siete

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a lionel le gustaba de manera especial aquellos fines de semana que lo obligaban a salir de su rutina diaria para hacer algo totalmente distinto, sin importar que fuera para hacer algo divertido, como ir a jugar a la pelota con sus compañeros de la facultad o pasear fuera de la ciudad con sergio, tagliafico y ángel; o por hacer algo trabajoso que exigiera todo lo que ha desarrollado de resistencia física como empacar más de cincuenta pedidos de comida rápida temprano en la mañana. como era el caso del sábado a las diez de la mañana.

trató de levantarse de su cama a las ocho y media, pero no fue hasta media hora luego que sus ojos finalmente se abrieron. lo primero que hizo fue tomar su celular, un mensaje de kun lo estaba esperando.

[recibido] hola leito, ¿ya estás despierto? si te quedaste dormido no importa!! le puedo avisar a anto que avance los pedidos por ti
[recibido] te quiero
😁😁

[enviado] bueno trolo!
[enviado] ya me desperté, ni se te ocurra decirle a anto, igualmente ya conseguí ayuda de alguien más

[recibido] ¿posta? no me habías dicho
[recibido] ¿quién? Ö

[enviado] ney

soltó el celular para poder restregar sus ojos, sintiéndolos arder por la luz proveniente del celular. ignoró el dispositivo cuando lo sintió vibrar sin descanso alguno por varios minutos, había sido un error brindarle aquella información a su amigo más cercano.

decidió alistarse de inmediato, había perdido mucho tiempo en la cama y estaba comenzando a sentir una ligera ansiedad por salir ya de su casa. mojó su rostro para que el sueño fuera espantado totalmente y cuando se sintió sobrio, sonrió tontamente, estaba ansioso por ver a neymar luego de los mensajes de ayer.

no podía mentir sobre el hecho de que la simple idea de encontrarse le causaba nervios, está seguro que aquel "quiero verte" no es algo que un simple amigo le diría y las dudas eran más fuertes teniendo en cuenta su situación con el brasileño, no llevaban mucho tiempo conociéndose pero la interacción era lo suficientemente cercana para considerarlo una buena compañía; no quería llamarlo amigo sin más, podía estar haciéndose ideas equivocadas y quizás neymar no lo consideraba como una amistad, así que prefirió pensar sobre la raya de la amabilidad y la ligera confianza mutua. luego aclararía eso con el muchacho.

comió lo primero que encontró en la nevera, una gran manzana roja que había guardado especialmente para el desayuno. ya eran las nueves y pensó que era momento de salir de casa.

"y si somos amigos, entonces por qué me siento así de nervioso..." murmuró para sí mismo, mientras salía de su vivienda con cortos pasos.

ese era su otro dilema. era consciente del cariño que estaba desarrollando por el jugador, cuando esperaba ansiosamente un mensaje, las frecuentes ganas de querer verlo, el cosquilleo en su estómago cuando veía sus fotos; no era tonto, nunca se había sentido así con dimaria, agüero o nicolás, ¿entonces neymar tenía algo especial? con los mensajes del anterior día, aseguraba que el afecto era mutuo, después de todo el brasileño hacía lo posible para ir al restaurante a pesar de su horario nocturno y de su cansada jornada deportiva; quizás tener en cuenta eso lo hacía todo más especial.

esta vez su celular sonó, la canción del mundial cantada por david bisbal se escuchaba a través de su bolsillo de jean. era neymar. sus dedos temblaron sobre la pantalla y un profundo suspiro salió de su boca. era inesperado, nunca lo había llamado así. antes de que el tono se cortara, contestó sin más.

"¿leo?"

"neymar" su voz sale muy suave para su gusto, casi como un suspiro que no puede controlar y logra avergonzarlo en medio de la calle. "hola"

compartir; neymarDove le storie prendono vita. Scoprilo ora