulto me atravesó el pecho con fuerza pero no me mostré afligida, tensr mi mandíbula y la levante aun con mi orgullo herido, los murmullos de las mujeres que lo rodearon no se hicieron esperar y una que otra risita indiscreta observándome

No dije nada pero el si, mientras la comisura de sus labios se levantaba

—Pero me gustaría que entiendas que tu jamás serás como ellas.—señalas a las meretrices detrás de el—Nunca serás una mujer capaz de mover una fibra de mi piel.

Mi sangre enervo, mientras veía el movimiento descuidado de su copa. Bajo las miradas juzgonas de sus golfa haciéndome menos.

—No soy como tus putas.—le deje claro apretando mis manos en puños.—Soy mucho mejor.

Aemond encarno una ceja y su ojo destello con maldad.

—Demuéstralo entonces Rhaelys.—impuso desafiante.—Haz que me trague todos mis insultos .—su rostro se inclino al mío amenazante.—Eso es lo que querías ayer ¿no?. Hacer que me arrepintiera, entonces hazlo Rhaelys ¿o no puedes?.

Una persona razonable se hubiera retirado y no le hubiese aceptado una invitación a quemarse en el infierno, pero mi lado racional se iba a volar cuando mi lado obstinado se adueñaba de mi cuerpo y me hacia ser verdaderamente idiota.

—Si puedo —declare arrebatándole la copa de su mano llevándome a los labio. Aemond me miro desafiante.

Me di vuelta y lo observe por encima de mi hombro hasta llegar al centro de los músicos, no sabia que iba hacer, no sabia ni siquiera como hacerlo y probablemente quedaría humillada. ¿Pero que era una humillación mas? Tenia fe en mi después de todo, si yo no creía en mi ¿Quien lo haría?.

La música me invadió los oídos, haciéndome mover el cuerpo siguiendo el ritmo había mujeres a mi lado, pero Aemond solo me miraba a mí.

Sentí la música en vibrando en mi y comencé a contonear mis caderas con lentitud, dibuje  figuras con mis brazos hasta llevarlo a mi pecho y tocar los costados de mi cuerpo, deslice mi cuerpo de un lado a otro, balanceando, moviendo mis hombros.

Me sentía bien, no estaba nerviosa ni por la incensaste mirada de Aemond, ni por la de los demás presentes choque mis manos aplaudiendo al ritmo de mis caderas, mire de soslayo Aemond mientras bajaba poco a poco hasta tocar el suelo, di unos cuantos pasos agachas con lentitud, siguiendo la música mientras paseaba mis dedos por todo mi cuerpo sin vergüenza.

No se si fue el calor, la rabia o todo, pero la música y el vino que tome sin premura me dio el coraje para hacerlo sin ningún tapujo.

Me sentí ligera por la música incluso burbujeante, movía mis manos en el aire igual que mis caderas, con una lentitud sorprendentemente abrumadora y ningún momento deje de ver a Aemond, giraba y me mecía y me tocaba solo oara el, solo para incomodarlo, mientras el se apoyaba con fuerza en el sillón yo acariciaba mi rostro, el llevaba su copa de vez en cuando a sus labios mientras me veía le di la espalda y me contonee formando o círculos en el aire como el camino de una serpiente, moviéndome suave y sensual, mis manos de vez en cuando iban hasta mis pernas y subían un poco la tela de mi falda.

El resto había desaparecido, me sentía avalorada, solo bailando para Aemond, y aunque me debería sentir muy estúpida, no lo hacia el brillo profundo de su mirada no me lo permitía solo me invitaba a seguir haciéndolo, quemarme en el fuego de su mirada.

Camine con pasos lento bajo la mirada caliente de Aemond, sobre mi cuerpo , su ojo no abandono los mis ni cuando apoye mis rodillas a sus pies. Mi respiración era temblorosa pero no me importo al ver que la suya estaba agitada.

