CAPÍTULO 10

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(...)

La gran amenaza de una bestia se acercaba, el miedo y gritó de la gente al ver a Smaug se sentía y escuchaba a la distancia.

Tauriel e Indis estaban viendo como aquella bestia se acercaba a gran velocidad hacia la Ciudad del Lago. La rubia entró con preocupación al igual que la elfa.

-Debemos irnos. -aclaro la elfa del bosque Negro. -No hay tiempo que perder.

Fili intentaba ayudar a su hermano, pero este negó tal ayuda. Indis se dirigía hacia la menor de los hijos de Bardo y le ayudó a ponerse un abrigo, mientras que el del medio Bain se negaba rotundamente a partir sin su padre. Indis le dejo en manos de la niña a la elfa, posó su mano en el hombro del muchacho y con una mirada de preocupación solo acertó a decirle que debían de irse por el bien de sus hermanas y para terminar de convencerlo le cuestionó que es lo que pensaría su padre de aquello.

Los enanos, los niños y ambas mujeres se dirigían a un bote que el hombre del lago tenía allí en su hogar. Primero subieron unas cosas y luego subieron a los pequeños para proceder a seguir ellos. El rubio y Bofur tomaron dos remos con los que impulsaban el bote. La más pequeña inconsciente se recargo en el hombro de Indis y esta le acarició el cabello en un intento de calmarla ya que el dragón volaba encima de ellos. Tal bestia volvió a acercarse a la ciudad tras alejarse un poco, para proceder a encender en llamas las casas de aquella gente mientras que los gritos se hacían insoportables.

Chocaron en un punto con el gobernador, lo que sobresaltó a las jóvenes hijas de Bardo, una mirada de odio fue dirigida de la muchacha rubia hacia el dichoso "amo" de la ciudad y a su acompañante, aquella mirada fue una sorpresa para el resto que nunca la habían visto de tal manera a excepción cuando aparecieron los elfos, esta evitó que la pequeña cayese y trato de calmarla.

El dragón quemaba las casas de la ciudad, matando a la gente la cual suplicaba por auxilio.

Narra Eurielle

Podíamos contemplar con aquella bestia arrasadaba con Esgaroth, un inmenso dolor se me presentó y quise bajar con la idea de ir lo más rápido posible para la ciudad.

Dwalin me detuvo, con su mirada pude ver que no había esperanza, pero no podía, no quería quedarme de brazos cruzados pensando que posiblemente jamás vuelva a ver a mis primos, a mis compañeros o siquiera a mi amiga, todo este tiempo en el que nos conocimos nos habíamos vuelto muy cercanas, la consideraba mi hermana, mi confidente, parte de mi familia.

Lo único que acerté a hacer fue dejar caer unas lágrimas, los brazos de Dwalin me dieron consuelo, lo conocí desde muy joven y era como mi tío.

Escuche a Balin lamentarse por aquella gente y el dolor incrementaba, pero un pensamiento cruzó mi mente y miré hacia todos lados, pude comprobar que mi padre no estaba. Observe como Bilbo veía hacia un punto el cual logre divisar a mi dichoso progenitor mirando hacia la montaña. Esa ansiada montaña que parecía tener más importancia que todos y que estaba a tal punto de detestar, pero al fin y al cabo ese había sido el hogar de mi familia.

Narra Indis

Pasamos por debajo de una casa, al estar en el otro extremo nos encontramos con madera de una vivienda recién caída por el vuelo del dragón. Tauriel le dio aviso a Fili y Bofur para que puedan continuar, no a lo muy lejos divisaba una flecha lo cual me dejó impresionada y me cuestionó por unos instantes quien tendría tal valor para enfrentarse a Smaug, dos personas pasaron por mi mente y no fueron otros que Girion hace casi doscientos años y Bardo cuando mostró aquella Flecha Negra en su posiblemente destruido hogar.

❃𝑼𝒏𝒂 𝑬𝒍𝒇𝒂 𝑬𝒏𝒂𝒏𝒂 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑳𝒊𝒏𝒂𝒋𝒆 𝑫𝒆 𝑫𝒖𝒓𝒊𝒏 ❃(El Hobbit)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt