Estando en el parque... Un niño tenía un diminuto y no notable rubor, Izuku estaba totalmente perdido en la sonrisa de aquélla niña, la cuál, era la hija de su mejor amigo..
— Tu nombre es bonito... como tú sonrisa. –Izuku halago sin saber que decir–
— … G--gracias.
Con sincronización los dos niños bajaron su mirada demostrando la pena que tenían, Uno por dar un halago y la otra por recibir un halago.
— ¿C-como conoces a mí papá? –Pregunto tímidamente mitsuri–
— … Soy su amigo, vamos... Vamos al mismo dojo. –Izuku intentaba volver a su inexpresividad, cosa que terminó por lograr–
— Ya veo, ¿Cómo te llamas? –Pregunto más animada la niña–
— Midoriya Izuku.. –Se presento haciendo una reverencia–
— M-mucho gusto, midoriya-kun.
— Créeme que el gusto es completamente mío, Yamato-dono me mencionó que tenía una hermosísima hija, veo que era más que cierto.. –Izuku bajo lo mirada, su corazoncito latía más de la cuenta–
— Oh vamos!
Mitsuri con un gran rubor, empujó "Delicadamente" a izuku, el cuál casi caía al suelo por la fuerza bruta que tenía la niña.
— ?!! –Izuku logro equilibrarse antes de que cayera, captando la atención de la niña nuevamente–
— ¡L-lo siento! ¡No controlo mí fuerza!
Mitsuri sintió algo de temor ante su acción, Siempre tuvo que contener tanto su fuerza para no asustar a los demás niños.. Pero no importase cuatonse contuviera, de alguna manera lograba alejarlos del miedo.
— Eso... Fue impresionante, tenés una fuerza abrumadora.. —Exclamo izuku un poco asombrado, tuvo la suerte de reaccionar a tiempo para mantenerse en pie–
— ¿No estás asustado? –Mitsuri pregunto de nuevo algo tímida por ser insultada.–
— No, ¿Porque lo estaría? No es tu culpa tener esa fuerza, fuiste bendecida por los cielos. –Dijo izuku– Con una gran fuerza y demasiada belleza, debes estar orgullosa.
— ¡Oh, vamos!
Izuku volvió a ser empujado por una apenada mitsuri, la cuál sostenía sus mejillas bastante sonrojadas, el protagonista que esta vez no pudo evitar caer al suelo, apreciaba la bella sonrisa de aquélla niña.
— Nii-chan, esa niña mala te empujó? –Dai apretaba los puños con una mirada seria en su rostro– Yo te protegele!
Ambos niños prestaron atención a la pequeña Dai que estaba parada firmemente ante una mitsuri confundida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