Mis mano treparon por los brazos del sillón mientras levantaba mi cuerpos, sus rodillas rozaron con mis piernas y me arme de valor oara seguir adelante después de sentir la fricción de la tela contra mi piel, acerque mi rostro al suyo mirándolo desde abajo sosteniéndole la mirada, una oscura exaltada en deseo e intriga, acerque ni rostro un poco mas y su respiración golpeo mi rostro, vislumbre su mano acercarse a mi rostros, sus dedos rozaron mis rostro pero esquive su toque alejándome de el con una sonrisa.

Lo observe por encima del hombro mientras me alejaba mezclándome entre las personas que danzaban, camine entre ellos frotando mi cuerpo contra ellos al ritmo de la suave melodía embriagadora, continué bailando me perdí entre la música y el vino. No se en que momento termine apegando mi espalda y mi cuerpo contra de una mujer, que me tocaba sin cohibirse, ya no me importaba Aemond, solo danzar y beber. Pero añoraba su mirada sobre mi cuerpo.

Volví a buscarlo con mi mirada pero ya no estaba ahí, me aleje de la mujer de inmediato confundida, estaba mareada y aun así me sumergí entre la gente buscándolo, salí del salón de hasta lo que parecía ser la taberna del lugar pero no estaba. Me alce en puntas observando entre el mar de cabezas peri ninguna era la del peliblanco.

Intente buscar a Aemond entre el gentío pero alguien me tomo del brazo con fuerza me zafe con brusquedad pero la misma mano volvió a tomarme tirándome hacia el…
Gire mi rostro y lo único que vi fue el cuerpo robusto de un hombre de barba me recibió mientras me arrastraba a no se donde, intente resistirme pero siguió tirando de mi cuerpo, grite pero nadie se giro a verme había mucha música como para que alguien lo notara estando absortos en lo suyo.

El hombre me empujo contra una pared intentando quitarme las prendas de mi cuerpo me removí nerviosa e intenté forcejear pero el hombre no me daba tregua.

—Hoy me follo a una buena puta.—vocifero con la voz áspera y escalofrió corrió por mi cuerpo.

Trato de hundir su cabeza en mi cuello pero mis manos se aferraron a su cabeza moviéndola hacia atrás, clave mis dedos entre sus ojos hasta que soltó mis brazos.

—¡Puta tú vaca!.—escupí echándome a correr entre el gentío.

El hombre grito no se que cosa detrás de mi, mientras yo me echaba a correr como loca por el lugar tropezándome con cualquiera que se atravesara. Mire por encima de mi hombro buscando al hombre y otro sujeto intento calmarlo pero lo que recibió fue un puñetazo y sus golpes compartidos solo se volvió una algarabía de gritos y el caos se desato entre golpes y objetos estrellándose.

Seguí corriendo sin mirar atrás mientras sentía como el piso vibraba por los movimientos bruscos, la sangre comenzó a brotar de los cuerpo y entré en pánico

Las manos de otro hombre me sujetaron con fuerza y saco su cuchillo apuntando mi cuello, sus manos recorrieron mis piernas intentando meterlas debajo de mi falda, me removí asustada y hasta propinarle un rodillazo que le hizo caer, pase sobre su cuerpo corriendo por el pasillo de las habitaciones.

Y grite el nombre de la única persona que sino me había abandonado estaría aquí con alguna meretriz, y era el único que podía salvarme.

—¡Aemond!—grite golpeando las puertas como loca.—¡Aemond por todos los dioses sal ahora!.

El hombre volvió aparecer en el pasillo y se abalanzó sobre mi mientras yo forcejeaba con el, clave mis uñas en su cuerpo así como intente soltarle una que otra parada pero no se movía, tiro de mi cabello con fuerza estrellando mi cabeza una y otra vez contra el suelo, dejándome desorientada. Mi vista se topo con una mesa pequeña y estire mi mano hasta tocar la base, aferre mis dedos en ella y tire hasta hacerla caer encima de su cuerpo, el golpe lo dejo quieto e intente moverme pero el filo del cuchillo se clavo en mi pierna rasgando mi piel.

