CAPÍTULO 12: Parte 2

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(...)

Dain dio orden en sus guerreros, estos corrieron en dirección del enemigo formando con sus escudos un muro y sus lanzas, los elfos por otra parte se formaron en filas sin hacer nada esperando las ordenes de su rey Thranduil.

En la montaña, aquellos valientes guerreros de la compañía del dichoso rey querían saltar el muro, luchar con sus parientes con honor y valentía, pero Thorin les ordenó de manera fría que no hiciesen nada, lo que produjo un sentimiento de incomodidad a más de uno, eran soldados, estaban deseosos de pelear.

Entre las filas de los hombres, Bilbo al igual que Eurielle tenían sus espadas en mano, veían con el mago como los elfos no hacían ningún movimiento lo que los angustio.

Como si los cielos replandecieran por los dioses tan magníficos, en un segundo en el que aquel ejército enemigo tocase siquiera los escudos de los enanos, los elfos aparecían con sus espadas matando a los que pudiesen con su gran destreza y agilidad, la esperanza empezaba a florecer por unos instantes para cierta rubia que trataba de no perder la cordura, siendo abofeteada por Azog, al solo ver una pequeña sonrisa.

Los enanos les continuaron a los Primeros Nacidos, con sus lanzas y escudos mataban a más de uno en un zarpazo u otros como Dain con su martillo que en segundos mataba a varios.

Azog envió nuevamente otra orden y el cuerno sonó, dando paso a unas criaturas enormes, con orden del rey Thranduil a sus soldados, les lanzaron flechas y más flechas haciendo caer a estos enormes seres, los cuales al estar heridos, para rematarlos los enanos en carretillas de guerra, los terminaban de asesinar.

Era impresionante como el rey de los elfos peleaba junto a un señor enano, el cual daba martillazos a quien se encuentre sin pensarlo ni un momento.

Pero en esos instantes el cuerno sonó nuevamente, Gandalf vio claramente que los orcos se estaban dirigiendo al Valle; Bardo mando a todos sus hombres a proteger la ciudad en las que se encontraban, mujeres y niños. Y a todos estos se les sumaron un mago, un mediano y una princesa enana.

Aquellas bestias como si de catapultas se tratasen, lanzaban grandes rocas a esta ciudad haciendo lo que quedase más destruida de lo que ya estaba y dando paso a los orcos y trasgos.

Dentro de la ciudad los gritos se escuchaban a kilómetros, el humo contaminando los aires y los cuerpos en las calles.

Bardo liderando a sus hombres comenzaron su batalla, con cada espadaso era una victoria, sin embargo, con cada muerte una pelea perdida. Gandalf con Bilbo y Eurielle no se quedaban atrás, el mago utilizaba de manera ingeniosa el bastón que portaba junto a aquella espada conseguida semanas y semanas atrás, Bilbo de solo haber sido un principiante y un hobbit respetable que ni siquiera había pensado a esta edad tener un aventura, luchaba con toda la valentía que contenía y valla que la princesa de Erebor que ni por muerta se quedaba atrás, su gran destreza con aquellas dagas livianas pero eficaces, le eran de una maravillosa ayuda.

Pero a pesar de sus esfuerzos por conseguir la victoria, luchachaban y luchaban, combatiendo con valentía, destruyendo a los que podían. Los enanos comenzaban a necesitar ayuda, los elfos luchachaban incesantemente y los hombres estaban en una retirada. Aquel escenario era triste y desesperante para Indis que ya no sentía dolor físico alguno, solo mantenía la mirada perdida y cuando Azog comenzaba a festejar su victoria, sus ojos antes verdes ahora se tornaban negros y cambiaban a blancos en un cada dos por tres, siendo que en su interior, la luz y la oscuridad peleaban por conseguir el control de su poder.

Los integrantes de la compañía de Escudo de Roble parecía enojada con la decisión que estaba tomando Thorin; y cuando este apareció ahora sin aquella corona o grandes ropas en un momento determinado, Kili se posicionó firme para decirle lo que pensaba claramente, deseoso de luchar se enfrentó a su tío.

❃𝑼𝒏𝒂 𝑬𝒍𝒇𝒂 𝑬𝒏𝒂𝒏𝒂 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑳𝒊𝒏𝒂𝒋𝒆 𝑫𝒆 𝑫𝒖𝒓𝒊𝒏 ❃(El Hobbit)Where stories live. Discover now