Un grito de dolor me desgarro la garganta, estrelle mis puños a su espalada con fuerza tratando de calmar el dolor, peri podía sentir la sangre mojándome la piel, justo lo que me faltaba morir desangrada en un puto piso de un burdel, mientras Aemond folla con una golfa. El siquiera pensar en esa posibilidad me enojaba aun mas, y no se si es porque me abandono o porque esta con otra mujer.

Seguí lanzando manotazos hasta que sentí un puerta abrirse, divise la melena blanca de Aemond entre lagrimas que en algún momento empezaron brotar de mis ojos.

Las manos de Aemond se vieron borrosas frente a mi mientras alejaba al hombre de mi, estrellándolo contra la pared. Use mis manos para alejarme arrastrando mi cuerpo por el suelo .

Aemond fue rápido y le arrebato el cuchillo al hombre y le corto la garganta sin un ápice de piedad en un corte limpio y rápido, su camisa estaba desabotona y su cabello enmarañado volvió su cuerpo hacia mi, bufo girando su ojo con hastío al reconocerme, su ojo se entrecerró observando la sangre que manchaba mi ropa, se acerco a mi, y de pronto ya no sentía tranquilada ni paz, estaba molesta,  y quería golpearlo, me había abandona y todo lo que. Había sucedido fue su culpa.

Intento levantar la falda pero no se lo permití, lo aparte de un manotazo, el frunció su ceño, volvió a intentar e hice lo mismo hasta que se rindió y aunque forcejamos cuando intento levantarme, termino cargándome en brazo aunque me resistiera. Sin decir nada, me levanto y me apego a su pecho.

La puerta de donde había salido volvió abrirse dejando ver a la misma rubia de hace rato en ella con una sabana alrededor de l cuerpo. Mis dientes rechinaron con rabia.

—Mi príncipe.—dijo en voz baja casi en un reproche observándome a mi con los ojos entrecerrados.—La cama...

—Ahora no.—Le corto de una pasando por su lado.

Se dirigió a la salida del pasillo, y aunque el alboroto seguía a fuera y Aemond lo observo por un instante quieto en su sitio antes de darme una mirada juzgona.

—Quiero pensar que tu no has sido la causante de todo esto.—increpó y no respondí estaba rabiosa, solo gire mis ojos irritada.—Claro, si esto tiene tu nombre oír todos lados .

Pude reconocer una nota de amargura en sus palabras pero poco me importo, siguió caminando por lo que parecía ser una salida trasera. Abrió la puerta y ambos terminamos en un callejón detrás de la casa de placer.

Me devolvió al suelo sin ningun delicadeza, se agacho frente a mi dispuesto ver mi herida pero lo único que recibió fue mi puño impactando con rabia, me miro confundido y podía jurar que incluso enojado pero no me arrepentí.

—¡Viste lo que sucedió por tu maldita culpa!.—brame iracunda, el se levanto tocándose el lugar del golpe.

—¿Pero te moriste?—puntualizo con ironía.—No claro que no así que deja de chillar y de golpearme.

—Casi me muero por tu culpa.—le acuse golpeando su pecho.—Mientras tu estabas entre las piernas de aquella mujer dos hombres intentaron desmembrarme allá dentro.

—Algo tuviste que hacer.

Debía ser una puta broma.

Trate de respirar pero mis pulmones no me lo permitían, me sentía impotente. Un grito frustrado salió de mi cuerpo mientras me arrancaba el velo y para arrojárselo a la cara.

—¡No pienso ser mas tu estúpido juguete!.—grite cansada empujándolo lejos de mi.—Déjame en paz

—Eso no lo decides tu pequeña bastarda—sentencio tajante— estas en mis manos.

—No Aemond, no quiero esto, ¡no quiero nada de toda esta mierda!.—Brame, tocándome la herida.

Su ojo reparo mi piel pero no se vio afectado, la herida no era profunda oero si larga. Y dolía como la mierda. El frunció sus labio y soltó un bufido por la boca, como si el tiene derecho a molestarte cuando la agraviada he sido yo.

—Entonces ve y dile a tu querido a Aegon que estuviste a noche conmigo y besaste.—se encogió de hombros mirándome con desdén.

Tome una roca del suelo y se la arroje a la cabeza oara mi mala suerte la esquivo y me fulmino con la mirada.

—Pero ¿por que no lo olvidas y ya Aemond?, ¿que es lo que quieres de mi?.—inquirí frustrada en su maldito juego siempre salía herida.

— Quiero Rhaelys...—repitió acercándose a mi.—Quiero ver hasta donde eres capaz de llegar con tal de proteger los sentimientos de tu querido Aegon.

—¡Todo es un maldito juego para ti!.—exclame con rabia.
Camine por su lado dispuesta a irme, pero su mano me devolvió con fuerza hacia el encarándolo.

El juego lo comenzaste tu en cuanto te metiste en mi habitación fingiendo ser otra persona Rhaelys.—espeto entre dientes en un tono agresivo dándome una de sus miradas indiferentes.—Los dioses suelen ser piadosos yo no.

—¿Que es lo que quieres entonces!.—inquirí en una pregunta, empinándome para hacerle frente.

—Se mi perra de lys.— propuso y mis ojos se abrieron de par en par.—Sométete ante mi hasta tu boda con Aegon. Yo podré usarte a mi antojo y tu recibirás tu escarmiento por creer que podías burlarte mi.

¿Que acaso hay peor tortura que tener que soportarlo diariamente?

—¡No me voy acostar contigo!.—Exclame rápidamente soltándome de su agarre.

Aemond frunció los labios en una línea fina

—Mojigata aburrida.

—No soy una mojigata.—me defendí.

El despegó sus labios, mostrando una hilera de dientes blanco en una sonrisa torcida.

—No claro que no lo eres hoy me quedo claro.—aseguro posando su mano debajo del mentón.—No voy a obligarte a algo que tarde o temprano aceptaras.

—Primero muert...—la mirada de advertencia que me dio me hizo acallar.

—El trato aqui es, que harás todo lo que yo diga sin rechistar y le digo a Rhaenyra y Aegon tus secretos.

—Me estas chantajeando.

El solo se encogió en hombros despreocupado

—Si eres tan valiente como aparentas aceptaras mi trato ¿o tienes miedo?.

Dicen que al peligro se le huye, y otros que se enfrentan. Si se era inteligente cualquiera lo evitaría a toda acosta, yo en particular prefería evitarlo siempre, pero cuando el peligro viene acompañado de un «“¿o tienes miedo? ”» desafiante y de la boca de Aemond, mis alertas se acallan y secundaban sus estupidez, por lo que no me detuve a reparar si era buena idea o no.

—Acepto.—respondí y Aemond asintió complacido.

Se dirigió hacia mi y me tomo entre sus brazos oara empezar a caminar hacia el castillo. No me resistí porque mi pierna dolía y podía terminar desangrándome si me iba caminando y Aemond no dudaría en dejarme morir en una zanja.

—Una cosa mas Rhaelys.—dijo y sentí la vibración de su pecho contra mi cuerpo a medida que avanzaba.—Evita enamorarte.

— Jamás me enamora de ti.—escupí mirándolo extraña.

—Que bueno.—admito con desdén.—Yo tampoco no eres mi tipo.

"No eres mi tipo" refunfuñe de mala gana en una mueca, el bajo la mirada y fingí que no hacia nada mientras el rodaba su ojo, como si yo quisiera enamorarme de el, yo amaba a Aegon.Jamas sentiría algo por el.

Jamas sentiría algo por el

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Notita:

Holiiiiis volvi ajaja, como estan, primero que nada tengan un bonito dia :)

Queria aclararles que si ya me han leido en Fuego de dragones los capítulos que escribo suelen ser muy largos y espero que los disfruten y sean de su agrado.

Vamos a odiar a Aemond se los digo de una vez pero va a ser tan 🔥🥴 que yo al menos se lo perdono.

En tik tok subo edits sobre mis historias nos vemos por allá.

Besitos apasionados 🔥🔥🔥

Passions and Blood.Where stories live. Discover now